¿Cómo volver a la rutina después de Vendimia?

La experiencia vendimial le puede cambiar la vida a cualquier mujer. Las soberanas departamentales cuentan su experiencia.

¿Cómo volver a la rutina después de Vendimia?
¿Cómo volver a la rutina después de Vendimia?

Año tras a año cientos de jóvenes mendocinas sueñan con convertirse en la nueva Reina Nacional de la Vendimia. Es un camino largo que para muchas comienza con un sueño de la infancia o una tradición familiar y que sólo dieciocho de todas ellas logran terminar.

Ser reina departamental ya es una experiencia inédita que no todas logran vivir y que a muchas le cambia la vida. Sobre todo los días previos al gran festejo en el Frank Romero Day, donde las jóvenes pasan de su vida habitual a una agenda cargada de actividades e incluso se sumergen en una especie de Gran Hermano durante los días de la convivencia real.

Pero poco a poco y con el descenso de la fiebre vendimial, las flamantes soberanas deben volver a la normalidad, aunque su vida de normal ya tengan poco. "La gente me reconoce me saluda por la calle y me felicita por cómo viví la fiesta", dijo Caterina Zicaro, reina de San Martín.

Por su parte Florencia Morales, de General Alvear, aseguró que ya extrañaba su rutina. "Volví a organizar mis cosas y la vuelta a dar clases", afirmó la joven profesora de Biología. Además dio detalles de su regreso: "Me recibieron cuando bajé del colectivo que llegaba de Mendoza. Se encontraba el intendente Walther Marcolini, el delegado de Bowen Hernán Climent, representantes de Prensa, Turismo, Cultura, mis familiares, amigos y gente de mi distrito me estaban esperando con un ágape, música y carteles".

Pero la situación no es la misma para todas las reinas, por ejemplo para Antonella Curati, soberana de Junín, para quien el regreso ha sido a medias. "Todavía no vuelvo del todo a la rutina y he tenido varios eventos desde que llegué a Junín; de todas formas extraño un poco la vida tranquila", sostuvo la rubia del Este.

En el punto opuesto está Mayra Cano, de Lavalle, quien volvió a su departamento con todo. "He vuelto a dar clases de zumba, mis alumnas me esperaban con mucho cariño", declaró la alegre morocha.

Y en algo coincidieron todas las muchachas: la experiencia fue maravillosa, y la disfrutaron en todo su esplendor. “Me quedo con el momento en el que vi la fiesta. El esfuerzo de representar el trabajo y la puesta en escena de todos los artistas denotan el esfuerzo y amor que hay detrás de Vendimia”, argumentó la lavallina.

Luego de varios días de convivencia, las soberanas forjan un lazo que muchas veces perdura para toda la vida. “Lo más positivo es el hermoso grupo que formamos con las demás candidatas, que de hecho ya extraño despertarme y estar con ellas”, dijo entre risas la soberana de Alvear, y coincide con el testimonio de la representante juninense, quien afirma que “la relación con las otras reinas fue excelente”,  y hasta confesó que tienen un grupo en WhatsApp donde ya planean salidas en conjunto.

Si bien la mayoría de los aspectos de la fiesta madre de Mendoza son positivos según las protagonistas, hay algunas aristas que se pueden mejorar. Para la oriunda de Bowen, “lo único que pude apreciar que fue negativo para el departamento fue el sistema de votación, porque no nos favorece por la distancia en la que estamos”, y concuerda con el reclamo de muchos de los mendocinos.

Si bien sólo una de las dieciocho candidatas cumple con el sueño de ser la nueva embajadora del vino ante el mundo, todas ellas son grandes ganadoras. Así lo ve Curati, que considera que ganó en todos los aspectos: “Encontré nuevas amigas, conocí lugares q nunca había visto, y fue una experiencia de vida totalmente distinta a la que yo estaba acostumbrada”.

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