El aborto legal no tendrá salida intermedia: dentro de 28 días, en el recinto del Senado, habrá ley o caerá la ley. Una aprobación con cambios respecto del texto de Diputados o el rechazo suavizado que supone la mera despenalización no tienen chances de prosperar hoy por hoy, en medio de un debate que con el correr de los días provoca cada vez más tirantez y tensión en la política y en la sociedad. En ese contexto, el conteo provisorio arroja un virtual empate entre el sí y el no.
La discusión formal en la Cámara alta arrancó ayer en el plenario de las comisiones de Salud (cabecera), Justicia y Asuntos Constitucionales: los senadores escucharon a 20 expositores, la mitad de ellos a favor y la otra mitad en contra.
Hoy a las 10 de la mañana se reanudará la reunión del plenario con otras 24 exposiciones más. En la lista hay 250 invitados, pudo saber Los Andes, pero allegados al senador Mario Fiad, presidente de la comisión de Salud, hicieron saber que buscarán consensuar entre los dos bandos una rebaja a 110 expositores.
Aunque todavía quedan la de hoy y otras cinco jornadas más con invitados, en los pasillos los senadores ya admiten que hay un escenario de paridad: coinciden en que la gran mayoría de ellos ya tiene una postura tomada pero muchos no quieren revelarla por posicionamientos partidarios internos y atosigamiento y escraches en sus provincias.
El poroteo preliminar por estas horas arroja 27 senadores a favor de la legalización del aborto, 29 en contra y 16 indefinidos.
Inicialmente, los detractores del aborto legal habían propuesto la elaboración de un proyecto alternativo: la despenalización sin legalización, lo que supone quitar la pena del Código Penal pero no garantizar la práctica en los servicios de salud.
Pero en los últimos días descartaron totalmente esa idea, porque aprobar la despenalización supondría devolver a Diputados el proyecto con cambios, y en esa cámara los verdes ya consiguieron la mitad más uno de los votos. Esto significa que podrían desechar el texto aprobado en el Senado e insistir con la media sanción inicial. "No tenemos alternativa: estamos trabajando por el rechazo", se sinceró una senadora de Cambiemos que cumple un rol protagónico.
El problema para los antiabortistas es que ahora deberán lograr convencer a quienes promueven la despenalización, como el salteño Rodolfo Urtubey, que dejen de lado su proyecto de rechazo ablandado.
Pero los verdes también tienen un desafío: convencer a los senadores que quieren cambios y están dispuestos a apoyar la legalización que dejen de lado sus planteos y se dispongan a apoyar el texto de Diputados sin cambiarle una coma.