La demanda eléctrica de las empresas cayó hasta 38% en abril

Todos los rubros económicos en su conjunto mostraron una baja del 2,8% el mes pasado. Algunos lograron crecer.

Cayó la demanda eléctrica de las empresas.
Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Cayó la demanda eléctrica de las empresas. Foto: José Gutiérrez / Los Andes

La demanda eléctrica del sector empresario mendocino mostró bajas de hasta 38,6% en abril, condicionado por las restricciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio. El resultado da un primer indicio de la caída de la actividad económica registrada ese mes en la provincia.

Según el Ente Provincial Regulador Eléctrico (Epre), el uso de “la luz” por parte de las firmas locales ya habían cerrado 2019 con una reducción de 2,3%. En el primer cuatrimestre de 2020, redujeron su consumo un 3% en comparación con el mismo período del año pasado y al mes de abril se observa una variación anual acumulada de -2,8%.

Los sectores económicos más importantes, que concentran el 75% de la demanda de electricidad de la provincia, redujeron su consumo en los primeros cuatro meses de 2020 un 5,6% con respecto al mismo período del año anterior. Las actividades que tuvieron caídas en la demanda -y desde el EPRE aclaran que tienen una participación suficiente para ser determinantes en el descenso total- son: industrias básicas de hierro y acero, extracción de petróleo crudo, elaboración de cemento y fabricación de productos plásticos.

El informe del EPRE analiza que las industrias básicas de hierro y acero fueron las que traccionaron el consumo de las grandes demandas en 2018 (cuando representaban el 7% del total) y principios de 2019, pero terminaron el año pasado con una variación negativa de 13,7% con respecto al anterior. Aún más, en el primer cuatrimestre de 2020, este rubro redujo su consumo un 67% en comparación con el mismo período de 2019 y solo en abril, mostró una retracción del 38,6%, para quedar con una participación de apenas 2,3%.

Pedro Bizzotto, presidente de Asinmet (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la provincia de Mendoza), señaló que la metalmecánica utiliza estos elementos como insumos (aunque el 70% lo utiliza la construcción), y desde 2008 experimenta un “amesetamiento” de la actividad. Es decir, que muestra muy poco crecimiento y, en ciertos períodos, reducción de la cantidad de trabajo.

En cuanto a los últimos meses, el petróleo ha sido un sector demandante, en particular el vinculado a la cuenca de Neuquén. Sin embargo, la caída internacional del precio del barril de crudo, sumado a que por la pandemia casi no se consumió combustible, hizo que el sector se haya paralizado y se frenaran las inversiones en Vaca Muerta. Ese sector, redujo 1,3% su demanda eléctrica en abril.

Fue significativa también la caída del rubro de conservas de frutas, hortalizas y legumbres (-19,2% en abril), pese a que se trató de actividades exceptuadas al aislamiento obligatorio.

Los que crecieron

Los sectores que sí mostraron una suba interanual del consumo eléctrico fueron: elaboración de vino, refinación de petróleo (la caída de marzo y abril no alcanzó a opacar el incremento de enero y febrero), administración pública, y captación, depuración y distribución de agua.

La demanda de energía eléctrica para el riego agrícola mostró un incremento de 10% en el primer cuatrimestre de 2020 y una suba interanual de 5,3% en abril, lo que se puede atribuir a las altas temperaturas de diciembre de 2019 y los primeros meses de este año.

Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), coincidió en que este aumento en el consumo de electricidad se debe a las temperaturas elevadas, pero añadió que también a la escasez hídrica, que provocó que los productores que pudieron encender los pozos, recurrieran al agua subterránea para suplementar la superficial y garantizar el riego suficiente para su producción. Además, mencionó que en julio se podrá acceder a la estabilización de la factura eléctrica.

Sobre el otro sector que evidencia una variación positiva en la demanda, la elaboración de vino, Vicchi detalló que este año la cosecha comenzó 20 días antes, lo que hizo que en menos semanas se concentraran todas las actividades y se terminaran en abril, cuando el año pasado concluyeron en mayo. El incremento en este rubro fue de 6,3% interanual y de 16% en los primeros meses de 2020, con respecto al mismo período de 2019.

Otras actividades económicas, que en conjunto alcanzan un 25% de participación en las grandes demandas, tuvieron una variación anual acumulada de 1,7% a abril 2020. Los incrementos se concentran en electricidad, gas y agua, servicios sociales y personales, transporte, construcciones y el sector agropecuario. Mientras, las bajas se observan en industria manufacturera, explotación de minas y canteras, comercio, restaurantes y hoteles y establecimientos financieros.

Los usuarios residenciales

La demanda de energía eléctrica en Mendoza durante el mes de abril cayó un 11,4% respecto del mismo mes del año pasado y un 24% con respecto a marzo, pese que a partir del día 20 se impuso el aislamiento social y preventivo. Se trata de la reducción más significativa desde febrero de 2002 y puede explicarse principalmente por la restricción para numerosas actividades, aunque también por la situación de cada rubro previo a la cuarentena.

El informe realizado por el Ente Provincial Regulador Eléctrico muestra que el aislamiento, sumado a las temperaturas elevadas durante el verano, favoreció que, después de casi tres años de caída en el consumo eléctrico, los usuarios residenciales y generales (pequeños comercios, talleres e industrias) incrementaran su demanda. Los primeros, un 6% con respecto a enero-abril de 2019 y de 0,3% en la comparación interanual; y los segundos, con una suba de 3% en los primeros meses de 2020 y una leve baja de 0,3% en la variación acumulada.

La industria local puede readecuar su potencia instalada

El mes pasado, las industrias solicitaron que, en el marco de la pandemia, se les cobrara la energía eléctrica efectivamente consumida y no la otorgada por las distribuidoras. Es que los grandes demandantes pagan por potencias instaladas. Usualmente utilizan casi toda la energía que reciben, pero en los meses de inactividad dejaron mucha electricidad “ociosa”. De hecho, su consumo no supera el 35% de la ocupación habitual.

Desde el EPRE (Ente Provincial Regulador Eléctrico) indicaron que Mendoza es la única provincia en la que se puede readecuar la curva de consumo de potencia cada tres meses. Es decir que se puede ajustar hacia arriba o hacia abajo la cantidad de electricidad recibida, de acuerdo al nivel de actividad de cada empresa. Por lo tanto, se podría buscar un equilibrio a futuro, pero no se compensaría el desfasaje registrado durante la cuarentena.

Por otra parte, los usuarios que adeuden facturas con vencimiento a partir del 1 de marzo de 2020 podrán regularizar esa deuda, accediendo a planes de financiación de hasta seis cuotas mensuales y las distribuidoras podrán aplicar una tasa de interés que no supere el 24% (Tasa para Créditos para la Emergencia del Banco de la Nación Argentina), sin agregar ningún otro tipo de recargo.

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