El alcohol y el tabaco pueden ocasionar daños severos a la visión. Aunque algunos son agudos, en el momento de consumo, otros son crónicos e incluso pueden llevar a la ceguera.
A largo plazo, el consumo problemático puede afectar el nervio óptico, afectar la calidad de la visión y predisponer a patologías.
La oftalmóloga Liliana Laurencio explicó que en forma crónica, el alcohol y el tabaco pueden producir una neuropatía óptica, una lesión o pérdida de la funcionalidad del nervio óptico. Aclaró que si bien esto puede tener muchas causas, una es la ingesta de sustancias tóxicas a las que es vulnerable este nervio.
"No es muy frecuente, se daba más cuando se fumaba tabaco puro. En el caso de un alcohólico crónico puede además producirse un déficit nutricional y vitamínico que predispone a las lesiones toxicas del nervio óptico", especificó.
Los síntomas son una pérdida de la agudeza visual que no revierte de manera indolora, que a veces es progresiva y lenta. “La gente refiere borrosidad central y disminución de agudeza visual y por lo general es bilateral”, detalló.
También pueden generar discromatopsia, dificultad para distinguir o percibir los colores. La profesional advirtió que esto puede ser permanente si no se suspende el consumo de tabaco.
El alcohol también deteriora la visión nocturna: se ven halos, como círculos luminosos y otras perturbaciones visuales. Esto sucede porque el etanol (alcohol) se altera la película lagrimal, por lo que el ojo se seca.
Pero además pueden favorecerse y adelantar el desarrollo de enfermedades crónicas como la enfermedad macular (irreversible), algo propio de adultos mayores al igual que sucede con las cataratas. “En el caso del fumador aumenta el riesgo unas tres veces”, destacó la oftalmóloga.
Como si fuera poco, el tabaco aumenta el riesgo de uveítis, inflamaciones intraoculares que pueden conllevar cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina.
Por otra parte, el tabaquismo predispone a desarrollar diabetes y una vez que sucede se afecta la retina lo que puede llevar a la ceguera.
En tanto, el humo del cigarrillo reseca el ambiente y produce síndrome de ojo seco (enrojecimiento, picazón, sensación de cuerpo extraño, ojos llorosos).
Laurencio advirtió que consumido durante el embarazo también puede tener consecuencias en el desarrollo ocular del bebé. Puede provocar microoftalmia (globo ocular de menor tamaño) y subdesarrollo del nervio óptico que puede llevar a la ceguera.
Día de la visión
El 12 de octubre es el día Mundial de la Visión. En ese marco, el director del Instituto de la Visión, Omar Lopez Mato advirtió que “80% de los casos de ceguera son evitables, 20% de esos casos son prevenibles y 60% puede ser tratado”.
Dijo además que 90% de los casos de discapacidad se concentran en los países de bajos ingresos. “Entre las afecciones responsables de dichas discapacidades se encuentran, en primer lugar, los errores refractivos y entre ellos cabe destacar la miopía que cada día compromete a un porcentaje mayor de jóvenes (…) La otra causa más frecuente de discapacidad visual son las cataratas, que pueden tratarse exitosamente en la mayor parte de los casos”, detalló.
El profesional propuso una serie de consejos para cuidar la visión:
1- Protegerse del efecto dañino de los rayos ultravioletas con gorros y anteojos con los filtros adecuados.
2- Protegerse durante el trabajo o manipulación de objetos para evitar los traumatismos oculares, una importante fuente del daño de los ojos que puede prevenirse con el uso de anteojos o antiparras.
3- Estimular a los niños a jugar al aire libre, evitando el uso prolongado de pantallas.
4- Exámenes oftalmológicos en los niños para detectar vicios de refracción, estrabismos y, sobre todo, cuadros de ambliopía u “ojo perezoso”. También es importante la detección de afecciones que puedan limitar el aprendizaje como la dislexia.
5- No fumar ni ingerir alcohol en exceso ya que ambos tóxicos son responsables de distintas afecciones que comprometen la visión.
6- Por último y principal, consulte a su oftalmólogo –los únicos capacitados para determinar si las ametropías requieren corrección óptica o quirúrgica.