El 31 de diciembre se dieron de baja las restricciones establecidas por el Decreto 911/21 del gobierno de Alberto Fernández, y se abrió la puerta para exportar 7 cortes populares de carne como asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, entre otros. La habilitación para exportar se produjo el primer día hábil de 2024 y se teme que la decisión pueda provocar una mayor presión sobre los precios en el mercado interno.
Para referentes locales del sector cárnico, la medida no tendría mayor impacto y en caso de producirse una corrección de los precios, sería de manera progresiva y más a largo plazo. El factor más influyente, es la abrupta caída del consumo entre diciembre y los primeros días de enero que equilibra el mercado.
Además, consideran que los altos costos para engordar un animal se tornan un desincentivo. Los feedlot pierden hasta $50.000 por cada animal.
En cambio, le temen más al impacto que pueda tener a futuro la escases de hacienda por la liquidación de vientres que se produjo a lo largo del año pasado producto de la sequía.
Esteban Perfumo, productor y abastecedor de carnes en el sur mendocino aseguró que “no va a tener tanta incidencia la apertura de las exportaciones, para mi va a tener incidencia en un posible aumento el hecho de que va a escasear el novillo, va a empezar a haber pocas ofertas de hacienda por una cuestión de costos para engordar”, afirmó.
“Por ahora va a seguir conviniendo venderlo acá para el consumo interno y no en la exportación, además con el costo que hoy tiene el maíz y los núcleos para engordar, son muy pocos los productores que llegan a un novillo tan pesado para exportar. En cambio, yo veo que hay poca oferta, los feedlot están sacando animales y no reponen, eso tal vez más adelante influya por la poca oferta. Igualmente, por ahora no se va a notar porque el consumo se ha caído por una cuestión de precios”, indicó Perfumo.
Según el abastecedor de carnes, luego del fuerte incremento de la carne, los valores tuvieron una retracción aproximada del 20% “que tal vez no se notó tanto porque aumentaron otros ítem como la faena y el flete”.
Lo que si tiene claro es que el mercado no convalidó los aumentos de precios y “las ventas están por el piso”. Al menos en la última semana “cayeron entre un 25% y 30%”, comentó.
Marcelo Montoya, que integró toda la cadena ganadera desde la cría hasta la venta en mostrador, dijo que “no creo que se vaya a producir un aumento porque se abrieron las exportaciones, como si ocurrió en la primera semana de diciembre, eso no va a pasar. El mercado de la carne se mueve por oferta y demanda, y si hay aumentos serán muy graduales y a lo largo del año porque el mercado acá está muy retraído”.
Asimismo, sostuvo que “acá el mercado más importante es el interno y hoy en día tampoco es un atractivo exportar porque vayas a hacer una gran diferencia, salvo que sea una cuota Hilton que tiene un precio diferencial o algo así, pero eso ha existido siempre, entonces no es una cosa de locos. Hoy no hay un atractivo muy grande como para decir exporto y hago la diferencia”, insistió.
Además, “tampoco son tantos los frigoríficos que están habilitados para exportar” como para que produzcan un desabastecimiento interno que impacte directamente en un aumento indiscriminado de la carne.
Osvaldo Fernández, productor ganadero dedicado al engorde de ganado explicó que “si bien se han liberado los siete cortes para la exportación, eso colabora con la atracción hacia la demanda pero también es cierto que hay muy poca hacienda gorda en general en el país, los corrales están muy vacíos y también es cierto que el conjunto de los argentinos está demandando poca carne por una cuestión de bajo poder adquisitivo con lo cual, el equilibrio entre oferta y demanda está muy difícil de determinar, no lo sabe nadie”, opinó.
Para Fernández, otro aspecto a tener en cuenta es que primero “los exportadores no están pagando más por un novillo para exportar” y en segundo lugar “no se puede tener un novillo para exportar de un día para otro. Entonces por más que abro la exportación, no están los novillos, se tienen que preparar porque no se puede exportar cualquier animal”.
En esa línea, el ganadero hizo referencia al informe de la Cámara Argentina de Feedlot en el que consta que “se pierden $50.000 por animal engordado durante el periodo de engorde que dura más o menos 100 días”, afirmó.
La visión nacional
Leonardo Rafael, de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), consideró que la liberación de exportaciones “no mueve la aguja, es más que nada para la tribuna, no va a beneficiar ni perjudicar. Estos cortes no te bajan el valor de la carne ni te generan más kilos para el consumo interno, es una mentira eso. Y afuera ese producto tiene colocación”, aseguró.
En tanto Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores ABC, adelantó que el 2023 cerró con un volumen de exportaciones de carne de 920.000 toneladas y un valor cercano a los 2.700 millones de dólares.
Según apuntó Ravettino, el volumen que se podría embarcar por los 7 cortes que estaban prohibidos no es importante. “Podrían significar 80.000 toneladas de las 920.000 toneladas. Pero tiene un significado de que Argentina se inserta otra vez en el mundo. El productor se puede poner a producir porque Argentina tiene posibilidades”, señaló.