Desde que en octubre de 2022 se reglamentó el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y el Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (Sirase), las industrias regionales han experimentado serias complicaciones y ahora pérdidas millonarias para algunas industrias como la conservera.
En Argentina estos sistemas están funcionando para todas las industrias o empresas que necesiten importar o pagar servicios en moneda extranjera. El atraso cambiario y las demoras en los pagos son los principales desafíos para las empresas e industrias en Argentina.
Esta realidad fue expuesta reciénteme por Mariano Ficarra, quien desde la Federación Económica de Mendoza (FEM) puso en cifras lo que está perdiendo la industria conservera por las trabas en las importaciones de pequeños insumos claves para la cadena productiva, irremplazables con la producción nacional.
“Los industriales necesitan muchos insumos importados, que hoy con algunas trabas o no autorizadas complican la situación. Hace nueve meses que vienen reclamando. De alguna manera están restringiendo su producción o la ponen en riesgo. Te doy un ejemplo, estas industrias exportan al mercado mexicano y ese mercado necesita una lata que tenga una tapa que se le llama abre fácil. Hoy no se puede importar eso”, explicó Mariano Ficarra.
El hilo de cobre necesario para la fabricación de ese sistema representa el 3% del valor exportable del producto que en términos totales arroja, de acuerdo a Ficarra, una cifra de 12.000.000 de dólares, es decir representa 360.000 mil dólares, de un valor agregado de 11.640.000 dólares. Desde su perspectiva, por la negativa de la importación el país se está privando del ingreso de la millonaria cifra, solo en este ejemplo. “El panorama se hace extensivo a otros productos que no se encuentran en la producción nacional como insumos o maquinarias”, aseguró.
Por su lado, Milton Kurut de Bodegas de Argentina (BdA) explicó que en la vitivinicultura también se dan ejemplos: “La industria importa fundamentalmente corcho, porque no hay alcornoque en la Argentina, o maderas para las barricas. Pero de alguna manera las bodegas han ido surfeando la situación, las bodegas y los proveedores”.
Los cambios de dólar en la industria
Para Mauricio Badaloni, parte de la comisión directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA), el principal problema para el sector es que cada vez es más restrictivo. “Lo último que está sucediendo es cómo se arman los precios de importación. Acá el problema no son tanto las exportaciones, sino que el problema más grave es los insumos que hay que importar, que en muchos de los casos son insumos muy básicos, cuestiones muy ínfimas, pero que en el fondo no te permiten terminar un proceso productivo, y eso lo que está impidiendo es poder después poder exportar y poder sacar tu producto hacia fuera”.
El empresario habló de lo grave que es esto, se refirió precisamente a los fletes que transportan las mercancías. “Cuando armas el precio de importación y te incluye el flete, te incluye los costos, de nacionalización y cosas por el estilo. En este caso, los fletes que ya hace 180 días hicieron autorizaciones para importar, después te dicen que el flete no está cubierto entonces es muy complejo que nos quieran cargar con costo pago en destino, sino que te piden que lo pagues. La problemática es que en el fondo todo esto repercute en una falta de previsibilidad sobre los sobre tus proveedores y entonces empiezan a cortar la cadena de envíos”, agregó.
“Acá hay un desfasaje con el tipo de cambio, tenemos 20 tipos de cambio. Tenemos una economía prácticamente intervenida por las últimas medidas que se acaban de difundir, con este 30% o este impuesto país que se le quiere cobrar las exportaciones y de alguna manera se sigue con este tema de las autorizaciones. No hay dólares en la Argentina, esta es la realidad y están poniendo parches para contener esta situación, de alguna manera prolongando en el tiempo una situación que hay que darle una solución definitiva con una política económica distinta, con una política económica abierta, donde se pueda unificar el tipo de cambio”, explica Ficarra.
Badaloni también señaló: “Lo más grave en este caso no sería el costo del valor del dólar, sino que por el otro lado los proveedores no te están queriendo vender por la condición de pago que vos tienes”, finalizó el empresario.
Dinámicas y posibles soluciones
“La dinámica comercial en el exterior es intensa y en la medida que esas acciones comerciales no se hacen, la categoría del vino argentino en las góndolas del mundo empieza a tener problemas”, comentó Milton Kuret sobre el retraso en aprobaciones para pagar en el exterior.
En cuanto los pagos que son aprobados el director de BdA agregó: “Esto es un caso por caso que se van analizando. En el caso de las SIRASE nos hemos encontrado con el problema que, aún estando aprobadas por la Secretaría de Comercio, el BCRA se está liquidando, entonces los bancos no pueden hacer las transferencias al exterior. O sea, ahora estamos trabajando en ese tema. Que aún cuando han sido aprobadas, ha habido algunos problemas en los sistemas internos que hacen que no se puedan pagar, no se habilita el banco a hacer el pago”.
Las trabas que tienen las empresas e industrias para importar y obtener aprobaciones de pagos que logren satisfacer los plazos en el extranjero pueden llegar a frenar la economía. Desde FEM explican que se necesita un sector productivo, un país industrializado con grandes producciones y de esa manera conseguir las divisas necesarias sin tener que pasar por endeudamientos, créditos o emisión monetaria.
“Yo creo que se tienen que unir todas las economías regionales del país, salir a la discusión de alguna manera, una discusión sana que mejore la situación económica, pero esto es un modelo que no se puede sostener en el tiempo. Arreglar el tema económico es aplicar otro modelo económico. Si no vamos a seguir con las trabajas, con los distintos tipos de cambios. El Gobierno Nacional tiene que de alguna manera autorizar las SIRA y SIRASE para que no se detengan y se paren las economías regionales”, concluyó Mariano Ficarra.