Este fin de semana, el sector exportador recibió una buena noticia: la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) dejará de cobrar un anticipo de IVA y el impuesto a las Ganancias a algunas empresas importadoras. Si bien no se trata de una reducción impositiva directa, impacta de manera positiva en las finanzas y en los costos.
Pero también tuvo otra que, de momento, genera una preocupación relativa, hasta que se conozcan más precisiones. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que, a partir del 2 de abril, implementará aranceles a las importaciones de productos agrícolas. Esto podría impactar en las exportaciones mendocinas de vino (segundo destino de las ventas totales al exterior de la provincia).
Sin IVA ni Ganancias
Lo que hizo ARCA fue eliminar la suspensión de los certificados de exclusión de IVA y Ganancias para las operaciones de importación. La posibilidad de pedir la exclusión es para las empresas que, con sus percepciones de estos dos impuestos, generan un saldo a favor que no podrán compensar en el corto plazo y un “exceso de cumplimiento de esas obligaciones tributarias”.
Sin embargo, había sido suspendida en 2023 y las empresas tuvieron que hacer frente a una percepción que podía alcanzar hasta el 20% en IVA y el 6% en Ganancias, lo que implicaba un incremento significativo en la carga impositiva.
Desde Nación resaltaron que la medida, resultado del trabajo conjunto con la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía, generará un efecto financiero positivo para la economía, ya significará una reducción en la carga tributaria para quienes importen insumos y productos.
El presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), Martín Clement, explicó que este pago anticipado se aplicaba tanto a las operaciones de importación de insumos para la producción, como de bienes para comercializar. Detalló que, cuando se trae un bien del exterior se debe pagar un anticipo del IVA (20%), Ganancias (6%) e Ingresos Brutos (2,5%). La norma de ARCA posibilita que algunas empresas puedan pedir la exclusión de los dos primeros (ya que el último es provincial).
El empresario de comercio exterior indicó que, si bien son impuestos recuperables, hay que esperar hasta que se genera la venta -si es un producto terminado- o su transformación, cuando se trata de un insumo. Sin embargo, muchas veces transcurre un tiempo entre la importación y la comercialización, y también hasta el momento de poder utilizar ese crédito fiscal.
Lo que produce esta situación, planteó Clement, es que los importadores, productores o fabricantes, en la práctica, le prestan dinero al Estado de manera gratuita y el monto se va diluyendo con la inflación. De todos modos, resaltó que en algunos casos el certificado de exclusión -que indicó se suspendió cuando el Gobierno necesitaba “caja”- se aplica al 100% del impuesto, pero a veces por un porcentaje menor.
Graciela Rovera, presidente de la Comisión de Comercio Exterior, de la Federación Económica de Mendoza (FEM), consideró positivo que retiren ese IVA y Ganancias adicionales, porque reduce la base impositiva, que ya es bastante alta en comparación con Chile.
Precisó que, antes de la resolución, algunas posiciones arancelarias podían pedir el certificado de exclusión si tenían certificado MiPyme, mientras ahora el beneficio se generaliza. Y subrayó que cualquier medida que apunte a que las empresas paguen menos impuestos se ve reflejado en el precio finales de los bienes, que termina pagando el consumidor.
Rovera, quien es socia gerente de una empresa de comercio exterior, manifestó que el Gobierno nacional ha ido desregulando la actividad y Aduana ha dejado de pedir una serie de certificados para permitir el ingreso de mercadería. Si bien el requisito de las certificaciones sigue vigente, no es un freno para importar, lo que agiliza la operación, ya que cada trámite de un tercer organismo demora 60, 90 a 120 días y eso implica un alto costo para los importadores.
El gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, Mario Bustos Carra, expresó que el cobro de esos anticipos generaba saldos a favor, que luego resultaba difícil recuperar, por la burocracia. En ese sentido, entiende que la medida es otra más de simplificación de las importaciones, que permite abaratar costos. Resaltó, además, que el 80% de las compras al exterior en Argentina están destinadas a la producción -es decir, no son bienes terminados- y que se estuvo casi 20 años con dificultades para traer bienes de afuera o para poder pagarlos.
Aranceles en Estados Unidos
Como contraparte a este beneficio, el anuncio del presidente Trump, de la implementación de aranceles, levanta alertas en el sector exportador. Bustos Carra señaló que, para ingresar en un tratado de libre comercio con ese país, Argentina necesita la aprobación del Mercosur, algo que demanda un tiempo.
Consideró que es mucho más sencillo recuperar el sistema generalizado de preferencia, que estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 2020. Destacó que es “mucho menos ambicioso, pero más factible”, y que beneficiaría a los productos emblema de Mendoza, como el vino y el aceite de oliva. La medida beneficiaba al 10% de las exportaciones argentinas a Estados Unidos -lo que representa unos US$ 500 millones- con el arancel 0% o una reducción de alícuota.
Rovera estimó que, en principio, si se fijaran aranceles al vino no afectaría a las exportaciones locales, porque es un producto que ya paga para ingresar a Estados Unidos, y no se trata de un porcentaje bajo. De todos modos, advirtió que hay que esperar a ver qué es lo que efectivamente sucede y cómo prosperan las relaciones exteriores de Argentina con ese país.
Clement, por su parte, analizó, a título personal (aún no han discutido esto en el CEM), que hay que esperar a que se aplique el incremento, para poder estudiar bien los aspectos técnicos. Planteó que, si fuera para todos los países -incluidos Chile, España, Italia, Francia, Nueva Zelanda y Australia, principales productores vitivinícolas-, no sería una desventaja para Argentina. Pero Chile, por ejemplo, tiene un tratado de libre comercio, que podría dejarlo fuera del aumento. Además, el anuncio podría tratarse de una estrategia de negociación con ciertos países, como México.