Brasil: volvió el “mesías”, ¿renace el Mercosur?

El autor, economista y director de la consultora Cosmopolitas, plantea cómo Lula da Silva puede impulsar la integración regional. Oportunidades para Mendoza.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, nuevamente plantea fortalecer la integración regional. (Foto / DPA)
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, nuevamente plantea fortalecer la integración regional. (Foto / DPA)

Sudamérica históricamente ha sido el escenario de un juego de poderes entre los 2 países más relevantes de la región, Argentina y Brasil. Desde la vuelta a la democracia estos países dejaron de lado muchas de sus diferencias y enemistades, así decidieron liderar una integración económica que culminaría con la creación del Mercosur. Luego de 21 años desde su creación, el Mercosur parece estancado y algunos integrantes lo ven como un lastre para su integración mundial. Sin embargo, un nuevo mesías vuelve a revitalizar la integración, Luiz Inácio “Lula” da Silva.

El complejo pasado

En la última década, la política ha jugado un rol fundamental para estancar la integración. En particular desde la asunción de Bolsonaro en Brasil y Alberto Fernandez en Argentina, ambos países buscaron imponer sus ideas políticas, sin buscar el consenso para lograr objetivos comunes. El Mercosur zozobraba, porque Argentina se focalizaba en sus problemas internos y Brasil miraba geopolíticamente a EE.UU., Asia y Rusia.

A pesar del contexto adverso, las empresas argentinas vieron en Brasil un mercado sólido, cercano y que comprendían los vaivenes de nuestra economía diaria. La dependencia de Argentina con este gran mercado creció en pandemia y permitió ese superávit comercial que alivió las reservas del BCRA. Hoy Brasil es el principal destino de nuestras exportaciones y es muy probable que aumente su relevancia en los próximos años.

La nueva integración

Con la asunción de Lula da Silva como presidente de Brasil, el futuro del comercio bilateral parece inmejorable. Lula está empeñado en que Brasil consolide su liderazgo regional de Sudamérica, posición que le permite sentarse en la mesa chica de los países más poderosos del mundo. Argentina es clave para nuestro vecino, ya que, con el apoyo argentino, la influencia regional sería abrumadora.

A finales de enero Lula da Silva visitó a Argentina y firmó acuerdos de integración que hoy parecen más un deseo que una realidad, pero ciertamente marcan una tendencia que podría materializarse en los próximos 2 años.

El primer paso se ha dado en el sector energético, esto no es casual ya que Argentina está listo para liberar el gas que tiene Vaca Muerta y Brasil necesita energía barata para su industria. El gasoducto Nestor Kirchner permitirá unir Vaca Muerta con los gasoductos maestros que posee Argentina y así no solo disminuir las importaciones de energía, sino exportar gas a Brasil y Chile. El financiamiento en la construcción de la mega obra, puede provenir de bancos brasileros.

Brasil necesita abastecer a su industria de minerales, por ello las empresas mineras brasileñas ya se encuentran operando en Argentina. El litio, el potasio y el hierro son su principal interés, Argentina podría ser un gran proveedor, ya que cuenta con la gran ventaja de una logística de cercanía, elemento clave postpandemia.

Los agronegocios son considerados por ambos países como la industria que la región podría liderar mundialmente en el futuro. Los acuerdos firmados buscan derribar las fronteras burocráticas y sanitarias entre nuestros países, así aumentar la competitividad de las empresas agroalimentarias con mayores mercados, mejor logística y un amplio abanico de proveedores de insumos y servicios.

En cuanto al comercio bilateral, se firmaron acuerdos para simplificarlo y la mayor integración aumentaría la competitividad de ambas economías. El objetivo global es permitir que tanto las empresas argentinas como brasileñas operen con mayor libertad en el mercado. Empresas más grandes implican demandas de insumos y servicios más complejos, por eso se fomentará la creación de empresas binacionales que permitan satisfacer la demanda. El autoabastecimiento regional permitirá el desarrollo económico, sin que el financiamiento y el beneficio sea para empresas de otras regiones.

Una moda que se ha dado entre Brasil y Mendoza es el hecho de celebrar casamientos en la provincia, con los viñedos y montañas como marco.
Una moda que se ha dado entre Brasil y Mendoza es el hecho de celebrar casamientos en la provincia, con los viñedos y montañas como marco.

SUR

Un mercado común debería tener una moneda común, lo que reflota la vieja idea de una divisa sudamericana. La nueva moneda se llamaría SUR y conviviría con las monedas locales de los distintos países que la acepten. La idea básica es que Argentina y Brasil creen una moneda que permita realizar los pagos del intercambio entre los países de la región. El proyecto es aún una idea y necesita de mucho tiempo, análisis y gestión para que vea la luz. La idea parece buena, ya que hoy para el comercio entre nuestros países se utiliza el dólar estadounidense.

Una moneda común permitiría a los Bancos Centrales de nuestros países financiar el comercio bilateral, sin la necesidad que sus reservas en dólares caigan por las transacciones. Argentina, por su mal historial crediticio, sería el principal beneficiario, ya que al ahorrar los dólares del comercio con Brasil, podría utilizarlos para financiar el comercio con otros países del mundo.

Las opiniones están divididas, algunos economistas internacionales como Krugman creen que es una idea absurda, porque las economías son disimiles y la cotización del SUR sería muy inestable. Es importante señalar que es difícil cuestionar el proyecto cuando se conoce muy poco sobre su potencial funcionamiento.

Mendoza

La economía Mendocina es sumamente dependiente de Brasil, siendo este el principal destino de sus exportaciones con más del 21%. Los productos y servicios comercializados son básicamente los mismos rubros desde hace décadas: ajo, frutas, vinos y productos industrializados. La evolución de estos es bastante estable, aunque se observa que la comercialización de ajo y frutas es volátil por diversos factores, como el climático o la acción de otros países proveedores.

Nuestro comercio con Brasil se está estabilizando luego de las dificultades que tuvimos para comercializar en pandemia. Las exportaciones a Brasil, en base a datos gentilmente provistos por ProMendoza, crecieron un 5% de 2021 a 2022. Lo cual muestra que la demanda por nuestros productos sigue firme y se espera continúe por la misma senda.

Lo más interesante es que Brasil está descubriendo a Mendoza, en particular, por el glamour que aportan los vinos mendocinos. La curiosidad por el terroir de sus vinos favoritos, por el sol y la gastronomía, hacen a Mendoza un destino aspiracional para los turistas brasileros. Es común encontrarse en los restaurantes, bodegas y hoteles más prestigiosos de Mendoza a grupos de turistas brasileros que vienen por el combo de vinos, bodegas y montaña.

Esa conexión está llegando a nuevos niveles, ya que muchos eventos de empresas brasileras, casamientos y fiestas del jet set brasileño, se organizan y celebran aquí. El principal motor de este acercamiento económico y cultural, se debe a la mejora en la conexión aérea con Brasil, ya que al menos 3 líneas aéreas ofrecen vuelos directos a Mendoza.

El Futuro de Mendoza tiene color verde-amarillo.

Mendoza posee el atractivo suficiente para que las empresas brasileras inviertan en nuestra provincia. Los productos locales estarán cada día más presentes en sus góndolas, en particular los de mayor valor agregado. Conocer las necesidades de esos consumidores nos permitirá bríndarles productos a su medida.

Mendoza para Brasil no es solamente materias primas o agricultura, sino que los servicios serán el sector más codiciado en los próximos años. La provincia cuenta con los atractivos necesarios para ser un destino turístico por excelencia para el público brasilero. Las inversiones en servicios gastronómicos, transporte y de recreación, serán las áreas más interesantes para las empresas brasileras.

Las exportaciones de Mendoza a Brasil de productos con alto valor agregado, liderados por la industria vitivinícola, serán la punta de lanza para el ingreso de muchos otros productos regionales. Si la integración propuesta por Lula da Silva logra materializarse y las fronteras políticas y culturales de desvanecen, Mendoza tendrá un rol clave para la región, ya que no existe en Brasil un lugar similar a Mendoza ni a su cultura.

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