Decenas de buzos y perros entrenados en búsqueda de cadáveres participaron del operativo que desde hace semanas intentaba dar con el cuerpo de Concepción Arregui, la mujer chilena asesinada, y que finalmente la halló ayer. Los restos estaban sumergidos en el lago de Potrerillos y lograron rescatarlos a pesar de la nula visibilidad.
Buzos de Bomberos y Policía de Mendoza, respaldados por buzos de la escuela de buceo Aconcagua y de bomberos voluntarios de Luján, se sumergieron en las frías aguas del embalse y lograron hallar el cuerpo de Arregui a unos 60 metros de la costa.
El cadáver estaba en una bolsa de dormir y había sido envuelto en una carpa. Los tobillos y manos de la mujer habían sido atados con sogas y la carpa, encadenada. De ella salía una soga que estaba atada a un balde relleno con cemento para que el cuerpo no saliera a flote.
Tras la rueda de prensa que brindaron los investigadores, Alfredo Marinaro, uno de los buzos de la escuela Aconcagua que participó del operativo, detalló: “El cuerpo estaba a unos 60 o 65 metros de la costa. Recordemos que la costa tiene una variable. En esa zona, por tener más barranca, se estiman unos 5 metros en la variable que puede haber tenido respecto de donde la arrojó y luego se recuperó”.
El buzo experto agregó: “Era prácticamente imposible que el cuerpo se desplazara. Si bien estaba muy próximo al río, por eso había un alto nivel de turbidez, es imposible que haya sido movido por ninguna corriente del lugar, pese a un desplazamiento de entrada y salida de agua”.
El trabajo de rastrillaje de los expertos se realizó de forma secuencial. “Secuencialmente ingresaban los buzos: entraba uno, salía otro, descansaba, ingresaba el siguiente. En algunos casos iban en pareja, pero el riesgo era muy alto”, detallaron desde Buceo Aconcagua.
“El buzo tiene que estar sumamente capacitado, no podemos trabajar con un concepto deportivo. Se trabaja a ciegas, es muy complejo, no se ve nada. No podíamos navegar con la brújula en la mano. Por eso trabajamos con radiales para ser extraído el buzo desde la superficie”, detallaron.
Perros en botes y desde la orilla
A los esfuerzos de los buzos se sumó el olfato de los perros de la Escuela de Adiestramiento Canino Mendoza (Escam), una ONG que entrena perros para búsqueda de personas.
“En Cipolletti, los perros hicieron cuatro marcaciones. Fue ahí donde se había efectuado el disparo”, Ayelén Castro, instructora de Escam. Es que, de acuerdo a su propio relato, Roberto Audano le disparó a su esposa en un camping cercano y luego trasladó los restos hasta el embalse.
Desde Escam explicaron que el procedimiento con los perros se realizó primero porque tenían que identificar los lugares por donde Audano había confesado que habái estado y certificarlos. La labor de los canes se completó desde la orilla, aunque también incluyó el rastreo desde embarcaciones.
“En el agua, el perro va en una embarcación y hubo una marcación (de la zona donde podía hallarse el cuerpo de Arregui). Son perros de búsqueda de personas fallecidas”, concluyó Castro.