El 2020 fue un año atípico por el Covid, que se tradujo en menores compras en el mundo y, por ende, menores cantidades exportadas, y también menores precios. Hubo excepciones en productos clave. En Mendoza, las exportaciones vitivinícolas casi se mantuvieron estables, gracias a los graneles (a menores precios) y al ajo. Para 2021 se espera un mejor mundo, comprando más. Pero hay dudas a nivel nacional (respecto de la evolución del dólar oficial y a la brecha cambiaria) y provincial (menos vinos).
Argentina: faltando un solo mes, las exportaciones argentinas vienen cayendo un 14% interanual. Las caídas se han notado más en las manufacturas de origen industrial (32%), principalmente por autos (menores ventas a Brasil). En menor porcentaje ha caído lo vinculado al agro, especialmente al de origen pampeano.
La caída se explica más por cantidades y también por precios. El sector vinos, de mayor peso en las exportaciones provinciales, ha disminuido un 2%, y ha tenido un mejor desempeño en los productos primarios (+30%).
En vinos, a nivel global, han aumentado las cantidades exportadas (34%), con fuerte disminución de sus precios en dólares (-27%). Los vinos varietales fraccionados representan gran parte de los vinos exportados, y sus ventas vienen disminuyendo un 5%. Los fuertes aumentos se explican por los graneles (varietales y genéricos), con precios muy bajos. En mostos, hubo disminución, especialmente con menores precios.
Otros productos: ha habido fuerte aumento en hortalizas, donde se destacan los ajos, con mayores precios y cantidades exportadas. En los otros ítems relevantes, se destaca una caída en plásticos (-50%) y una recuperación en químicos.
Resumiendo, un mal año en materia de exportaciones. A nivel nacional, menor cantidad y también menores precios. En Mendoza no fue tan malo, porque exporta poco de productos típicamente industriales. Además, apenas disminuyeron las ventas vitivinícolas, al vender mayores cantidades (especialmente granel) a bajos precios, y por un buen año en ajos (precios), un producto importante en Mendoza.
Factores claves
Las menores exportaciones argentinas se explican en buena parte por un mal año en el mundo (Covid). Durante 2020, la mayoría de los países sufrieron una fuerte caída en su actividad económica. Eso implica una disminución de los ingresos de sus respectivas poblaciones y, por ende, una importante reducción en las cantidades de bienes importados.
Por otro lado, la mayoría de los commodities sufrieron una disminución de sus precios internacionales, en parte por el fortalecimiento del dólar (ante una crisis, los inversores se refugiaron en el dólar o en bonos seguros de EEUU). Y en otra parte, por la menor demanda mundial de productos. Ambos factores se hicieron explícitos, hasta la segunda parte de este año, y luego ha habido cambio de tendencias, de manera que en los últimos meses del año se ha visto una recuperación de aquellos precios (granos, petróleo, etc.).
Para 2021, se espera un mundo mejor. Aunque todavía se mantiene la amenaza del rebrote más extenso del Covid, está la esperanza de las vacunas. En ese contexto, los pronósticos apuntan a un repunte en la mayoría de las economías, traduciéndose en una mayor recuperación del comercio internacional.
Aparte, en un EEUU post-Trump, es posible que la política fiscal sea más contractiva, con más impuestos, lo cual puede favorecer a un dólar más débil, y a precios de commodities mayores, como se ha ido observando en la última parte del año pasado. Ante un mundo mejor, ¿podrá Mendoza exportar más? Las oportunidades están, pero también las dudas. A nivel nacional, un interrogante está en el control inflacionario. Los pronósticos apuntan a una inflación cercana al 50% anual, y es razonable pensar que habrá medidas para controlarla, aun siendo heterodoxas. Una posible acción sería moderar los aumentos en el dólar oficial, rezagándose respecto de la inflación, aun con el costo de perder reservas del Banco Central. Este tipo de política desalentaría las exportaciones.
También jugaría en contra la brecha cambiaria. Un exportador percibe un dólar, que lo debe cambiar a un valor oficial de $ 83 (actualmente), pero si desea luego adquirir otra vez dólares, debe pagarlos a casi el doble. Otro factor es el menor financiamiento para exportaciones. La caída en los depósitos en dólares obliga a los bancos a prestar menos en dicha moneda.
A nivel provincial, debe considerarse un par de puntos. El primero es vitivinícola. Las mayores cantidades vendidas se explican por el granel a bajos precios. ¿Podrá seguir esa tendencia? Se ve difícil. Un indicador es el precio de vino de traslado (vino que una bodega le vende a otra), usado como referencia y como pronóstico del precio de la uva en período de cosecha. Los precios de los vinos tintos comunes han aumentado un 76% interanual en moneda constante (es decir, por encima de la inflación global), y los blancos un 88%, señal de cierta escasez de vinos (con menores stocks). Además, acorde a rumores, la cosecha de 2021 será menor.
Por lo tanto, es posible que los precios de vinos no sean tan bajos como los observados a inicios del presente año. También debe considerarse si a nivel mundial habrá faltante de vinos. Todo esto indica que no resultará fácil volver a aumentos de exportaciones de graneles para el próximo año.
Un segundo punto es el ajo. Acorde a los datos de fin de año, el precio de ajo pagado por Brasil es bastante menor a lo observado a inicios de 2020. Todavía falta, pero es una señal.
Concluyendo, pensando en exportaciones, el mundo brinda una oportunidad (mayores volúmenes, y quizá mejores precios), pero hay dudas nacionales (dólar oficial que puede rezagarse al controlar la inflación, y la brecha cambiaria) y provinciales (vinos más caros al reducirse sus stocks).