"Ustedes saben que llevo 52 meses y algunos días más de agonía. Doy gracias a Dios, creo que es un milagro", dijo ayer Blanca Sotelo -la madre de Sebastián Prado (36), el médico asesinado en setiembre de 2013- después de enterarse de que había sido detenido, por segunda vez, Jonathan "Johnny" Morales (28) por el crimen de su hijo.
Blanca, durante los últimos años y para mitigar su dolor, se puso el traje de "detective" y consiguió en setiembre pasado un dato que, visto hoy, puede ser fundamental para barrer con la coartada que dejó en libertad a Morales en 2013.
"Yo, de entrada, supe que era él", afirmó la madre del médico, ayer al mediodía en una conferencia de prensa que ofreció ayer la fiscal de Homicidios Claudia Ríos y de la que participaron también el ministro de Seguridad Gianni Venier y el comisario José "Pepe" Vega, jefe de Investigaciones.
La investigación
Morales fue detenido el lunes por la tarde en Guaymallén, tras una serie de siete allanamientos. Era buscado intensamente por uniformados de Investigaciones desde el viernes.
Su detención está conectada con la muerte de José Álvarez (70), asesinado en su finca de Guaymallén el pasado 5 de enero.
Por este crimen fueron imputados el ex casero de la víctima, Ezequiel Orozco y su pareja, ambos imputados por homicidio criminis causa.
Pues bien, para dejar a su esposa fuera del caso, Orozco declaró que él y Johnny Morales fueron los autores del crimen de Álvarez.
En esa declaración, Orozco explicó que Morales le había dicho que a Álvarez había que matarlo porque los muertos no hablan. Para dar peso a sus palabras le confió que él había matado a un doctor y que había logrado zafar del asunto porque su patrón, el dueño de un bar donde trabajaba como cocinero, lo había salvado.
Con estos datos, los investigadores repasaron casos abiertos y de inmediato comprendieron que hablaban de la muerte del médico Sebastián Prado.
Ayer la fiscal Ríos imputó a Morales por la muerte de Álvarez por el delito de homicidio criminis causa.
Además le revocó la libertad que tenía por el caso Prado, en el cual Morales nunca fue sobreseído y, por lo tanto, sigue imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma.
Las dos causas se acumularon y quedaron abajo la órbita de Ríos, quien perdió un día de sus vacaciones para "cerrar" el caso, al menos en lo que respecta a la primera parte de esta reactivación.
La muerte del médico
El 6 de setiembre de 2013 a las 21, la familia Prado-Santarelli se preparaba para ir al cumpleaños. La pareja salió junto con sus dos pequeños hijos del departamento ubicado en López de Gomara y Perú de Ciudad.
La mujer y los niños -el más grande tenía 2 años y el menor de 10 meses- subieron al Renault Duster, estacionado en la vereda, y esperaron a que Sebastián terminara de cargar los cochecitos en la parte trasera del vehículo.
Entonces se escucharon varios disparos. La mujer alcanzó a ver a un sujeto -con la cara cubierta- que huía del lugar. En el piso estaba su pareja, con varias heridas de bala que media hora después le costarían la vida, mientras era atendido en el hospital Lagomaggiore.
Luego el Cuerpo Médico Forense determinaría que uno de los proyectiles (el mortal) le dio en el omóplato derecho; otro, a la altura del esternón; un tercero en el antebrazo izquierdo y el último le rozó un talón.
Las pruebas
- Si bien, como dijo ayer el comisario Vega, el caso Prado es una causa compleja, débil en elementos de prueba objetiva, los elementos subjetivos la han reimpulsado.
- Después del asesinato del médico, el fiscal Daniel Carniello detuvo a Morales junto con Andrés "Pipi" Merlo (30), luego de que dos testigos de identidad reservada lo señalaran como autores del crimen.
- Días después Morales fue liberado al presentar como coartada la declaración del dueño del bar donde trabajaba como cocinero. Además sus huellas no coincidían con las encontradas en la escena del crimen
- "Mientras atendíamos a los clientes, vimos por el noticiero la noticia del homicidio del médico. En ese momento estábamos comiendo unas papas revueltas que él nos había preparado", dijo el jefe de Morales que ahora se encuentra en peligro: podría ser investigado por falso testimonio o encubrimiento
- En setiembre del año pasado Blanca Sotelo, madre de la víctima, se presentó ante la Justicia y aportó un dato importante: un testigo le dijo que el día la noche del crimen el bar donde trabajaba Morales, se encontraba cerrado.
- El 11 de enero pasado Orozco declaró que Morales se había auto inculpado en el crimen de Prado. El lunes, Morales volvió a ser detenido cerca de la zona donde vivía.