Si bien todavía no se traduce a las exportaciones de vino fraccionado, que son, sin dudas las que aportan valor agregado, lo cierto es que tras la devaluación mejoró la competitividad relativa de Argentina frente a Chile y España, en promedio 38%.
Así se desprende de un informe elaborado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, que analizó cómo evolucionaron las variaciones de los tipos de cambio tanto de mercados de destino y así como sus respectivas tasas de inflación.
"Comparando estas dos variables -tipo de cambio e inflación- con respecto a dos de nuestros principales competidores, España y Chile, es posible visualizar cómo evolucionan estas condiciones exportadoras argentinas respecto a estos dos países, sobre todo tomando en consideración la importante devaluación sufrida por el peso argentino" , destaca el informe.
Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino, señaló que "se puede apreciar que entre el año 2011 y el 2017 como la tasa de devaluación del peso argentino fue menor a la tasa de inflación, se produjo un deterioro, empeorando las condiciones de los exportadores argentinos 29%, mientras que tanto en España como en Chile la situación ha sido diametralmente opuesta y se ha mejorada la relación un 16% a 2017".
Rada analiza que respecto a 2018 las revaluaciones tanto del peso chileno como del euro han tendido a achicar esta brecha "que además tiene el efecto de la devaluación del peso argentino con una mejora del 38%".
Cabe recordar que últimos datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, muestran que las exportaciones de vino fraccionado entre enero y setiembre de este año comparado con el mismo período de 2017 siguen con números negativos. A saber: las ventas al exterior en botella cayeron 3,7%, las hechas en multilaminados también bajaron 2,1% y los envíos en bag in box perdieron 8%, lo que da de resultado, una baja promedio del 3,6% para el período analizado. Lo que si está mostrando mejoras son las exportaciones de granel que crecieron 144% en estos nueve meses, pero es acertado recordar que esta industria en los últimos años se había convertido en un negocio marginalpara el sector, por la falta de competitividad en precio.
Qué pasa en las empresas
En general, la situación parece aclarar para las bodegas, pero la pregunta que la mayoría se hace es que si la salida exportadora alcanzará para compensar las pérdida de volumen en el mercado interno. Teniendo en cuenta que representa alrededor del 75% del total comercializado.
"La fuerte devaluación claramente genera mejora inmediata en los márgenes de nuestras exportaciones de vino fraccionado, pero no significa que uno vaya a bajar los precios en dólares para conseguir mayores volúmenes. La dinámica de precios en el mundo del vino es compleja. Argentina tiene una trayectoria y un punto de precio de referencia. Con tiempo podremos desarrollar la categoría país en otros segmentos de precio pero para ello requerimos estabilidad en la macro por mucho tiempo", sostiene Francisco Do Pico, Director de RRII de grupo Peñaflor.
En este sentido, destaca que todo depende depende de la sustentabilidad de la macro y de que las próximas cosechas respondan a un volumen promedio. “Esto en definitiva permite ofrecer a los clientes vinos de calidad a precios competitivos”.
Santiago Ribisich, gerente General en Trivento, sostuvo que hoy la "foto" es favorable, sin embargo, puso algunos reparos sobre cómo puede ser la "película".
"Creo que la competitividad mejoró con respecto a lo que teníamos meses atrás por el nuevo entorno macroeconómico. Ahora esto nos acerca con los competidores, pero no estamos en los mercados mejor que Chile", explicó el Ceo, quien considera que la falta de acuerdos comerciales que tiene Argentina, son clave para poder acerca posiciones con Chile.
En general la franja que va entre los 22 y los 28 dólares la caja FOB, parece ser uno de los segmentos que se van a recuperar.
Brasil, una incógnita
Siempre fue uno de los destinos por excelencia de los vinos argentinos, pero en el último tiempo ha tenido un comportamiento errático.
"Los impuestos internos al vino en Brasil impiden que la categoría crezca. El vino en Brasil es caro por la carga tributaria que llega al 70% y se toma 35 veces más cerveza que vino. Es fundamental poder cambiar eso ya que aranceles no pagamos. No obstante Chile y Portugal aprovecharon nuestro atraso cambiario de los últimos años para desplazarnos", dijo Do Pico.
"En general, lo que pasa es que con este entorno macroeconómico nada es automático, nuevos negocios con los importadores, llevan un tiempo", senaló Ribisich.