Después de 25 años, "El jorobado de París" es uno de los musicales más representativos de la dupla Pepe Cibrián - Ángel Mahler. Basado en el clásico de Victor Hugo "Nuestra Señora de París", fue estrenado en 1993, contando en ese momento con las actuaciones de Carlos de Antonio y Paola Krum.
Años después, el éxito continuó y el actor, director y barítono platense Claudio Acevedo fue quien dirigió y protagonizó la gira del musical en 1999.
"Era un sueño para mí volver a dirigir y protagonizar este musical, después de la primera gira internacional en 1999 bajo la tutela de Cibrián - Mahler.
Después seguí trabajando unos años más con ellos, pero (junto con 'Drácula'), 'El jorobado de París' es el (con énfasis) musical".
Pasó mucho tiempo hasta que finalmente Acevedo pudo concretar su anhelo: montar un renovado musical, con los textos y la música de la famosa dupla, y nada menos que en Mendoza.
“Hablé con los autores y les pedí la autorización legal para hacerlo, pero aún no sabía con qué elenco. Y en el medio pasaron seis años más o menos. En ese tiempo me nombran jurado internacional de ópera en Italia y embajador itinerante de concursos líricos, y traigo uno de esos concursos al Teatro Independencia. Y me encuentro con un grupo de gente muy buena. Se me ocurrió hacerlo acá, con un elenco de artistas mendocinos”, comenta el director y cantante lírico Claudio Acevedo, quien tiene su propia compañía y desde hace cuatro meses se instaló en Mendoza, para volcarse de lleno en la producción de este nuevo musical, que dirige y protagoniza.
En mayo pasado realizaron las audiciones de los artistas que conforman el elenco, que estrena hoy estrenan en el Teatro Independencia y brindará siete funciones consecutivas hasta el domingo 2 de septiembre.
Dos mundos enfrentados
La nueva producción de "El jorobado de París" dirigida por Claudio Acevedo y Javier Pepe está realizada íntegramente en la provincia, con un elenco de 22 artistas en escena.
“Todo está hecho acá en Mendoza: el vestuario, la utilería, el entrenamiento del elenco. Porque muchos no tenían una formación integral suficientemente fuerte para encarar una obra como esta. Y en este caso mixturamos a cantantes líricos con otros actores más entrenados en el musical. Hicimos una verdadera maratón, porque lo armamos en dos meses y medio”.
La pieza plantea dos mundos, uno pasional y brutal, desenfrenado ante sus propios y contrastantes deseos y representado en el personaje de Claudio Frollo (Claudio Acevedo), archidiácono de París y Príncipe de la Iglesia, que cae abrumado ante la belleza de Esmeralda (Sofía Persia). El otro mundo es festivo y no por eso menos comprometido, depositado en Magot (Natalia Polo), reina de la Corte de los Milagros, mundo subterráneo y peligroso. La poesía en Pierre (Gastón Häusler) y la ternura inconmensurable de Quasimodo (Cristian Ojeda), el jorobado de París.
En el musical, Pepe Cibrián y Ángel Mahler plasman la libertad del hombre más allá de su belleza exterior. Se habla de un ser que, siendo discriminado por el mundo que lo rodea, encuentra la paz a través del amor más puro, el amor incondicional, aquel que no pide nada a cambio.
-Esta producción significa una gran apuesta, ¿cuáles son tus expectativas?
-Mi expectativa era un poco menor, porque estoy acostumbrado a los espectáculos en gira. Pero apostamos a hacer siete funciones seguidas porque este espectáculo empieza y termina en Mendoza. Junto Javier Pepe trabajamos a la par y lo conozco desde hace mucho tiempo, compartimos trabajos en el Luna Park. Y logramos un trabajo bastante amalgamado. Él viene del musical y el teatro de revista y yo más desde la lírica.
-¿Qué modificaciones hiciste al musical original?
-Tiene algo de ópera pero no afecta en nada la esencia del musical. Porque la estética operística tiene que ver con el clasicismo, la interpretación vocal. Y los personajes del musical tienen más movimiento, no son tan dramáticos, tienen mucha vitalidad. Pero se respeta el argumento, la trama y sobre todo la interpretación, para que cualquiera que escuche, entienda no solo la escena, si no lo que se está cantando. Porque las letras son imperdibles.
-¿Cuál fue el mayor desafío como director?
-Fue un doble gran desafío. Por un lado, la adecuación mutua. Ellos a mí, porque yo vengo con otra idiosincrasia, con un estilo muy marcado de dirección, que no había visto en Mendoza. Pero fue una labor de locos, porque en más de dos meses tener toda la obra montada es un logro muy grande. Y los artistas lo han sabido llevar adelante maravillosamente.
El elenco es muy heterogéneo, porque hay artistas que solo se dedican a cantar lírica como Cristian Ojeda. Artistas integrales como Claudia Racconto, Sofía Persia, Gastón Häusler. Tienen estilos y edades diferentes, que trabajan a la par. Y algunos son muy buenos bailarines y otros que no bailaban, pero fueron entrenados. Lo mismo con el canto.
Fue una labor de ensayo, entrenamiento y preparación, para lograr un estilo común.
-¿Esta es la última vez que se presentará el musical por decisión de los autores?
-Ojalá le cedan los derechos a otros artistas que quieran hacerlo, porque son obras íconos del musical argentino. Y para el mundo. Hasta donde pude conversar con los autores, no había intenciones de hacerlo nuevamente.
-Luego de estas funciones, ¿la presentarán en otros escenarios con este elenco?
-No. La verdad que planificamos estas siete funciones y las funciones para escuelas. Y nada más. Tenemos otro proyecto en vista para el año que viene, con el mismo elenco, con este nivel de producción.
-¿Qué aspectos destacás de la puesta en esta nueva versión?
-Me volví de alguna manera a la esencia del ámbito operístico que me crié. La escenografía que tenemos es mínima y muy sugestiva. Hemos aprovechado al máximo las posibilidades técnicas del teatro. Es una puesta muy original. Los vestuarios son clásicos, al estilo real del siglo XV que tiene la obra. Se acerca a la estética de la gente pobre de esa época. Porque lo más importante del musical es la música y las letras. Y es una picardía que eso se pierda en detalles deslumbrantes de la puesta. La puesta tiene vestuarios muy clásicos, donde el trabajo del actor se realza.
Tenemos una planta de luces fantástica, que la usamos al máximo para que los actores se luzcan. Somos 22 artistas arriba del escenario y las últimas giras del Jorobado tenían 18 actores.
-O sea que la mirada está puesta en lo interpretativo y el trabajo de todo el elenco.
-Sí. En el musical el verdadero personaje es Claudio, porque todo pasa a través de él. Y en contrapartida los fuertes son Margot porque a otro nivel todos los conflictos pasan alrededor de ella. Y eso es una genialidad de Cibrián en cuanto a la composición. No caen en la obviedad de que todo le pasa a Quasimodo y que Esmeralda es la chica buena.
Acá el protagonismo lo tiene el elenco completo. Si alguno falta, la obra ya no es la misma, porque está pensada para que cada uno cuente su historia. Y de hecho lo logran.
Un musicales con sello local
Claudio Acevedo y Javier Pepe dirigen una nueva versión de "El jorobado de París", una de las obras emblemáticas del dúo Cibrián - Mahler.
Es todo un desafío para el teatro local montar una propuesta que tiene todos los condimentos de un musical internacional, con un relato clásico y popular.
Habrá que prestar atención al elenco, que fue seleccionado luego de una exigente audición y en su gran mayoría cuentan con un tránsito en la escena mendocina.
Cristian Ojeda, Sofía Persia, Natalia Polo, Gastón Häusler, Claudia Racconto, Roberto Abdala, Daniela Colomer (asistente de coreografía), Julieta Merguiso, Martín Becker, Alicia De Lucía, Raquel Delú, Jimena Semiz, Rubén Pirez, Rocío García, Melina Dalmazo, Alejo Lascano, Bárbara García, Ayelén Pérez, Damián Cuervo (asistente de dirección), son los artistas que interpretarán este musical contemporáneo que conquistó al público por más de dos décadas.
Una producción mendocina, con una entrada popular ($150 y $200), para que todos puedan disfrutarlo.