Aquel niño, que fue la mascota del equipo senior de Leonardo Murialdo, que a principios de los ‘90 dirigía su abuelo Oscar Oruste, hoy regresará al país. A Valentín -que a los 4 años, sin saber patinar muy bien- lo probaron como arquero y no renunció más al puesto. A días de cumplir los 26 años, Grimalt cumplió su sueño. El arquero mendocino regresa a casa como campeón mundial.
Heredero de una larga estirpe de arqueros mendocinos, que defendieron la casa de la Selección nacional, Grimalt es el tercero en conquistar un podio internacional. Julio Briones, en 1978, y Alejandro Lupiáñez (ambos de Andes Talleres), en 1999 son sus predecesores. Junto a Valentín Grimalt, Federico Sánchez (fogueado en la primera de Murialdo) alcanzó la gloria en La Roche Sur Yon, Francia el sábado.
“Te puedo decir que Valentín Grimalt ha trabajado mucho para llegar al nivel que llegó, que ha sido clave la experiencia que ganó en España. Ahora hay que aprovechar para que motive a los chicos”, contó Alejandro Marasco, arquero albiceleste y subcampeón en el Mundial de San Juan 2001.
“La verdad es que me alegra mucho lo que está viviendo, lo conozco y se merece vivir este momento que le cambia la vida”, concluyó. El ex-guarda redes de Palmira sabe de campañas intensas y de grandes sacrificios por vocación.
En la lista, también como dueños de un subcampeonato senior, podemos mencionar a Grimalt en 2013, a Luis Maldonado en 2011, Iván Jaquierz en 2005 (mientras que ese mismo año el arquero de Petroleros como titular y el palmirense Maximiliano Chiaramonte, como suplente, se coronaron campeones mundiales Sub-20). Y Daniel Meilán en 1997. Por último, el sanmartiniano Jesús Da Pra, en 1991, fue bronce.
Mendoza siempre aportó grandes arqueros a la Selección argentina. Nuestro país en su historial mundialista de 29 participaciones alcanzó 22 podios (5 campeonatos, 8 subcampeonatos y 9 terceros puestos). Todo un récord para un deporte de apasionados.
Grimalt y Su primera visita a Diario Los Andes
A principios de los ‘90 cuando, con dos años, Grimalt (como mascota del equipo de Murialdo, flamante campeón argentino 91) visitó por primera vez el Diario Los Andes. Luego serían muchas más, dueño de una carrera meteórica.