Los analistas del mercado vienen alertando desde hace semanas, incluso antes de que finalice el 2018, que en 2019 se iba a caracterizar por un mayor nivel de volatilidad y de nerviosismo entre los inversores a medida que se acerque el evento electoral que defina quien será el próximo presidente.
Esta volatilidad y nerviosismo se percibe en el mercado y la misma se incrementa semana a semana a medida que se transita el resto de las elecciones provinciales, entre primarias y definitivas.
La tensión e incertidumbre entre los inversores se puede ver en dos aspectos. La disparada de la volatilidad en el tipo de cambio, mientras que los movimientos de la curva soberana en dólares es otro reflejo de dicha falta de certidumbre en el mercado.
Volatilidad del dólar
La pax-cambiaria alcanzada en los últimos meses, en el cual el tipo de cambio operaba en la parte baja e incluso fuera de la zona de no intervención pareció haber finalizado en las últimas semanas y en la cual el dólar se disparó hasta superar los $ 43. Ese rally encendió las alarmas en el BCRA y en el Gobierno así como también entre los inversores, retrotrayendo los malos recuerdos de la corrida cambiaria de 2018. El fuerte despertar del dólar llevo a que la volatilidad a 10 días se dispare rápidamente, pasando de niveles de 5% al 30% en una semana,
Está claro que el dólar no puede quedarse en un solo nivel y que debe ir acompañando la inflación para evitar un escenario de atraso cambiario y en el cual, dicho atraso sea corregido rápidamente, generando un nuevo evento de volatilidad cambiaria.
Sin embargo, lo que más preocupó a la actual gestión del BCRA es atacar la volatilidad cambiaria. Una mayor volatilidad cambiaria es lo que más perjudica a la percepción económica de la gente y puede generar efectos negativos para Cambiemos en las urnas. Durante el periodo de corrida, Mauricio Macri perdió más de 25 puntos de imagen y por ello es que atemoriza al mercado que la volatilidad vuelva a dispararse.
De todos modos, el evento de volatilidad genera un espiral negativo en el cual todos quieren cubrirse y potencia el movimiento alcista del dólar. Por ello es clave que el BCRA reaccione rápido ante los movimientos del dólar, algo que fue un poco criticado por participantes del mercado.
Curva soberana
Por otro lado, los movimientos de la curva soberana en las últimas semanas fue un fiel reflejo de tal incertidumbre económica y política. Tanto la curva de bonos argentinos ley Nueva York como la de ley argentina muestran una inversión en la misma. Los bonos cortos rinden más que los bonos largos, reflejando un claro síntoma de dudas ante un evento de crédito.
Actualmente no existe riesgo de crédito dado el respaldo del FMI, además, existe la especulación de que el Gobierno puede reestructurar la deuda. Sin embargo, dependerá de quien lleve adelante ese proceso. Claramente una gestión de Macri estaría más en condiciones de llevar adelante una reestructuración mientras que el mercado entiende que con una victoria de CFK el riesgo de default sería más elevado.
Haciendo una comparación con el estado de la curva actualmente y con la de hace un año, se ve que la curva no solo perdió pendiente sino que también se desplazó al alza y se invirtió. Todo esto habla de un escenario de mayor incertidumbre y de mayor riesgo de crédito respecto a un año atrás.
Incluso este nerviosismo se observa al hacer una comparación respecto de cómo se situaba hace un mes. La curva se desplazó al alza 400 puntos básicos en la parte más corta, 250 a 150 puntos en la parte media y apenas 30 puntos en la parte larga.
Justamente, por este movimiento es que se acentuó la inversión de la curva en el último mes y se incrementó la incertidumbre respecto de un evento de crédito y directamente relacionado con la incertidumbre política.