Mercado interno: advierten que crece el volumen pero cae la facturación

En el primer semestre crecieron los despachos y eso se tradujo en una reducción del stock vínico. Bodegas aseguran que no hay rentabilidad.

Pese al aumento del volumen producido referentes del sector vitivinícola advierten que la caída en la facturación es grande.
Pese al aumento del volumen producido referentes del sector vitivinícola advierten que la caída en la facturación es grande.

El sector vitivinícola cerró un primer semestre atípico, en el que consiguió crecer en volumen pese al avance de la pandemia y los cambios de hábitos de consumo. Sin embargo, bodegas y referentes sectoriales advierten que la caída en la facturación, un dato que no releva el INV, es grandes. Así el Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina adiverte que el precio promedio ha disminuido en moneda constante casi un 15% en relación a un año atrás.

Según el organismo nacional, en los primeros seis meses del año los despachos de vino fraccionado al mercado interno registraron un incremento del 6,9%, pasando de 408.825.819 litros despachados entre enero y junio de 2019 a 437.154.360 movilizados en igual período de este año.

Junio, en particular, tuvo números de mejora llamativos. “La verdad es que los datos de junio sorprenden y mucho. Con 91,5 millones de litros y un aumento en volumen del 25,5% interanual, no se veía un crecimiento tan alto en los despachos de vino al mercado interno desde junio de 2015”, destacó Martín Hinojosa, presidente del INV, para quien esta recuperación ha estado impulsada por “un mayor consumo en el hogar, precios accesibles en canales de proximidad y el vino como bebida saludable”.

Pero desde Bodegas de Argentina advierten que en el mercado interno, medido después de los sustanciales descuentos que se realizan como promoción, el precio promedio ha disminuido en moneda constante casi un 15% en relación a 2019, año en que ya había tenido una importante caída en relación a 2018. En el mercado externo, la disminución total (vino fraccionado más granel) ha sido aún más importante dado que lo que se expandió fue la exportación de vinos a granel de bajo precio. El precio promedio de cada caja cayó casi un 14% y dejó la cotización por debajo de 2009.

Posturas diferentes

Los números presentados por el INV permiten muchas lecturas distintas. Por un lado, algunos empresarios advirtieron que “hablar de despachos, no es lo mismo que hablar de ventas”, considerando que los primeros hacen referencia a la cantidad de vino que salió de las bodegas y el segundo al vino que efectivamente llegó a manos del consumidor. No obstante, el presidente del INV, Martín Hinojosa, recordó que los resultados estadísticos surgen de comparar los despachos de este año contra los de 2019. “Invalidar los datos de 2020, implicaría anular también la validez de lo del año pasado. Además, un vino despachado es un vino que entró en el circuito de venta”, indicó.

Fuera de esa discusión, hay un fuerte debate acerca de cuál es la situación real de las empresas vitivinícola. Es que, como lo demuestran las estadísticas, las mejoras se concentran en algunos envases en particular, que no todas las bodegas tienen en su inventario.

Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina, comentó que si bien los números en general muestran una mejora, las empresas más chicas hablan de un escenario distinto. “Veo con preocupación la caída del precio promedio y por ende de la facturación, la falta de premiumización en los mercados externos y la agresiva promoción en el mercado interno”, señaló.

“Además, hay empresas con serios problemas para pagar los aguinaldos. Está claro que gran parte del aumento de ventas se está bancando con el propio stock de la bodega. He hablado con distribuidores de diferentes puntos de país que aseguran que la situación es grave”, aseguró.

También compartió su opinión Eduardo Sancho, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), quien relacionó el incremento general de las ventas con el cambio de hábitos de consumo que provocó la pandemia. “Juega el factor de que la gente está en su casa. La opinión nuestra es que el vino acompaña mucho a la mesa familiar y eso se ha visto en esta pandemia”, remarcó.

Sin embargo, Sancho coincidió en que el repunte es sectorizado. “El botellón viene creciendo mucho, incluso antes de la pandemia. También hay una recuperación del Tetra”, señaló. “De todas formas, hay que tener en cuenta que Argentina va a entrar en una situación económica difícil en el segundo semestre y podremos encontrarnos con un nuevo escenario. Podrían volver a consumirse más los envases chicos”, subrayó.

Juan Carlos Caselles, director de Bodegas Sin fin, coincidió con el análisis de Sancho. “Tuvimos dos meses críticos con el cierre de los restaurantes. En esa etapa, muchas pequeñas bodegas se vieron amenazadas por la situación”, comentó.

“El crecimiento que refleja en el INV, tiene mucho que ver con el botellón y el tetra, porque siguen siendo -por relación de precio y calidad- los productos que más han crecido en la demanda. La venta de alta gama en algunos segmentos de precios se ha mantenido y en otros casos aumentó. Se compran vinos más económicos, de entre casa”, advirtió el empresario.

La misma lectura realizó Alberto Aldeco, gerente de Tierra Franca Bodega y Viñedos. “Los que han ganado son lo que tenían mucho vino y con estructura mayor. Se trata de los grandes controladores del precio y los volúmenes de vino en la vitivinicultura argentina”, remarcó.

Aldeco recordó, además, que, a causa del sobrestock vínico, los precios al consumidor final se han mantenido a la baja durante varios meses. “Con un precio planchado, la demanda comenzó a aumentar”, cerró.

Trabajo coordinado

Sergio Moralejo, subsecretario de Agricultura y Ganadería, también analizó los resultados de la vitivinicultura en el primer semestre del año, pero evitó entrar en la polémica respecto de qué bodegas crecieron realmente en el mercado interno. El funcionario reafirmó que los despachos de vino han tenido un crecimiento y aseguró que esta situación es el resultado de un proceso previo, en el que se conjugan tanto la política pública como la inversión privada.

“Hicimos gestiones ante Kulfas (ministro de Desarrollo Productivo de la Nación) y Basterra (ministro de Agricultura), para que en el marco de la pandemia, se pudiera continuar con la cosecha, bajo el control del Estado y la buena responsabilidad del sector privado”,subrayó. “Además, hemos agilizado la salida al mercado asiático por medio de la instalación de hubs logísticos”, agregó.

Para Moralejo, el incremento de las ventas de vino en el mercado interno tiene dos componentes: uno es el precio competitivo del vino frente a las bebidas sustitutas; el otro, es que la pandemia generó otro tipo de hábito de consumo y se recuperó el vino como bebida social para compartir en familia, como lo manifestaron también los empresarios.

Por otro lado, el subsecretario de Agricultura y Ganadería se refirió a la recuperación del equilibrio en el sector. “Teníamos cuatro meses de sobre stock, pero el aumento de la demanda mejoró el precio respecto del año anterior. Si bien no alcanzó una mejora sustancial, permitió lograr mejores resultados”, explicó.

Eduardo Sancho se mostró de acuerdo. “En este período se recuperó el precio del vino de traslado, que arrancó el año promediando los $ 8 y hoy ya está en los $ 15 por litro”, indicó.

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