El último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) muestra que las exportaciones de vino fraccionado lograron un crecimiento del 13,8% en volumen entre enero y abril de este año, con respecto al mismo lapso del 2020. Los tintos y rosados registraron una suba de 15,4%, mientras los blancos crecieron 4,8%. Los datos, reconocen desde el sector, resultan muy positivos, aunque hay incertidumbre sobre si la tendencia se sostendrá en los próximos meses.
Si bien las exportaciones totales cayeron un 23,2%, esto se debe a que las ventas al exterior de graneles se redujeron en un 48,8%, ya que en los primeros meses de 2020 se estaban comercializando a un precio muy competitivo los excedentes vínicos que había en ese momento. Ahora, en cambio, los stocks están equilibrados y ya no es posible exportar esos volúmenes. Lo positivo, es que los embotellados ganaron terreno.
Ramiro Barrios, director del Área de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina, manifestó que tener un primer cuatrimestre con números positivos es una buena noticia y evidencia que se aprovechó una oportunidad de mercado, ya que el retail y el comercio electrónico se vieron beneficiados en el contexto de la pandemia. En esos canales, los vinos de precios más accesibles tienen mayores oportunidades y Argentina ha logrado desarrollar ese segmento, al tiempo que un dólar más competitivo permitió a las bodegas exportar en rangos como el “entrada de gama” o “entry level”.
Expectativas moderadas
Analizando los principales mercados para los vinos argentinos, Barrios consideró que las perspectivas son alentadoras, porque, por ejemplo, el 50% de la población de Estados Unidos ya tiene al menos una dosis de la vacuna contra el Covid y se está vacunando a una tasa diaria de 3 millones de inoculaciones. Esto significa que, si bien seguirá habiendo dificultades económicas a nivel mundial, los restaurantes seguirán abriendo, aunque con restricciones en la cantidad de cubiertos.
Barrios planteó que la “gran incógnita” para los meses por venir es cuál será la evolución del tipo de cambio. “Es posible que se retrase, lo que generaría una inflación en dólares y afectaría la rentabilidad que había ganado Argentina”, advirtió. Por otra parte, detalló que el aumento de las exportaciones de granel el año pasado permitió disminuir el stock vínico interno, con lo que el precio del vino de traslado se tonificó y trepó un 100%. De ahí que muchas bodegas que hoy tienen que comprar uva o vino para responder a los contratos, van a tener costos de materia prima más elevados.
El representante de Bodegas de Argentina aseguró que hay que tener cautela, sobre todo porque considera difícil poder sostener la tasa de crecimiento de este primer cuatrimestre. De todos modos, señaló que la industria apuesta a aumentar la productividad y a seguir al menos manteniendo las cifras actuales de ventas al exterior. Por otro lado, recordó que el Gobierno Nacional tiene un plan de llegar a los mil millones de dólares anuales por exportación de vinos fraccionados.
Por su parte, el titular del INV, Martín Hinojosa, comentó que lo entusiasma la tendencia creciente de ventas y que tiene la mirada puesta en lo que puede suceder en el hemisferio norte con las heladas, ya que Francia se ha visto muy afectada por esta contingencia y, lo que es una desgracia para ellos, se puede traducir en una oportunidad para la vitivinicultura argentina. Si bien el país europeo no cuenta con un organismo oficial que brinde información certera, ya hay preocupación sobre las consecuencias que puede tener en la próxima cosecha.
Sobre los precios, Hinojosa indicó que, al estar exportando más fraccionado (y menos granel), aumenta el precio promedio de exportación, debido a que se incrementa el valor agregado. En 2020, hubo un crecimiento importante en el volumen de ventas, tanto en el mercado interno como en el externo, pero favorecido por una baja en los precios, que fue posible por la existencia de excedentes. De todos modos, planteó que es importante crecer a la par, en volumen y precio.
El gerente de la Unión Vitivinícola Argentina y del Fondo Vitivinícola Mendoza, Sergio Villanueva, expresó que las cifras se deben analizar en el largo plazo, porque en este momento hay distintas miradas sobre lo que puede suceder con la cosecha –que se anticipaba similar a la de 2020 pero superó las expectativas-, y los precios. “Los graneles y los mostos son más sensibles a este tipo de coyuntura. En el caso de los fraccionados, el precio no es la única variable, sino que también tiene un buen peso la marca”, subrayó.
Villanueva mencionó que el crecimiento de exportaciones de embotellados es positivo, porque tienen una mayor estabilidad, pero señaló que el ritmo de mejora comenzó a declinar el mes pasado. Según los mismos datos del INV, en el primer mes de 2021, las ventas al exterior de fraccionados subieron un 3,2%; en febrero, un 22,3% y en marzo, un 37%. En cambio, en abril la suba interanual fue de 1,6%.
El titular de la UVA manifestó que, para avizorar una tendencia más clara, se deberá esperar a tener los datos del primer semestre completo. Así se podrá apreciar cómo influyeron, entre otras variables, el incremento del costo de la materia prima y otros insumos, la cosecha más abundante de lo anticipado, la caída del mercado interno por la pérdida de poder adquisitivo del consumidor, las heladas en Francia y el norte de Italia, y el margen de competitividad ligado a un tipo de cambio que probablemente tienda a atrasarse, por tratarse de un año electoral.