Dominga Campos tiene 81 años y desde siempre, ha vivido en Los Barriales, un pueblo al oeste de Junín atravesado por la ruta 60 y donde crecen un puñado de barrios y algunas bodegas; hay además una plaza y la iglesia, la subcomisaria y las escuelas; los viñedos y una población que no pasa de las 7.000 personas.
"Nací y me crie por acá mismo", cuenta Dominga, muy cerca de la ruta principal del pueblo y a metros de la casita de madera en la que vive. "Conozco estas tierras de toda la vida y a mucha de su gente", dice la mujer que tiene una particularidad: tiene un fanatismo por River Plate que la lleva a discutir de fútbol en cualquier esquina y a lucir la camiseta casi en toda ocasión: "River es lo más lindo que tengo, cuando el equipo gana soy feliz toda la semana", confiesa.
Dominga nunca se casó, tampoco tuvo hijos y sus padres fallecieron hace demasiado tiempo: "Vivo sola", confirma, y aunque su vida se resume a las calles del pueblo, sueña con otro lugar: siempre quiso conocer el Monumental y ver desde esas tribunas, un partido de River. Lo curioso es que ahora, cuando nada indicaba que alguna vez iba a cumplirlo, un grupo de vecinos se organizó para darle ese regalo.
"El sueño de Dominga es ver a River en el Monumental, y nosotros vamos a cumplirlo", dice José Lucero, presidente de la unión vecinal de los barrios Don Augusto y Dios por Nosotros, que suman unas 140 viviendas al sur de la ruta 60.
El asunto arrancó a mitad de año, cuando alguien de la comisión arrimó la idea de juntar la plata y hacer las gestiones para que Dominga Campos pudiera viajar y conocer la cancha de River: "Se votó y estuvimos de acuerdo; es una mujer muy buena y sencilla que tiene esa pasión", cuenta Mirta Zabala, de la unión vecinal.
Y aunque Dominga vive sola, suele estar acompañada y una de esas personas solidarias es la oficial Marcia Ceballos: "Ella no tiene familiares ni alguien cercano. Pasa por la subcomisaria y nos hace compañía y conversa", cuenta Ceballos quien, aunque no lo diga, también se encarga de la salud de Dominga y de lavarle la ropa.
Fue por esa amistad que la unión vecinal resolvió que la manera más segura de viajar para Dominga es, justamente, con Marcia de acompañante: "Van las dos, Marcia va a ocupar parte de su licencia anual para el viaje", explica Luis, vicepresidente de la comisión de los vecinos. Esos vecinos que idearon el regalo, organizaron rifas y comidas para juntar el dinero.
"Por mi mamá, soy de River desde que me acuerdo. Tuve cuatro hermanos y, salvó mi papá, que salió de San Lorenzo, los demás somos todos gallinas", dice Dominga.
Los vecinos cuentan que los fines de semana, a la mendocina se la puede encontrar escuchando por radio la transmisión de los partidos. Y, por supuesto, su ánimo cambia según los resultados. "Si gana River, no hay quien la aguante... especialmente, los que somos hinchas de Boca", cuenta una de sus vecinas, Nancy Tejada, entre risas.
Ya están los pasajes, las reservas en un hotel y el acuerdo con el club, pero Dominga aún no se lo cree: "¿De verdad voy o me están macaneando?", pregunta, y se entusiasma: "Será lindo conocer la cancha, verlo a (Marcelo) Gallardo y a los muchachos del equipo y decirles lo lindo que es ser de River", sonríe y se cubre el rostro con una bufanda roja y blanca.
El regalo
Durante los últimos meses, la unión vecinal juntó el dinero necesario para los gastos del viaje y también hizo gestiones ante el club River Plate para que la recibieran.
"A las gestiones con River las hicimos a través de Antonio Hernández, un empresario de la zona que tiene buena relación con el club. Dominga y Marcia viajan el jueves y esa misma mañana las vamos a despedir los vecinos con un pequeño acto", cuenta José Lucero: "El viernes llegan a Buenos Aires, donde les reservamos una habitación de hotel y de allí se van al Monumental".
"A Dominga le van a enseñar el club, tendrá una camiseta con su nombre estampado y la firma de los jugadores y el sábado, desde un palco podrá verá el partido con Aldosivi. Eso nos han prometido desde el club y sabemos que la hará feliz".