¿Cuántos vínculos puede tener una persona durante toda su vida? Hablamos de amigos, compañeros de trabajo, familia cercana, familia lejana, amigos circunstanciales, parejas, relaciones fugaces, vecinos, conocidos... ¡Uf! Nos relacionamos con otros todo el tiempo y, muchas veces, nos gusta juntar a las personas.
Nos pasa cuando queremos ver a dos amigos -o amigas- que no se conocen y, para poder cumplir con ambos, hacemos un encuentro grupal en el que -parece- ganamos todos: logramos nuestro cometido de reunirnos con ellos y les damos la posibilidad de conocerse y pasar un buen rato. Pero, ¿qué pasa cuando esto mismo lo trasladamos a las relaciones de pareja? Nos referimos a las relaciones abiertas, también conocidas como poliamorosas.
En Argentina, este tema dio que hablar luego de que personajes de la farándula afirmaran estar inmersos en el amor "entre varios"; pero no es algo nuevo. En Europa, precisamente en Madrid y Londres, existen parejas que desde hace décadas mantienen relaciones abiertas y con muy buenos resultados. Las historias abundan en Internet: parejas que decidieron abrir sus relaciones y descubrieron que se puede amar a más de una persona y, no sólo eso, sino sentirse más felices y plenos -tanto en lo sexual como lo emocional-.
Recapitulando un poco lo que ya varios saben: el poliamor es mantener relaciones románticas con más de una persona a la vez. Lo que caracteriza a estas relaciones es que no son exclusivas (como sí ocurre con la monogamia) y se dan con el conocimiento y consentimiento de todas las partes involucradas.
El sexólogo y activista de las sexualidades y relaciones no convencionales, Miguel Vagalume, resuelve un planteo que ha invadido las redes luego de los casos argentinos, pues, "no todo el mundo es poliamoroso, no todo el mundo lo considera como parte de su identidad, sino que tiene relaciones poliamorosas (es algo que 'hacen', no algo que 'son')". Hay quien tiene este tipo de relaciones sin llamarlas así, sin haber llegado a ellas de forma intencionada, pero; visto desde afuera, se puede ver que su forma de vincularse es muy similar a la de quienes dicen tener relaciones poliamorosas.
Cada pareja tiene su propia dinámica, "no existe una manera única de llevar adelante este tipo de relaciones. Hay quien las convierte en un modo de 'usar y tirar' a las personas que se va encontrando, mientras que otras construyen relaciones enriquecedoras para todas las personas implicadas. Como en toda relación, funcionan mejor cuando todos los miembros trabajan por la mejoría del grupo en su conjunto, no sólamente en sus propias relaciones", reflexiona el profesional. Ocurre que, al no contar con referentes, hay cierta disposición a encontrarse en una dinámica de prueba y error constante.
En una entrevista televisiva, la sexóloga Alesandra Rampolla dijo que (el poliamor) "es un tema que merece discusión (...) ya que se habla mucho de cómo ha cambiado el tejido social pero de la monogamia, no" y sentenció "¿cuántas personas son felices viviendo en monogamia?". Sea como sea, es un hecho que la relación entre dos parece ser la regla única pero cada vez son más las personas que van más allá y muestran otras formas de vivir el amor dentro de una pareja. Llevar adelante una relación poliamorosa no es fácil sobre todo por "el qué dirán".
Pensar cómo decirlo y a quién es algo totalmente estresante y demoledor, aunque las parejas que deciden abrir su relación tienen bien en claro lo que quieren y cómo lo quieren. No quedan dudas de que el siglo XXI trae consigo nuevas formas de relacionarse: parejas homosexuales, solteros con hijos, familias ensambladas; entre otras. Las personas del nuevo siglo pisan fuerte en esto de "romper reglas" y la monogamia parecer ser una de ellas.
Esto puede deberse a que "en el país -así como en muchos países occidentales- de un tiempo a esta parte se ha dado una fuerte ruptura en cuanto a los modelos tradicionales e incluso en la forma de ver y sentir el amor", dice el sociólogo Alejandro Martínez.
Lo cual nos hace pensar que “esta crisis allanó el terreno para ver nacer nuevas formas de relacionarse en las que poco a poco se deja de hablar de infidelidad para referirse relaciones abiertas es las que prima el respeto y la sinceridad”.
¿Y esto representa el fin de la monogamia? No, para nada. Sólo es una forma diferente de ver y vivir las relaciones afectivas. Para Vagalume "no es el poliamor lo que cuestiona las relaciones amorosas que han existido hasta ahora, porque han existido muchas propuestas antes similares a él desde el amor libre, propuesto por el anarquismo en el siglo XIX. El cambio radica en que, en esta ocasión, ha pasado a formar parte de la cultura mayoritaria o mainstream. Ha sucedido algo parecido a la popularización del divorcio".
Del mismo modo que el divorcio no obliga a todo el mundo a divorciarse, sino a quienes lo necesitan, lo mismo sucede con el poliamor: "Es muy útil para quienes necesitan dar cabida a otras formas de relacionarse", afirma.
¿Qué pasa cuando en esa relación hay niños?
¿Cómo educarlos?, ¿qué decirles?, ¿cuándo hacerlo? . Londres es la cuna de una de las relaciones poliamorosas con más años o, por lo menos, una de las que se conoce. Se trata de una pareja de 70 años de edad que lleva cuatro décadas juntos y casi el mismo tiempo practicando el poliamor. De esa relación base nació una joven que sabe toda la historia, desde sus 8 años de edad. Según la joven, no tuvo problemas al convivir con más de un adulto ya que afirma haberse sentido siempre contenida, acompañada y querida. Hoy, toda una mujer, manifiesta haber tenido una infancia sana y feliz.
Lo que hay que tener en cuenta "es cuándo presentar a nuestra criatura a los nuevos miembros de la unidad familiar. Una persona con quien mantenemos una relación de tres años, que puede ser un pequeño período en nuestra vida, ocupa años muy importantes en una criatura de 5 años, por ejemplo", analiza el sexólogo.
De todos modos, en lugar de poner el foco en el número (si son dos, tres o más personas) es conveniente poner atención en lo que afectará al desarrollo futuro de esas criaturas: las dinámicas que se den dentro de esa relación. Hay parejas con niños en común que tienen una relación que cuida del bienestar de esas criaturas y otras que no lo hacen. Y lo mismo sucede en este caso. Lo importante es poner por delante el bienestar de sus hijos.
"Y conviene meditar las decisiones según su propia escala: una vida con demasiados altibajos durante 4 años, aunque sea una parte pequeña de nuestra vida, puede suponer una parte inmensa de la infancia de una criatura. Por eso, una de las decisiones más meditadas suele ser a quién presentar a nuestros hijos y a quiénes no, quiénes deben pasar a ser parte de nuestras relaciones familiares más íntimas y quiénes no, y en qué momento deben hacerlo", destaca Miguel Vagalume.
La psicóloga Laura Giménez sostiene que este tema puede comenzar a hablarse enfatizando en el amor y el respeto propio y con nuestros seres cercanos. "Destacar lo importante de conocer nuestros sentimientos y no callarlos, apreciar cuando alguien nos quiere y, sobre todo, quiere que estemos bien". Si bien no es recomendable decirle a los hijos toda la información, sí se puede ir comentando de a poco la situación, sin mentir, ya que "vamos a estar reproduciendo un discurso errado. Todos los vínculos deben sostenerse en la verdad.
Sólo que en el caso de los menores prima el tiempo que ellos necesitan para interiorizar lo que ocurre en su hogar y que quizás no pasa en otros”. Ambos profesionales coinciden en la idea de compartir con los hijos sólo cuando las relaciones -que se suman- son sinceras y realmente quieren dar ese paso. El problema mayor estará en torno al estigma, a todas las complicaciones que se pueden derivar sobre ese tema (quién recoge a las criaturas en el colegio, quién lo sabe y quién no, quién puede interactuar con los niños en el día a día...).
Aparte de eso, ayuda relacionarse con otras personas poliamorosas con hijos (monoparentales, divorciadas, etc.) para recibir apoyo y consejos. Actualmente la mayoría de los grupos se han formado usando Facebook como plataforma. "Lo más recomendable es buscar grupos locales de personas poliamorosas y acudir a sus reuniones, si es posible", cierra Vagalume.