Contaminación atmosférica y degradación ambiental

Las medidas para reducir la contaminación ambiental pueden resultar impopulares: esquemas de restricción vehicular; prohibición de uso de leña; uso de combustibles no fósiles, que serían más costosos. Pero es hora de que los gobernantes y la sociedad toda tomemos conciencia de los riesgos que provoca un aire contaminado.

China debió cerrar patios de recreo de las escuelas y autopistas debido a una densa nube de contaminación atmosférica
China debió cerrar patios de recreo de las escuelas y autopistas debido a una densa nube de contaminación atmosférica

Un estudio científico internacional concluyó que casi ningún lugar de la Tierra es seguro frente a la contaminación atmosférica, por la presencia de uno de los contaminantes más nocivos: material particulado de 2,5 micrones (PM 2.5).

El informe de los investigadores australianos se publicó en The Lancet Planetary Health, una revista académica que el año pasado difundió un trabajo que calculó que durante 2019 murieron nueve millones de personas en todo el mundo por la contaminación, y para dos tercios de los fallecidos señaló como responsable la contaminación del aire.

La calidad del aire es un dato clave para la salud y el ambiente. Respiración mediante, está en contacto permanente con todas las células de nuestro organismo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emite boletines periódicos sobre todas las enfermedades en las que figura como un factor de riesgo la contaminación atmosférica: cardiopatías, distintos tipos de cánceres, accidentes cerebrovasculares y afecciones relacionadas con el aparato respiratorio.

El problema no dejó de agravarse en las últimas décadas. En un reporte de 2005, la OMS indicó que el aire sería confiable si contuviera menos de 25 microgramos de PM 2.5 por metro cúbico. Pero en 2021 emitió nuevas directrices, señalando la necesidad de reducir de manera significativa la cantidad de esas partículas.

En general, la Argentina se encuentra por encima del límite histórico de la OMS. De modo que estamos muy lejos de las nuevas metas internacionales, que demandan alcanzar en el mediano plazo el nivel más bajo que sea posible: menos de 10 microgramos; de ser factible, apenas cinco.

Eso nos lleva a la cuestión de las mediciones de la contaminación atmosférica: se necesitan varias estaciones especiales de monitoreo en cada ciudad para conocer a diario la concentración de PM 2.5. Nadie dice que no se pueda superar el límite ni siquiera un día. Las mediciones sirven para alertar a la población, que así podría tomar medidas preventivas, como usar barbijo cuando la medición es muy alta. En otro, las mediciones resultan útiles a las autoridades locales: ¿cuántos días al año la contaminación del aire supera los valores de referencia en su territorio?

La investigación internacional concluyó que, mientras los niveles diarios de PM 2.5 se redujeron en Europa y en América del Norte durante las dos primeras décadas del siglo, aumentaron en el sur de Asia, Australia, Nueva Zelanda, América latina y el Caribe. Entonces, en más del 70% de los días, en todo el mundo hubo niveles por debajo de lo seguro.

Las medidas para reducir la contaminación ambiental pueden resultar impopulares para los gobiernos: esquemas de restricción vehicular; prohibición de uso de leña; uso de combustibles no fósiles, que serían más costosos. Pero es hora de que los gobernantes y la sociedad toda tomemos conciencia de los riesgos que provoca un aire contaminado.

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