Cuatro objetivos tenía Gimnasia al comenzar esta campaña en la Primera B Nacional: ganarle el clásico a Independiente Rivadavia, clasificar a la Copa Argentina, mantener la categoría y clasificar al reducido por el segundo ascenso, aunque este último era, y sigue siendo, una yapa.
Con el triunfo de ayer, quedó muy cerca de conseguir los tres primeros. Es que las dos derrotas consecutivas habían puesto el promedio en una zona incómoda. Ahora sólo necesita sumar tres puntos más para obligar a Santamarina a quedarse con todo lo que tiene en juego. Claro que hay que tener en cuenta que los tandilenses deben visitar el Legrotaglie, de donde no deberían llevarse los tres puntos.
Es que de sacar los 18 puntos en juego, Santamarina llegaría a 1,347. El Lobo para llegar a esa cifra tendría que terminar con 33 unidades. Por ahora, los números le sonríen, pero habrá que mejorar y mucho para no tener que sufrir innecesariamente.