El mundo literario se ha vestido de luto al despedir a Bettina Ballarini, una poeta cuyo legado trasciende las fronteras del tiempo y el espacio. Con una sensibilidad única y una voz que resonaba como ecos del Universo.
Ahora, ante su partida, sentimos el vacío de su ausencia como un profundo suspiro del mundo que se detiene. En este mar de tristeza, recordamos sus poemas, su voz que aún vibra en nuestra memoria, y encontramos consuelo en la certeza de que una parte de Bettina Ballarini vive en nosotros.
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El mundo literario se ha vestido de luto al despedir a Bettina Ballarini, una poeta cuyo legado trasciende las fronteras del tiempo y el espacio. Con una sensibilidad única y una voz que resonaba como ecos del Universo.
Bettina fue desde siempre, una buscadora incansable de las palabras que danzan en el silencio. Su poesía, como el murmullo delicado de un arroyo, fluía con naturalidad, abriendo caminos hacia paisajes internos en los que el alma podía descansar. Era capaz de traducir lo inefable en metáforas que tocaban el corazón profundo del lector.
En sus obras exploró la melancolía de la existencia, la fragilidad del amor y la belleza efímera de la vida. Sus versos fueron y serán un refugio para aquellos que nos sentimos perdidos en la vorágine del tiempo. La naturaleza, con su inagotable sabiduría, estaba siempre presente en su decir. Bettina nos enseñó a mirar más allá de lo cotidiano, a encontrar lo sublime en lo simple.
Pocas palabras pueden encapsular la profundidad de ese universo poético que nos deja, un laberinto donde cada recoveco ofrece nuevas visiones. La muerte, para Bettina, nunca será un final, sino simplemente un pasaje hacia otra forma de ser, un eco de su continuo diálogo con el cosmos.
Fue una compañera generosa, una amiga leal y una mentora que iluminó el camino de muchos escritores y cineastas emergentes. Nos hizo entender que la poesía tiene el poder de sanar, de unir almas y su dedicación a la enseñanza fue un regalo que deja como herencia a las generaciones futuras.
Ahora, ante su partida, sentimos el vacío de su ausencia como un profundo suspiro del mundo que se detiene. En este mar de tristeza, recordamos sus poemas, su voz que aún vibra en nuestra memoria, y encontramos consuelo en la certeza de que una parte de Bettina vive en nosotros. Su luminiscencia poética seguirá iluminando el camino de quienes creen en la magia de las palabras.
* Mercedes Fernández. Escritora, poeta y periodista.