El fin del cepo cambiario lleva unos 13 días de vida y todavía hay incertidumbre sobre su impacto. Mientras el Gobierno nacional celebra que el dólar vaya a la baja, desde los sectores exportadores y productivos todavía tienen dudas. La mayoría celebra que los aumentos iniciales para cubrirse de la devaluación se hayan retrotraído, todavía hay dudas sobre qué puede pasar en este sentido. Es que el inédito sistema de flotación cambiaria en el que el dólar cuesta un día –como el miércoles 23- $1.120 y otro $1.160 es una adaptación que importadores y comerciantes deben aprender a hacer.
En comparación con el dólar blue y el mep en su momento este precio es inferior al que había y eso ha dejado de lado esta referencia que algunos proveedores tomaban para calcular sus precios. Sin embargo, este valor está por encima del oficial por el que se transan las importaciones y exportaciones y que hasta el viernes 11 estaba en $1.090. El hecho de que no haya habido una devaluación fuerte ha tranquilizado a los distintos actores de la economía, pero la incertidumbre persiste entre la mayoría.
Es que aunque muchos hablen de una recuperación relativa del consumo, la fuerte caída del año pasado implica que todavía no se da una reactivación real. Además del dólar, esta situación también impacta en precios ya que si no hay consumo, no es sencillo aumentarlos. Por otro lado, está la situación de los exportadores que hoy tienen un precio de la divisa inferior o similar al blend (según el día) al cual se liquidaban las ventas al exterior y que estaba en $1.120 antes del fin del cepo. Hay que recordar que el campo todavía tiene pendiente liquidar dólares y que no lo ha hecho ni lo hacía debido al retraso cambiario.
Más sintonía fina
Entre estos dos extremos hay un punto en común que tiene que ver con la búsqueda de baja de costos con el fin de perder menos. El gerente del mayorista Oscar David, Rubén David, confirmó que las proveedoras que habían subido sus precios la semana pasada para cubrirse de una devaluación del 30%, retrotrajeron sus listas. Así, de subas cercanas al 10% se pasó a aumentos menores y hasta a algunas bajas. Aquí se presentan algunas excepciones que habrá que seguir como el caso de las harinas, los aceites y las legumbres que ya han tenido subas mayores o cierta retracción en la oferta. “Creemos que el acomodamiento de precios va a estar entre el tres y el cuatro por ciento y no en entre el nueve y el diez, como se preveía”, expresó David.
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Agregó que si el dólar sigue a la baja, la inflación va a tender a disminuir a partir de junio tal como pretende el Gobierno. El empresario también planteó este deseo debido a que el consumo ya está caído y si hay aumentos será peor. “Todos buscamos vender más y miramos los costos internos para brindar el mejor precio”, puntualizó David. En este sentido, el economista del Centro y Finanzas de Mendoza, Nicolás Aroma, explicó que las ventas en supermercados vienen en baja y con caídas intermensuales. Los últimos datos publicados en marzo por el Indec de ventas de autoservicios mayoristas corresponden a enero de 2025. “El índice de ventas totales a precios constantes muestra una disminución de 10,5% respecto a igual mes de 2024”, precisó dicho informe.
Del lado de los exportadores, Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, expresó que el sector es prudente antes de evaluar el impacto de las medidas recientes. Por lo pronto, precisó que “todos estamos de cabeza sacando cuentas y viendo la posibilidad de comprar insumos más baratos”. Bustos Carra celebró el cumplimiento de la promesa del levantamiento del cepo debido a que “da libertad” en diversos sentidos, pero agregó que todavía es incierto el impacto en el sector productivo y exportador.
Esto es porque si bien con un dólar menor algunos insumos se pueden abaratar, la inflación anual acumulada hasta marzo es de 8,6%, lo que descuadra la ecuación. En esta línea, Diego Stortini, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) y empresario vitivinícola relató que si bien la semana pasada hubo retención de mercaderías y en algunos casos no había precio, esta semana se normalizó. Sin aumentos significativos de insumos y con el dólar en $1.120, Stortini comentó que la situación no afecta a la industria “por el momento”.
Incertidumbre
El economista Nicolás Aroma puso contexto a la situación actual, aunque advirtió que todavía hay un final abierto. Por un lado, explicó que en términos financieros al Gobierno le conviene llevar el dólar cerca del piso, pero que para el sistema productivo el efecto es negativo. “Si el tipo de cambio sigue atrasado, puede producirse un “industricidio” para determinado sectores como el turismo”, alertó el profesional. Por otra parte, comentó que la situación produce incertidumbre en los formadores de precios ya que si bien el dólar no se disparó, sí se produjo un aumento.
Importaciones y exportaciones
Con una suba actual del oficial en torno al 3%, pero que el martes fue mayor ya que la divisa cerró en $1.160 las empresas tienen dudas. “Hay que ver si los argentinos nos vamos a acostumbrar a que el dólar hoy tenga un precio y mañana otro ya que también es cultural cubrirse por anticipado”, reflexionó el economista. Agregó que el valor del dólar también se debe a la cantidad de reservas que hay hoy vía endeudamiento con el FMI y a una plaza seca de pesos por lo que habrá que esperar para ver la película completa.
Más allá de la espera en medio de un año eleccionario, con el precio actual ha mejorado el salario en dólares. No obstante, esto no ha impactado en la canasta que todavía crece por encima del sueldo, lo que se observa en los niveles bajos de consumo. “Hay un doble escenario en el que el Gobierno festeja la baja del dólar; celebración que no se traslada al mercado laboral sino por el contrario”, comentó Aroma. Desde su punto de vista, el principal desafío del Gobierno nacional se encuentra hoy la reactivación del consumo y de sectores intensivos en mano de obra más allá del impacto positivo en la minería, la energía o el agro pampeano que han repuntado.