El panorama exportador del vino argentino presenta una ligera mejoría durante el mes de febrero, con una desaceleración del ritmo de su caída fraccionados y también por un aumento en los despachos de mosto. Según el último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), aunque las cifras aún reflejan un descenso del volumen enviado durante el mismo período del año anterior, el sector vislumbra señales de recuperación tras un 2023 marcado por pérdidas en el comercio nacional e internacional.
Durante febrero de 2024, Argentina registró una disminución del 5,1% en sus exportaciones de vino en comparación con el mismo período del año anterior. Esta caída, aunque significativa, es menor al desplome del 11,2% que se observó en enero. En el Anticipo Comercialización de vinos y mostos (informe del INV), revela que esta contracción afectó principalmente al vino a granel (con una merma del 12,6%), mientras que las ventas de mosto experimentaron un crecimiento del 144,3%; una tendencia que ya se había observado desde el inicio de año.
Es importante destacar que el vino blanco se comportó como una suerte de salvavidas en este contexto comercial, mostrando un crecimiento del 6,8% interanual; el fraccionado de uvas blancas mostró una suba notable 20,6%. Por su parte, el vino tinto sufrió una caída en el total que equivale al 6,8%; experimentó una merma en los fraccionados del 6,3% y los los envíos a granel del 8,3%.
Entre el volumen y el valor
En términos acumulados, durante los dos primeros meses de 2024, Argentina exportó 27,9 millones de litros de vino, lo que representó una disminución del 8,8% en comparación con el mismo período de 2023. Un descenso que se traduce en 2,7 millones de litros menos negociado. Del total que fue exportado, el 72,9% corresponde a vinos fraccionados, segmento que sufrió una caída del 13,1%, mientras que el 27,1% restante corresponde a los vinos a granel, que mostraron un leve aumento del 5,5%.
A pesar de estas cifras negativas, el sector vitivinícola argentino encuentra un respiro en el aumento del precio promedio del vino, que ha sido un factor clave para mantener la rentabilidad de las bodegas. Según el informe del INV, el precio promedio del vino total en el acumulado de enero-febrero es de U$S 3,33 por litro, apenas un 0,3% menos que en el mismo período del año anterior. El precio del vino fraccionado aumentó un 2,6%, alcanzando los 4,19 dólares por litro, mientras que el precio del vino a granel ha expresado un aumento del 10,1%, situándose en U$S 1,03 por litro.
Alejando Vigil, presidente de Wines of Argentina (WofA), al hablar sobre la naturaleza de los despachos al exterior explicó que “sin lugar a duda, lo que nos está pasando es que nos estamos concentrando en los segmentos donde tenemos más rentabilidad”. Para el reconocido enólogo hoy los segmentos que eran Premium para Argentina, cuya caja estaba en torno al los 40 o 45 dólares, han prácticamente desaparecido y viene en caída; “poco a poco vamos recuperando lo que está por arriba de 50 dólares”, señaló.
En pos del equilibrio
Vigil subraya que el desafío radica en el equilibrio entre el volumen y la rentabilidad, ya que la caída en los segmentos de menor valor es significativa y los costos operativos limitan la rentabilidad por debajo de los 40 dólares por caja. En este sentido, el propietario de Chachingo enfatiza la necesidad de poder encontrar un balance entre la producción para la sostenibilidad del sector, porque “esto se debe básicamente a un tema costos”.
Por su parte, Emmanuel Carbonero, Gerente de Bodega Don Cayetano (Carbonero Wines), comentó que la caída de las exportaciones en todos los rubros se da básicamente por la pérdida de competitividad, por la fuerte inflación que vive el país que le gana a las correcciones de tipo de cambio que hubo. “Básicamente, es por un tema de pérdida de competitividad por las variables macroeconómicas del país”.
En tanto que al referirse la “Premiunización” de la demanda, Carbonero agregó: “En realidad, es porque los vinos premium soportan un poco más los vaivenes de la economía y de las cotizaciones. En los vinos entry-level, cuando apenas movés un poco las cotizaciones, se resienten, son muy sensibles, poco elásticos, y por ahí los vinos Premium, ante correcciones, soportan más algunos movimientos de las cotizaciones y demás”.
Perspectivas a costo plazo
“Veo buenas perspectivas para el segundo semestre del año en materia de exportaciones”, sostiene Carbonero. Para el empresario el tener una vendimia mejor a la del año pasado en cuanto a volumen y en materia de calidad, posibilitarían “ante un ordenamiento de las variables macro, que el mercado externo traccione volumen de Argentina. Podemos estar un poco más competitivos en la medida que se avance con un ordenamiento macroeconómico en Argentina”.
En cuanto a las exportaciones de mosto concentrado, estas muestran un desempeño excepcional con un aumento del 110,5% en volumen y un 90,5% más de ingresos en divisas en comparación con el año anterior. El precio promedio del mosto concentrado durante el primer bimestre del año se sitúa en U$S 1.652,1 por tonelada, con un ligero descenso en febrero, cuando se comercializó con un promedio de U$S 1.638,6 por tonelada.
Recordemos que en declaraciones recientes a Los Andes sobre el porcentaje de la cosecha a diversificar, fijado por el acuerdo Mendoza-San Juan el 19 de febrero, Fernando Morales, presidente de la Cámara Argentina de Exportadores y Comercializadores de Mosto, había señalado que “En términos del potencial del mosto para este año, el 17% me parece un poco más bajo de lo que teníamos previsto”. Desde el sector esperaban, sobre una cosecha de 18 millones de quintales, producir el equivalente a 3,7 millones de quintales (es decir un 20%) alentados por los incrementos en los despachos.