Murió Adriano Senetiner, referente de la vitivinicultura argentina y mundial

El bodeguero se destacó por su espíritu innovador, su impulso a la producción y su valioso aporte a la economía. Tenía 88 años.

Adriano Senetiner, falleció a sus 88 años.
Adriano Senetiner, falleció a sus 88 años.

Este jueves 24 de noviembre, falleció Adriano Senetiner a los 88 años. Este enólogo y empresario fue una reconocida personalidad de la industria vitivinícola argentina, destacado por su espíritu innovador, su impulso a la producción y su valioso aporte a la economía. Mendocino por adopción, llegó al país a los 14 años junto a una extensa familia desde Italia y se destacó como uno de los Caballeros del Vino.

Adriano fue el creador de bodegas y marcas emblemáticas, entre ellas la reconocida Nieto Senetiner y Viniterra, consolidándose como un referente mundial en la industria vinícola.

Las bodegas posee viñedos en Luján de Cuyo y Valle de Uco. - Gentileza
Las bodegas posee viñedos en Luján de Cuyo y Valle de Uco. - Gentileza

Mantenía un estrecho vínculo con San Juan, donde compartía su vida con su esposa, Cecilia Zunino, su hija Milagros y su nieto Theo.

Su última contribución a la viticultura fue la creación de un vino de lujo: “Adriano”. Este proyecto marcó la culminación de una vida llena de éxitos y un recorrido notable. “Quise cerrar mi historia en la enología haciendo un vino de lujo. Estoy feliz de hacer este vino en Mendoza porque es mi segunda patria. Hay un dicho que dice que la patria de uno es aquella en donde se nace, pero también aquella en donde uno entierra a sus seres queridos. Estoy atado a esta tierra”, expresó. Así concluyó un hermoso texto impreso en la etiqueta de este vino, la última producción del empresario.

Un creador de bodegas reconocidas

La bodega Nieto Senetiner fue fundada por el italiano Adriano Senetiner. Él lideró la empresa durante 31 años hasta que la transfirió al grupo Pérez Companc, que tardó aproximadamente desde el año 1998 al 2000.

En 1997, Adriano emprendió la creación de otra compañía, Viniterra, con el objetivo de construir una nueva marca en el mercado vitivinícola. Pero esta no quedó en manos del bodeguero, sino que se vendió al grupo Cepas, una empresa que se dedica a los aperitivos pero que había tenido sociedad con Bodega Bianchi.

Esta transacción marca un cambio significativo en el panorama vinícola argentino, con el legado de Adriano Senetiner presente en la evolución y traspaso de sus proyectos vinícolas a nuevas manos.

La innovación de Senetiner

Desde diario Los Andes conversamos con el enólogo de Bodega Nieto Senetiner, Roberto González, quien compartió con Adriano largos años de trabajo mientras la bodega estaba en sus manos.

Roberto actualmente es el gerente enológico de la bodega que fundó Senetiner, el viticultor lo recuerda con mucho aprecio y nos contó cómo fue la labor de él. “Uno guarda el mejor de los recuerdos, porque para nosotros, los que comenzamos a trabajar con él, en su concepto de empresa-familia, la verdad que fue una experiencia cautivante”, afirmó.

González comenzó a trabajar en 1991 en la bodega y desde entonces destaca el trabajo detallista que tuvo el enólogo de origen italiano. Según su relato llegaba a la finca de Luján de Cuyo y pedía probar lo que habían estado haciendo.

Realmente tenía esa visión de enólogo, que apostaba siempre por la calidad, la excelencia, y permanentemente se desafiaba en adquirir la última tecnología, se desafiaba en adquirir los últimos conceptos del vino”, confirmó Roberto.

Adriano fue uno de los primeros bodegueros que trajo a Mendoza las máquinas de embotellado automáticas, lo que hoy se conoce como monobloc y que son utilizadas en la línea productiva del vino.

Para Roberto, un gran discípulo y gran amigo de Senetiner, el empresario estaba constantemente en busca de tecnología: “Ese saber hace al buen enólogo, que no se detiene y que permanentemente va en la búsqueda de la última tecnología”, agregó.

El legado que deja su partida

En una de las últimas charlas entre colegas bodegueros, Adriano se mostró preocupado por no dejar un legado en la viticultura. Pero Roberto González le demostró con creces que eso no era cierto.

En la actualidad, este enólogo que aprendió del gran Senetiner, mantiene la atención en los vinos que se producen en la bodega. De hecho, todos los lunes pide degustar los cortes de vinos que están haciendo, tal como lo hacía el enólogo italiano cuando Roberto era joven.

Su impronta ha calado hondo en la generación de los profesionales que han continuado en su empresa”, confirmó el gerente enológico.

Incluso con su último vino, Adriano Senetiner, deja un legado. Este proyecto, que lleva su nombre, posee una cepa que no todos conocen. Uno de los trabajos que hizo fue traer a Mendoza la variedad Carménère, uva francesa originaria de Burdeos.

“Con esa uva ha mantenido esa fuerza de seguir actualizado. A pesar de su edad, uno diría, que se va alejando del foco, del conocimiento y de la innovación. Pero no, él seguía permanentemente en el mundo de la innovación y en su última etapa había apostado por esta variedad, que resumía en su último vino lo que él hizo”, finalizó González.

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