El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, fue condenado a pagar una multa económica por besar a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración de la Copa Mundial 2023. La sentencia fue dictada por el juez José Manuel Fernández-Prieto, quien se volvió viral durante el caso.
En tanto, tras llegar el juicio a su fin, el magistrado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional no necesitó más tiempo para sentenciar a Rubiales a una condena de 18 meses de multa con cuota de 20 euros al día (10.800 euros en total) por un delito de agresión sexual.
Además, el fallo establece una orden de restricción a Rubiales que le prohíbe acercarse a Hermoso a menos de 200 metros y comunicarse con ella durante un año. También se le impuso un pago de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los daños morales causados.
Pedido de prisión y argumento del juez
Cabe mencionar que durante el juicio, prolongado durante nueve jornadas a lo largo de dos semanas, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, solicitó al magistrado que impusiera una pena de dos años y medio de prisión para Rubiales por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.
Sin embargo, fue rechazado por el juez ante la falta de pruebas para calificarlo como delito, ya que no quedó acreditado que hubiera violencia o intimidación.
El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, presentó la renuncia. (Real Federación Española de Fútbol)
El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, presentó la renuncia. (Real Federación Española de Fútbol)
En la sentencia, de 36 páginas, esgrime que, "a la vista de la entidad de la agresión, un beso, que se trata de un acto esporádico del acusado y que este no precisa de una especial rehabilitación del delito" opta por una multa, que es de "menor gravedad" que la pena privativa de libertad.
El juez considera que Rubiales "no se prevalece de su condición, ni de una relación de superioridad con respecto a la víctima" para darle el beso y que, siendo un "acto reprochable", se realizó "dentro de la euforia de la celebración de haberse conseguido la copa del mundo, éxito sin precedente en el fútbol femenino español".