De enero a septiembre, las exportaciones vitivinícolas crecieron 5,2%

Sin embargo, la comparación es con 2023, cuando habían caído un 19,7%. En septiembre, con respecto al mismo mes del año pasado, se redujeron un 4,9%.

De enero a septiembre, las exportaciones vitivinícolas crecieron 5,2%
Las exportaciones de vino crecieron 5,2% en el acumulado de enero a septiembre. Foto: Los Andes

En septiembre, las exportaciones de vino tuvieron una caída del 4,9%, pero, en el acumulado de los primeros nueve meses del año, han tenido un crecimiento del 5,2%. Sin embargo, la comparativa se realiza contra un 2023 que fue de descenso. De hecho, el año pasado cerró con una caída en las ventas al exterior del 19,7%. Por otra parte, el tipo de cambio ya no parece ofrecer una variable de ajuste y las bodegas deben enfocarse en otras para sostener los mercados.

El anticipo de comercialización de vinos y mostos en el mercado externo, elaborado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), detalla que, de enero a septiembre, se exportaron 153,9 millones de litros de vino desde Argentina. Esto es, 7,6 millones de litros más con respecto al mismo período del año 2023 (+5,2%).

De ese total, 117,6 millones (76,4%) corresponden a vinos fraccionados -que crecieron 3,5%- y 36,3 millones (23,6%) son vinos a granel, que tuvieron un incremento del 11%. En cuanto a los precios, el promedio del vino total en el acumulado de los primeros nueve meses de 2024 es de 3,48 dólares/litro (-1,3%).

Las ventas al exterior de mosto concentrado en lo que va del año ascienden a 57.412 toneladas, un 110,2% más en volumen y un 81,5% más de ingreso de divisas respecto al mismo período del año anterior.

En septiembre, en comparación con el mismo mes de 2023, las ventas al exterior de vino cayeron un 4,9%, con un descenso del 5,6% en los tintos y un 0,9% de disminución en los blancos. Sin embargo, los fraccionados tuvieron un buen comportamiento, con un crecimiento interanual del 1,7%, mientras que los graneles registraron un desplome del 21,2%. Y el mosto sostiene la variación positiva, del 109,9%.

José Bartolucci, presidente de la Cámara Argentina de Vino a Granel, reconoció que en septiembre hubo un retroceso en las exportaciones, pero se enfocó en el 11% de crecimiento en el acumulado de 2024, con la confianza de que recuperarán esa tendencia en los tres meses que quedan del año.

Aseguró que el sector está teniendo un buen comportamiento, dentro de las previsiones y anticipó que, a medida que se vaya acomodando la macroeconomía, con una baja de la inflación y la reducción de las tasas -pese a que el tipo de cambio mantenga el ritmo de devaluación del 2% mensual-, los vinos a granel y los fraccionados no tienen techo para seguir creciendo. Acotó que también es necesario que se avance en la mejora impositiva, para que aumente la eficiencia en los negocios.

Sumó que hay una buena disponibilidad de vino -a diferencia de 2023, cuando fue la menor cosecha de la que haya registro-, por lo que existe una mayor oferta para el exterior, pero también planteó que la recuperación de los mercados perdidos no es inmediata, sino que requiere de un tiempo. Por otra parte, los precios en Chile y en Europa son muy bajos, y resaltó que el viejo continente tiene los mismos desde hace, como mínimo, cinco años, pese a que también tienen inflación.

Bartolucci, quien estaba regresando de la tercera edición de la feria ProWine en San Pablo, resaltó que Brasil es un muy buen mercado para Mendoza y que hoy existe una conexión directa, que permite visitar a los clientes o que ellos lleguen a la provincia en tres horas. Los vinos argentinos, precisó, tienen buena recepción en ese mercado, porque saben que son de muy buena calidad, y que lo mismo sucede en Europa.

Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino, señaló que las fluctuaciones de las exportaciones de granel son las que hacen que las totales de vino tengan descensos y repuntes. También destacó que, cuando se observa el crecimiento del 5,2% - +3,5% para el fraccionado y +11% para el granel- en el acumulado del año, se debe tener en cuenta que se está comparando con un 2023, que fue de bajas ventas en el mercado externo.

Señaló que los principales mercados de los vinos argentinos han tenido un repunte este año, que puede explicar esa variación, luego de que en 2023 cerraran con una reducción. Sin embargo, resaltó que aún se está lejos de volver al nivel de exportaciones de 2022 y consideró que esto responde, en gran medida, al tipo de cambio, ya que hay muchos que plantean la necesidad de que esté un poco más alto.

Rada resaltó que, cuando se mira la evolución de los insumos vitivinícolas, como botellas, etiquetas o cartón, han subido por encima de la inflación general, lo que hace que el impacto sea muy fuerte. Y, cuando el tipo de cambio está atrasado, las bodegas exportadoras se ven obligadas a subir los precios y esto implica perder volumen o, de lo contrario, se achican los márgenes.

De todos modos, indicó que pareciera que las subas se han moderado y que las importaciones están empezando a normalizarse. De seguir esa tendencia, estimó que los costos deberían ser más razonables, pero que toda la economía tiene que enfriarse un poco para que la vitivinicultura pueda recuperar competitividad, ya que no se puede trasladar al precio en dólares la totalidad de los aumentos de costos.

Por otra parte, manifestó que la mayor previsibilidad facilitará los contratos de largo plazo. En este sentido, resaltó que las exportaciones involucran compromisos en el tiempo y que la confianza en lo que va a pasar juega un rol muy fuerte, ya que, si no se sabe qué sucederá con el precio de los insumos, el comportamiento a la hora de exportar será más cauto.

Tendencia de las exportaciones mendocinas

Un informe reciente del Ieral, de la Fundación Mediterránea, plantea que, cuando se inicia una crisis, el temor de los argentinos lleva el tipo de cambio hacia arriba, lo que hace que vender en el mercado externo sea más atractivo. En cambio, cuando se implementan políticas para resolver la situación económica y el pánico merma, el dólar baja y se complica exportar.

El documento también plantea que, a diferencia de lo que sucedió entre 2000 y 2010, cuando hubo un marcado incremento en las cantidades importadas en el mundo, con una fuerte influencia de China, a partir de entonces se han estancado, tanto por un menor crecimiento mundial, como por la implementación de políticas proteccionistas.

En cuanto a los precios, indica que la mayoría mejoró con la pandemia, pero después volvieron a disminuir, volviendo a los niveles anteriores, y que no se espera un incremento sustancial hacia adelante.

Y sobre el dólar, el Ieral señala que se viene rezagando con respecto a la inflación y que, en agosto, el “blend” estaba un poco por encima de los $1.000, mientras que, a mediados de septiembre, ya había caído a $750. Y si bien plantea que no está bajo, sí muestra una tendencia al descenso.

En análisis concluye que, si la actual política económica se consolida, se irá a una situación con costos argentinos más altos en dólares, con lo que las empresas exportadoras deberán enfocarse en estrategias para ser más productivas. Por ejemplo, siendo más eficientes o incorporando tecnología y capital, lo que podría verse favorecido por los créditos bancarios a tasas más accesibles.

También debe pensarse en acciones para reducir costos no salariales, como la baja de impuestos en todos los niveles de gobierno, y en la disminución de los costos generados por las regulaciones.

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