La contaminación por residuos plásticos es uno de los principales problemas medioambientales de nuestro tiempo. Una media de ocho millones de toneladas de plástico cae cada año a los océanos, esto equivale a vaciar un camión de basura lleno de plásticos cada minuto, según la organización ambiental Ecodes creada en 1992, síntesis de Ecología y Desarrollo. Para este grupo internacional, si no cambiamos de tendencia, en 2025 nuestros océanos tendrán una tonelada de plástico por cada tres de pescado, y en 2050 habrá más plásticos que peces.
Estas cifras requieren un cambio radical en la gestión de los desechos plásticos. Así lo señalan algunos de los artículos recopilados en el Observatorio de Salud y Medio Ambiente “Contaminación por plásticos. Uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI”, elaborado por el Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con Ecodes. Este informe alerta sobre la situación actual de la contaminación del plástico, cómo hemos llegado a ella, qué impactos tiene en nuestra salud y nuestro planeta, y qué soluciones se deben poner ya en marcha para convertir a los plásticos en un aliado y no en el causante de uno de los mayores problemas medioambientales de nuestro siglo.
Más datos alarmantes de la incidencia malsana de este producto lo constituye el hecho de que las de 8 toneladas de piezas de plástico que llegan cada año a los mares equivalen al peso de 800 veces la Torre Eiffel (París), o al peso de 14.285 aviones Airbus A380 y ocupan el equivalente de 34 veces la isla de Manhattan (Nueva York), según datos de Greenpeace.
Por eso resulta de trascendencia que Argentina esté participando de la construcción de un tratado global contra la contaminación por plásticos.
La posibilidad está dada en virtud de que especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) tomaron parte como observadores científicos en la Tercera Sesión del Comité Intergubernamental de Negociación en el marco del Programa para el Medio Ambiente de la ONU. El encuentro se llevó a cabo en Nairobi (Kenia), en la sede de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Rescatamos en ese foro la presencia de dos especialistas del Conicet, Andrés Arias investigador en el Instituto Argentino de Oceanografía y Marina Fernández, investigadora en el Instituto de Biología y Medicina Experimental.
“Se trata de una iniciativa global, histórica en términos ambientales con el objetivo de reducir la contaminación plástica, incluida la contaminación de los océanos y los microplásticos, durante todo el ciclo de vida del plástico. En términos más generales el tratado busca proteger la salud, salvaguardar los derechos humanos y preservar la Tierra, nuestro hogar común”, comentó el ya mencionado investigador Arias.
Explicó además este estudioso de la problemática que la producción mundial de plástico virgen se ha multiplicado por 200 desde 1950: de dos millones de toneladas/año a más de cuatrocientos millones de toneladas/año en la actualidad. Esta tasa de producción se dirige a duplicarse nuevamente para 2040 y triplicarse para 2060.
Cabe resaltar que nuestros connacionales Arias y Fernández integran la Red Argentina para el Estudio del Impacto por Plásticos (Sepia). Además, son parte de una alianza internacional de científicos independientes que trata de asesorar a las naciones firmantes en los aspectos técnicos posibles a fin de lograr un tratado de plásticos global efectivo (Coalición científica para un tratado plástico eficaz). El fin primordial: que acabe o por lo menos se aminoren los aspectos perniciosos de este grave problema de contaminación ambiental.