Piden la liberación anticipada de los vinos, pero el INV se mantiene firme

Desde el organismo aclararon que no se pueden cambiar las reglas según la coyuntura. Los productores están en contra de adelantar los plazos y piden mejores condiciones de pago.

Piden la liberación anticipada de los vinos, pero el INV se mantiene firme
El pedido fue mal recibido por asociaciones de productores porque, de haber mayor oferta, bajaría el valor de su producción. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Bodegas de Argentina (BdA) solicitó al Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV) que se implemente una liberación anticipada de los vinos de la actual cosecha 2022. El pedido fue mal recibido por asociaciones de productores porque, de haber mayor oferta, bajaría el valor de su producción. Sin embargo, desde el INV confirmaron que 1 de junio sigue siendo la fecha para la liberación de los vinos de la nueva cosecha.

El pedido que fue firmado por el director ejecutivo de BdA, Milton Kuret, señalaba algunas “situaciones preocupantes” de esta temporada en el mercado de vinos de traslado, como stocks que parecen ajustados, escasa oferta y escalada abrupta de precios.

“Según lo muestra la información de la Bolsa de Comercio sobre operaciones realizadas en los primeros meses del año y aquellas en proceso de negociación que nos informan nuestros asociados, que alcanzan precios de hasta $ 80 por litro para los tintos, se genera una situación de precios de los graneles que hacen inviables los despachos de exportaciones y mercado interno, con el consiguiente impacto de sobre stock posterior”, se lee en el documento.

En los números que maneja BdA, el precio de vino blanco en marzo de 2021 estaba en $ 29,18 por litro, mientras que en marzo de este año ronda los $ 52,79 por litro (un aumento interanual del 80,9 %). En el vino tinto, en marzo del año pasado el precio era de $ 29,86 por litro, mientras que en este mes ronda los $ 59 (un crecimiento interanual de 97,6 %).

Además, el documento menciona que la falta de oferta y los elevados precios generan situaciones de desequilibrio “que finalmente se resuelven con herramientas de abastecimiento como la importación”.

Consultado por Los Andes, Martín Hinojosa, presidente del INV sostuvo: “tenemos que mostrar coherencia en las reglas de juego. No se puede cambiar la fecha de liberación en función de una coyuntura”.

Sobre el fantasma de la importación de vinos afirmó que hasta el martes de esta semana no han recibido ningún pedido de importación de vinos.

La reacción de los productores

El planteo fue duramente criticado por asociaciones de productores, que sostienen que el único fin de liberar los vinos ancipadamente es bajar el precio de los productos primarios y del vino a granel. Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, manifestó: “Son unos caraduras si hacen una propuesta de este tipo”. El referente de los productores criticó además que la entidad no se presentó en la discusión sectorial por el precio de la uva el 22 de febrero pasado.

“Bodegas de Argentina no quiso sentarse a discutir el precio de referencia, como lo marca la ley 9252 (para que las partes acuerden precio y forma de pago). Los funcionarios provinciales estuvieron, pero ellos no. Si no quieren discutir precios, ¿de dónde sacan que la uva está cara? Yo les diría que primero paguen la uva y que luego se preocupen por liberar el vino”, disparó Leiva.

Mauro Sosa, director ejecutivo del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, recordó que la liberación del vino por convención del sector es el 1 de junio y opinó que adelantar esa fecha “es forzar una cuestión vinculada a la elaboración de los vinos y su aptitud para ser lanzados al mercado”. La cosecha suele finalizar entre el 9 y el 15 de mayo, así que duda de cuánto más podría adelantarse la liberación con tal de evitar “pagar un poco más” al productor elaborador.

Otro punto que sumó Sosa es que cuando se da la situación inversa (bajos precio de la materia prima) los productores piden la postergación de la fecha de liberación y “estos mismos sectores se oponen con toda su artillería junto a parte de la política”. Además, opinó que la “amenaza de la importación de vino” busca deprimir el mercado de precios, ya sea el precio del vino de traslado o el de las uvas.

“No estamos para nada de acuerdo con la posibilidad de considerar una importación de vino, más teniendo en cuenta que hace muy poquito el Banco de Vinos propuso intervenir porque los stocks superaban la cantidad de litros de vino que marca la ley”, agregó el referente del este provincial para argumentar que “no se justifica el adelantamiento ni la importación”.

Los argumentos de BdA

Con la polémica encendida, Milton Kuret comentó que, ante la falta de vino y con la escalada de precios en el último tiempo, buscan liberar antes el vino para que aumente la oferta y se modere el precio. “Hay bodegas que van comprando de forma continua, que compran mientras embotellan. Hoy tienen escasez de oferta y la poca que hay es con precios que han escalado”, señaló el director ejecutivo de BdA.

En su mirada, cuando en el mercado hay situaciones así, es normal que los actores busquen buena oferta y calidad a precios adecuados, y es ahí que este año vuelven a mirar a Chile, como se hizo en otros años.

“Hay productos que no resisten aumentos tan altos en la góndola. Los precios altos te quitan de la competencia, y eso hace que se ralentice la venta y crezcan los stocks. Es como un efecto pendular, y lo que hay que tratar es de buscar el equilibrio”, afirmó Kuret.

En cuanto a las críticas del sector primario, el director ejecutivo de BdA señaló: “entendemos que la producción primaria intenta poner el precio, pero la realidad es que el valor lo pone el mercado, el consumidor. En esta época de menor poder adquisitivo es aún más difícil lograr las ventas”.

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