La batalla contra la inflación y el déficit fiscal les está costando caro a los argentinos: la generación y distribución de riqueza se resintió y por ahora la actividad no ve la luz al final del túnel, lo que despierta desesperación en los actores económicos. Por un lado, el Gobierno está logrando estabilizar la macroeconomía: obtuvo financiamiento récord del FMI para afrontar 2019 con tranquilidad y con tasas reales positivas que rozaron el 74 hace tres meses, puso un corsé a la crisis cambiaria.
El dólar –una variable sensible para el país- está estabilizado en un nivel competitivo, lo que también le permitió al Banco Central comprar unos 560 millones en enero (por primera vez en dieciocho meses) para engrosar las reservas, que ayer cerraron en 66.892 millones. Para festejar, igual, hay mucho camino por recorrer: si se dejan de lado los desembolsos del FMI y el intercambio de monedas con China, entre otras cosas, las reservas internacionales propias se ubican en los 8.498 millones de dólares, la mitad que en 2015.
Optimismo
En el mercado financiero –y principalmente en Nueva York- celebran que las variables estén confluyendo a niveles más "razonables". La tasa de interés de referencia descendió el viernes al 46,24%, unos 27,28 puntos por debajo del récord registrado el 8 de octubre pasado. Esto, aseguran operadores financieros consultados por este diario, aumenta la confianza en la reelección del presidente Mauricio Macri. La idea de un cambio de gobierno hace ruido en el mercado, porque podrían quedar comprometidas las metas fiscales. Las expresiones sobre el futuro, por ahora son de deseo, certezas no hay.
Los economistas empiezan a coincidir: la normalización de las variables financieras colaborará para que la recuperación de la actividad llegue pronto. Igual, las mayores dudas hoy están puestas en torno a cuándo se reactivará la Argentina. Eso explica, en parte, que el indicador Riesgo País vuelva a subir tras tocar su mínimo en 3 meses.
Cuando parecía que iba a perforar el piso de 600 puntos, el índice que elabora la banca JP Morgan rebotó y el viernes llegó a 673 puntos.
Si bien hay una dosis de clima global adverso, se suma la imprevisibilidad de lo que pueda ocurrir este año con las elecciones.
El desafío
El reto para el Gobierno está ahora en que la recesión encuentre el fondo y la economía rebrote. No es casual que Macri haya iniciado una ronda de consultas con economistas, con la idea de armar un programa económico integral como plataforma de campaña de cara a lo que será. Confían en Cambiemos, un segundo mandato.
Economistas como Miguel Broda, Pablo Guidotti y Miguel Kiguel estuvieron por separado y a solas con el jefe de Estado en la quinta de Olivos. Y en los próximos días pasarán banqueros y empresarios. Por ahora no está previsto una reunión con la Unión Industrial Argentina. Daniel Funes de Rioja, uno de los vicepresidentes de la UIA mostró preocupación.
Cree que el sector "tocó fondo", aunque relativizó los números sobre la recuperación en algunas de las actividades al advertir: "No somos pesimistas pero tampoco estamos para ningún tipo de euforia". El empresario reconoció que la industria atraviesa una situación "compleja" y de "fuerte contracción" (en niveles del 14% anual) y reveló que una de las prioridades para revertir el escenario es establecer acciones para "evitar que se caigan" las economías regionales.
Hay sectores que ya se cayeron, como el empleo formal privado. Según datos oficiales analizados por el Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE), el país perdió 130.000 puestos de trabajo registrados desde la crisis cambiaria, en mayo de 2018. Y las expectativas de corto plazo no son alentadoras: cuatro de cada diez máquinas en la industria están paradas. Incluso, las prestaciones oficiales por desempleo están en niveles récord desde 2013.
Sólo hasta septiembre de 2018 (son los últimos datos disponibles) habían aumentado un 9,2%. Se confirma así que el mercado laboral viene con un perfil expulsivo. El economista Mario Blejer no se anima a vaticinar cuándo la recesión verá su final. Pero señala que la inversión está empezando a recuperar. Y cree que si ese proceso se termina de consolidar en los próximos meses, la retracción de la actividad económica vería su final, ayudada por la baja en las tasas de interés que se viene registrando.
Por ahora y hasta que se gatille el pago de las paritarias de este año, en abril o mayo, hay una variable que no muestra recuperación: el consumo, el cual representa el 70% de la economía argentina. Mientras, bancos y consultoras prevén que la inflación este año rondará el 29%. Casi 18 puntos menos que el año pasado, pero un nivel elevado para una economía que necesita expandirse de forma urgente.