Todos somos mandriles

Fue una semana donde Trump nos pidió que le besáramos el trasero. Y seguro que tuvimos que posar nuestros labios para que el FMI accediera a aflojar la billetera y decir maravillas del plan económico… el que hubo que flexibilizar porque había algo que no estaba funcionando bien. Con una nueva devaluación de hecho.

Audaz, como todo lo que hará el león libertario en estos 4 años de mandato. Después de una semana complicada por factores externos e internos, el Javo inaugura el segundo tercio de su período -sí, ya pasó un tercio- aceptando pegar un volantazo, so pena de que todo su capital político se le empezase a ir como agua por la alcantarilla.

Cuando se está en una encerrona, es preferible salir como sea, pero no morir con las botas puestas, y en eso Milei recuperó su actitud pragmática. Las decisiones tomadas eran casi inevitables cuando el Central ya estaba escupiendo sangre y la Argentina volvía al “deme 2” (un deporte nacional del dólar barato). Sería algo así como: “prefiero que me puteen ahora y dejarlos con la boca abierta por la sorpresa, y no tratar de ganar una partida incierta ”. ¿Y todos los dichos sobre el precio del dólar? Olvidate: lo único importante es ganar, diría el doctor Bilardo.

Por un tiempo se dejará de hablar sobre si había que dejar flotar o no, sobre el atraso del tipo de cambio, sobre el cepo, sobre etc. etc. De un plumazo vamos a debatir otras cosas, aunque eso implícitamente signifique reconocer que con el crawling peg no la pegaba. El presidente ganó de vuelta la iniciativa política, casi totalmente perdida desde Davos para acá. No es menor. Los líderes en serio pegan volantazos y saltan al vacío: Alfonsín, Menem. ¿Pero se podían estrellar? Sí. Pero iban camino a estrellarse de todos modos, y por las malas razones.

¿El timing fue el adecuado? Nunca se sabrá hasta que llegue el diario del lunes. Alfonsín puso sobre la mesa el Plan Austral en junio de 1985 y ganó en noviembre (5 meses). Menem alumbró la Convertibilidad en abril de 1991 y ganó en septiembre (5 meses). Cardoso inicia el Plan Real hacia abril de 1994 y en octubre arrasó (6 meses). Milei mete el cambio en abril. ¿Cuándo es la elección? En octubre: 6 meses. (inestimable ayuda memoria del profesor Ignacio Labaqui para este párrafo). ¿Cómo se llama la obra? “Entre 5 y 6 meses podés estabilizar y ganar una elección”.

En el corto plazo tendrá que tomarse un trago amargo, pero necesario: el desborde de la inflación. Ya era una pésima noticia el 3,7 inesperado de marzo, imagínense lo que viene por 2 ó 3 meses. Pero cualquier cosa es preferible a quedarse sin dólares, y mucho menos por cabeza dura. Por lo tanto, el gobierno deberá esconder el argumento de la baja inflacionaria como gran bandera electoral y el pronóstico de que en junio el índice empezaría con 1. Pero ¿y entonces? Es una apuesta a octubre. Puede fallar, diría Tu Sam. Y si no, pregúntele al conservador (no en sentido ideológico) De la Rúa qué le hubiera convenido hacer en abril de 2001, visto retrospectivamente.

¿Esto impactará en las elecciones anticipadas? Es posible. De todo lo previo, obviamente la de CABA del 18 de mayo será clave, votando con una inflación de 3 % largo. No va a ser simpático, pero todo no se puede en la vida. Un reflujo en los aumentos de precios siempre es negativo, mucho más cuando puede instalarse una sensación de “otra vez sopa”: “pero ¿no era que la inflación estaba muerta?”. A veces hay que ser más cuidadoso con lo que se dice, sobre todo si se trata del vocero presidencial.

Este domingo 13 arranca el raid electoral con una de las grandes: Santa Fe. Será la primera vez que la marca de LLA irá a competir sola desde que el “gatito mimoso” asumió. ¿Cuán potente es la marca, disputando votos con candidatos poco conocidos, que los consultores de opinión pública tratan de estimar su potencial denominándolos “los candidatos de Milei”? Salvedad: da toda la impresión que la Casa Rosada no está haciendo mucho esfuerzo por apoyar a sus pupilos, menos en provincias donde hay gobernadores dialoguistas que pueden prestar un inestimable servicio a la Patria en el Congreso…

Esta semana que termina venía todo mal: se fue García Mansilla, Diputados votó una comisión (lavadita) para investigar el Libragate (otra vez quedó la sensación de que el gobierno es “mal pagador”), se cayó la sesión por “ficha limpia” y Trump haciendo “trampizondas”. Pero por suerte, el sol empezó a salir cuando la UTA decidió no adherir al paro general de la CGT que, como era de esperar, concluyó de manera intrascendente. Ojo: la disparada inflacionaria volverá a poner sobre el tapete las paritarias. Ahora habrá que maniobrar políticamente para evitar un proceso de puja distributiva, clásico en estos procesos.

Otra inestimable ayuda a la causa libertaria la siguen dando Cristina y Axel. Es como el libro de Michael Ende, solo que en este caso debería llamarse “La interna sin fin”. Sigo sosteniendo, pese a todo lo que se dice, que esto por ahora no es ruptura, sino fuertes tensiones en la negociación. Los bloques legislativos provinciales no se rompieron y los funcionarios cristinistas no abandonaron sus cargos (o puestos de lucha). O sea, mucho ruido y pocas nueces. Y. además, todavía no queda claro si se mantendrán o no las PASO a partir de las jugadas ambivalente de Sergio Tomás Copperfield. Aunque se mantenga el desdoblamiento -que también apurará las eventuales negociaciones entre lo que queda del PRO y LLA- todo se puede resolver mediante una negociación inteligente sobre la repartija de candidaturas en los tres niveles (nacional, provincial y local). La fisura estructural no se resolverá con “la gotita”, pero al menos el juguete puede tirar hasta octubre. ¿Sirve CFK como candidata provincial en la tercera sección? Siempre sirve, pero así no se podrá descifrar cuánto le aportará a las listas de las restantes 7 secciones bonaerenses. ¿Acaso hay mejores candidatos que Ella? ¿Quién encabezará entonces la nacional? ¿Massa?

Fue una semana donde Trump nos pidió que le besáramos el trasero. Y seguro que tuvimos que posar nuestros labios para que el FMI accediera a aflojar la billetera y decir maravillas del plan económico… el que hubo que flexibilizar porque había algo que no estaba funcionando bien. Con una nueva devaluación de hecho, #TodosSomosMandriles.

* El autor es consultor político.

LAS MAS LEIDAS