Nació en Alemania pero se nacionalizó austríaca para representar como científica a su país adoptivo en el mundo. Tiene una larga trayectoria que la ha llevado a presidir las más importantes entidades globales que estudian el sueño en relación con la salud del cerebro. Ahora trabaja entre Innsbruck, Buenos Aires y Mendoza, merced a convenios entre universidades de esas ciudades. De visita en Mendoza, tierra que ama y donde planea radicarse, habló en exclusiva con Los Andes.
- ¿Qué la trae a Mendoza? ¿Qué está investigando ahora aquí?
-He venido con muchísimo placer muchas veces porque me encanta Mendoza, y esta vez estoy en Argentina por una colaboración científica entre Austria y su país, entre la Universidad Médica de Insbrook y la Universidad Favaloro en Buenos Aires. Aquí trabajo con la doctora Anabel Chade, mendocina miembro de una familia de destacados neurólogos locales. Con la financiación del Fondo de Ciencia de Austria y el Conicet, estamos investigando sobre cómo se puede detectar tempranamente en un individuo si va a desarrollar una enfermedad neurodegenerativa en el futuro. Es que a la mayoría de las personas, cuando se les hace diagnóstico de una enfermedad de Parkinson, ya el proceso está avanzado y han perdido la mitad de sus células dopaminérgicas, con sus niveles de dopamina bajos. Entonces, ahora estudiamos cómo intervenir anticipadamente para parar el proceso de neurodegeneración…
-¿Cuánto tiempo antes del diagnóstico se calcula que el Parkinson ha estado dañando al cerebro?
- Cuando se diagnostica la enfermedad neurodegenerativa, ya el proceso puede estar instalado desde hace 10 , 20 o 30 años antes. El cerebro viene sufriendo cambios, aunque no haya habido síntomas visibles. Y el sueño puede ser una ventana al futuro del cerebro, para prever lo que se llama Desorden del Comportamiento del Sueño REM (REM Sleep Behaviour Disorder). El sueño REM (de Rapid Eye Movements o movimientos oculares rápidos) es una etapa del sueño en que el cerebro se paraliza para que no haya actividad motriz, para que, si soñamos cosas violentas, el cuerpo no responda reflejando esa violencia, porque podríamos herirnos a nosotros mismos o a la persona que duerme a nuestro lado. En las personas normales, la parte motriz está paralizada, eso es signo en una persona adulta de un cerebro sano, normal. Pero en este Desorden pasa lo contrario: el paciente ya no está paralizado sino que refleja en movimientos lo que sueña, y unos pueden tener la impresión de que luchan, pelean, se pueden autolesionar o a la pareja..
-¿Cómo se puede estudiar la actividad cerebral durante el sueño?
- Con una simple entrevista no se puede hacer un diagnóstico seguro, sino que necesita de laboratorios del sueño. Y el laboratorio del sueño es complicado, costoso, no está disponible siempre, y necesita un análisis especial de actividad motora durante el sueño… Entonces ahora la búsqueda es cómo se pueden encontrar pacientes con riesgo de estas enfermedades, con un método sencillo, accesible, porque no se puede meter a toda la población en un laboratorio de sueño. En esto trabajamos con la Universidad Favaloro y con la doctora Anabel Chade. Ya tenemos un trabajo publicado, en la revista Sleep, donde detallamos el método de fácil acceso y bajo costo para identificar a estos pacientes a riesgo, que se llama actigrafía. Se trata de colocar sensores de aceleración triaxial, que se colocan en los brazos o las piernas, que graban y transmiten señales durante los brotes de sueño REM. Si hay 4 o 5 de esos brotes durante la noche, entonces eso puede ser indicador del desorden.
- ¿Cómo trabaja en Austria?
-Yo soy profesora titular de la Universidad Médica de Innsbruk. Allá, hace 20 años que dirijo el laboratorio de sueño que está en la Clínica de Neurología, donde atendemos a pacientes con disturbios de sueño, con somnolencias diurnas, disturbios de respiración, apneas, disturbios circadianos, piernas inquietas, bruxismo... Vemos a unos 4.000 pacientes por año, es un equipo grande, un centro de excelencia reconocido, el primero del mundo fuera de Estados Unidos especializado en piernas inquietas. Fui presidenta dos veces de la Sociedad de Medicina del Sueño de Austria, y ahora fui nombrada presidenta de la Sociedad Mundial del Sueñocargo que voy a asumir en setiembre en Vancouver, Canadá.
-¿Cuáles han sido los logros de medicina del sueño?
-Bueno, el principal es que el sueño permite una ventana al futuro del cerebro. En el sueño se puede primero ver el riesgo de neurodegeneración. Y segundo, nuestra actividad científica en este campo ha demostrado que es muy importante darle el tiempo suficiente al dormir, entre 7 y 9 horas diarios, un tiempo al que la mayoría de la gente no llega. Y esa cantidad de horas es fundamental, no solamente por el equilibrio del metabolismo, sino para una mejor función del sistema inmunológico, para elevar las defensas y, en general, para tener a largo plazo una buena salud cerebral. También se ha demostrado que determinados estadios del sueño ayudan al cerebro a limpiar productos potencialmente tóxicos acumulados durante la vigilia, es decir proteínas que se acumulan y deben limpiarse.. Es que en el sueño los espacios entre las células se agrandan, y esto permite una depuración de líquidos con más fuerza.
-¿Tiene pensado radicarse en Mendoza? ¿Qué le atrae de nuestra provincia?
¡Sí, tengo intenciones de quedarme en Mendoza, pero más adelante! Por ahora, participo de una cooperación científica entre nuestras dos universidades, la UNCuyo y la de Innsbruk. En un futuro sí me gustaría, porque me encanta estar acá, me encanta todo, la gente, la música, el paisaje, la comida, los vinos, todos, es un lugar simplemente perfecto. El amor por Argentina empezó con la música, durante un viaje cuando era muy joven. Por casualidad, conocí la música de Atahualpa Yupanqui, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, y ahora cada vez que los escucho, me emociono.