En seis años se quintuplicó la cantidad de alumnos que llegaron al sexto año en escuelas técnicas. Los datos oficiales expresan esta realidad: en 2012 había 508 jóvenes en esta instancia, mientras que este año hay 2.697.
Según información de la Dirección General de Escuelas el gran salto se produjo en 2013, cuando llegaron a sexto 1.571 alumnos, y la tendencia luego continuó de manera sostenida, aunque registró una leve disminución en el presente ciclo lectivo. Así, fueron 1.921 en 2014; 2.141 en 2015; 2.134 en 2016 y 2.815 en 2017.
Casi el 20% de los alumnos que en este ciclo lectivo se encuentran en el último año asisten a estos establecimientos.
La interpretación inmediata es que en términos generales los alumnos de estas instituciones lograron un mejor rendimiento académico y continuidad. Aunque no necesariamente se puede suponer que haya más interesados, sí se logran mejores resultados e interés por titularse.
De todas formas puede apreciarse un aumento en el ingreso a primer año, según informó la dirección de Educación Técnica y Trabajo. Los inscriptos para primer año ciclo 2019 aumentaron 7% respecto del ciclo actual, y como falta una instancia, esperan que llegue a 10%. Ya este año se había registrado un aumento de 3%.
Estímulo
Docentes y funcionarios destacan que una de las grandes fortalezas de las escuelas técnicas es que se trata de "una puerta al mundo laboral".
Alejandro Malnis, director de la escuela Carlos Fader, explicó que desde hace tres años observan un crecimiento en la matrícula de sexto año, aunque siempre han tenido dos divisiones.
"Tienen dos estímulos importantes. Uno es que hacen cosas, y lograr cosas concretas los atrapa. Otra es que al salir tienen trabajo, las empresas se contactan para incorporarlos", mencionó. Destacó que estas tecnicaturas dan la posibilidad de cierta independencia para iniciar un emprendimiento, para el que sólo deben matricularse.
El apoyo que reciben para lograr un buen rendimiento académico parece ser el meollo del asunto tal cual observan varios consultados de diferentes ámbitos. Hasta el año pasado había programas de acompañamiento y apoyo académico, que sin embargo fueron retirados.
Silvana González (profesora a cargo del taller de Electricidad y Electrónica de la escuela Capitán Daniel Manzotti) explicó que en estos colegios "tienen materias tan específicas que no es fácil encontrar profesores que ayuden a preparar. Había programas con los mismos profesores dentro de la institución que tenían horas extra", detalló. Y consideró: "quizás sea una cola de esta apoyatura , ahora temo que se revierta porque estos programas se cortaron".
Para Malnis, cumple un rol fundamental el gabinete psicopedagógico que los busca y los estimula.
Otra mirada
También señalan que los últimos años ha habido un cambio de perspectiva sobre el desarrollo del país y el aporte que este tipo de carreras en este sentido, lo cual ha llevado a una revalorización.
Carlos Daparo, director de Educación Técnica y Trabajo, así lo explicó. "En la década del 90 pensábamos que el perfil de los egresados tenía que ver más con los servicios, lo que tenía que ver con el modelo del país. Los últimos años se ha pensado más en un país que apunta al desarrollo y el recurso humano tiene que estar orientado al proceso productivo; estamos acercándonos al nivel de alumnos del año 83, cuando uno salía de la escuela técnica y tenía el trabajo en la puerta", resaltó.
El funcionario señaló que se ha dispuesto más presupuesto para estas escuelas lo cual, según comentaron en la escuela Bernardo Houssay han percibido ya que han podido equiparse mejor.
Lo que perciben los colegios
El resultado del dato duro se contrapone en parte con la realidad percibida en los colegios, ya que si hay algo en lo que coinciden todos es que el desgranamiento a lo largo de la trayectoria es alto.
El promedio de abandono en todo el sistema es entre 3 y 5% dijo Daparo. Para los docentes la percepción es que es mayor.
Estos colegios tienen una alta carga horaria, con contraturno en la mayoría de los casos lo cual a veces no pueden o no quieren sostener los alumnos. Muchos necesitan insertarse laboralmente y por ello no pueden dedicar tanto tiempo al cursado.
Tampoco es fácil si se quiere realizar otras actividades como alguna práctica deportiva.
Esto precipita el abandono o el cambio a un colegio orientado.
Pero, además, referentes de estos establecimientos advierten que se trata de una instrucción muy exigente con alto grado de especificidad.
Por ello, no todos logran o quieren sostenerla mientras que al avanzar en la trayectoria se dan cuenta que no les gusta tanto y deciden cambiar por otras opciones.
Un ciclo en el que apareció el “fantasma” de los cierres
Esta situación se contrapone con el escenario que se presentó en el comienzo del ciclo lectivo, cuando docentes y alumnos salieron a reclamar públicamente por el cierre de cursos en estas escuelas.
Decían que tal era la intención de la DGE por lo que sentían amenazados esos espacios y, por ende, sus fuentes de trabajo. Se llegó a tal punto que las redes, como escenarios privilegiados de los conflictos actuales, fueron usadas para denuncias y dar batalla. Es que desde allí surgieron publicaciones que invitaban a los alumnos a incorporarse a cursos e instituciones con pocos alumnos y así evitar el cierre que temían.
"Estimada sociedad... Apelamos a la ayuda de todos ustedes. Necesitamos 10 alumnos o más... para tercer año de las modalidades hidráulica y electromecánica. Estamos desesperados para que no nos cierren cursos", era uno de los mensajes publicados por el personal de la escuela 4 -112 Profesor Antonio Gurgui de Las Heras.
El 9 de abril estudiantes de estos establecimientos se manifestaron en la Dirección de Trabajo y Técnica para reclamar por el cierre de cursos. Pero hubo también otros reclamos, en particular de docentes. En marzo se convocó un grupo de escuelas de Las Heras
Aseguraban que la DGE exigía un mínimo de 20 alumnos por curso, aunque por aquel entonces el gobierno escolar sostenía que no se había producido ningún cierre de sección .
Carlos Daparo, director de Educación Técnica y Trabajo dijo que fue un error considerarlo un cierre sino que se trató de agrupar aquellos cursos con pocos alumnos para eficientizar recursos pero que a la vez se abrieron otros. Según dijo se reestructuraron 20 divisiones y se abrieron 22 en otras escuelas u otras en otro nivel. Mencionó además que los docentes no perdieron cargos.
Desde el Sute señalaron que es común que suceda que al abandonar alumnos a lo largo de las trayectorias en los últimos años, haya menos divisiones. Al cerrarlas, los cursos vuelven a ser más numerosos, cuando en realidad para los docentes es mucho mejor que sean menos alumnos para trabajar mejor en estas orientaciones que tienen prácticas particulares.