La belleza también tiene su agenda. Aunque el pelo y la piel requieren cuidados constantes, hay épocas del año más propicias para determinados tratamientos que otras, y el comienzo de año es una buena excusa para organizar los meses por delante.
Aquí, una guía con recomendaciones de expertos.
Enero a marzo
Alta protección solar y peelings de verano: Aunque el protector solar debe usarse todo el año, en esta época se refuerza la recomendación.
"Conviene elegir un factor de protección alto, mayor a 30 FPS", indica la dermatóloga Paula García Danenza, quien también aconseja aprovechar para hacer "peelings de verano".
Aunque este tipo de tratamientos suelen hacerse en invierno, también hay algunos suaves que pueden hacerse en esta época, que utilizan ácidos (alfa-hidroxiácidos) que no son agresivos y que mejoran la textura de la piel. "A esto podemos agregar un abordaje cosmiátrico con limpiezas de cutis y máscaras hidratantes.Con estos procedimientos mejoramos y prevenimos la aparición de arrugas finas en el rostro", puntualiza García Danenza.
Abril a septiembre
Depilación definitiva: En lugar de esperar a que se acerque el verano para pensar en liberarse del vello de una vez por todas, lo recomendable es lo contrario, planear con tiempo empezando en marzo o abril.
"Eliminar el vello permanente requiere varias sesiones así que mejor empezar con anticipación", afirma García Danenza.
Tratamientos intensos para la piel: Otoño e invierno, cuando la piel está menos expuesta al sol y el aire libre, son buenas estaciones para probar tratamientos más intensos; como los de antiaging.
Hay opciones de peelings profundos (con ácido tricloroacético o ácido retinoico), con láser (para tratar rosácea o arañitas en el rostro) o rellenos de toxina botulínica para quienes quieran combatir arrugas profundas o líneas de expresión.
También puede ser una oportunidad para abordar manchas solares que hayan quedado del verano.
"Aunque hay que usar protección solar incluso en invierno, en esta época la piel descansa un poco de las radiaciones solares y es el momento propicio para probar tratamientos aclaradores, ya que el sol intenso empeora las manchas", explica la dermatóloga Verónica Muchnik.
Combatir y prevenir celulitis y adiposidad localizada: Una planificación permite evitar caer en la carrera contrarreloj de cada primavera. Si todos los inviernos nos dejamos estar aprovechando que el cuerpo está más tapado, esta vez podemos probar empezar con tiempo a tratar todo lo que nos va a molestar cuando haya que destaparlo.
"Mi consejo es no esperar a que llegue el verano para hacer tratamientos corporales porque requieren varias sesiones y los resultados se ven a largo plazo", sostiene García Danenza. Y enumera alternativas como la mesoterapia (aplicación de microinyecciones para cambiar la "piel de naranja"), cremas anticelulíticas descongestivas y tonificadoras, criolipólisis (para romper células adiposas) o radiofrecuencia.
Octubre a diciembre
15 minutos de sol sin protección, para ganar Vitamina D: Aunque en las últimas décadas se han difundido ampliamente los peligros de exponer la piel al contacto directo de los rayos solares, también es cierto que hacerlo en condiciones específicas, indicadas por los médicos, puede ser beneficioso.
La primavera llega con la oportunidad ideal de aprovechar el mayor tiempo al aire libre y darse “microbaños” de sol sin protección, que fomentan la producción de vitamina D.
Atención: la recomendación profesional es que se haga sólo durante 15 minutos y después sí, es fundamental colocarse una pantalla.
Desintoxicarse de los excesos del invierno: Si durante los meses de frío nos excedimos con el consumo de platos altos en grasas e hidratos de carbono, hacia fin de año podemos liberar el cuerpo de toxinas con un plan "detox". "Los descansos digestivos existieron en todos los tiempos y han sido prácticas utilizadas por todas las religiones.
Es hora de hacer una vuelta a la naturaleza y retomar estos recursos tan sabios y poderosos", resalta la nutricionista Patricia Robbiano. Estos planes, basados en períodos de ayuno o consumo de líquidos y frutas, son recomendables siempre bajo estricta consulta previa a un profesional. Para complementar, y evitar la retención de líquidos, se puede recurrir a tratamientos de drenaje linfático.