El enólogo Matías Morcos creó y lanzó un asistente de enología que utiliza ChatGPT. Señala que se trata de una herramienta más que tendrán a disposición, como si se tratara de una calculadora o un Excel. La semana pasada compartió la aplicación con varios colegas de otras bodegas, porque pretende que no tenga el sesgo de la empresa familiar.
El joven tiene una mirada que se divide entre el pasado, evidente en su labor de revalorización de plantas centenarias de la variedad criolla en la zona Este, y el futuro, con la búsqueda de recuperar momentos de consumo que se fueron perdiendo en los últimos años. Pero también, en implementar herramientas que permitan sostener la industria en el futuro, como el uso de criptomonedas y de la inteligencia artificial.
En esta última línea, decidió crear “Bacx”, un experto argentino en vinos para discusiones técnicas. Explica que es de uso público y que sólo se requiere una suscripción plus a ChatGTP (y aclara que no tiene rédito personal por esto). En una primera etapa, ha extendido la invitación a entrenarlo mediante la interacción, para que no tenga el estilo de la bodega Morcos Wines, sino que le resulte útil a cualquier usuario.
“Para nosotros es como tener una calculadora o un Excel y simplemente potencia la habilidad. Hoy, la información ha dejado de ser algo que sólo unos pocos pueden tener. Es libre. Y por eso entendemos que esta herramienta es para todos”, explicó. El objetivo es que, si crece lo suficiente, sea de acceso público para cualquier bodega.
Para entender cómo funciona este “enólogo virtual”, Morcos plantea un ejemplo de respuesta a la pregunta de: “Estoy por ingresar a la bodega un Malbec de Luján, con objetivo de elaborar un vino fresco y joven para beber en el año. ¿Podrías sugerirme un pequeño plan de elaboración?”
El chat presenta una relativamente extensa descripción, que incluye sugerencias de cómo realizar diversas tareas: la recepción y selección de la uva, el despalillado y estrujado, la maceración y fermentación, el prensado y descube, la fermentación maloláctica, la clarificación y estabilización, la crianza breve (o ninguna), la filtración y embotellado, y el almacenamiento y consumo.
“Este plan es una guía general. Te recomiendo adaptarlo según las características específicas de tu viñedo, la fruta y preferencias personales como enólogo”, concluye la respuesta. Con lo que se convierte en una sugerencia adicional para ajustar el proceso de elaboración, que se irá enriqueciendo en el tiempo con los aportes que reciba a medida que se utilice.