Christoph Ehbar es el CEO de Grupo Colomé, la bodega más antigua de Argentina. Ubicada en los Valles Calchaquíes, al norte de Cafayate, también cuenta con el viñedo más alto del país. En medio de la crisis cambiaria, el empresario suizo vino a la Argentina para el rebranding de la marca y dijo que la devaluación favoreció a los exportadores y que, pese a que las retenciones no le gustan, las acepta porque entiende que "son necesarias".
El suizo Donald Hess, con una larga tradición en el negocio de los vinos en el nuevo mundo -Estados Unidos, Australia y Sudáfrica- compró Colomé en 2001, empecinado en producir malbec y torrontés de altura y de buena calidad en Argentina.
Los viñedos están ubicados entre los 2.300 y 3.111 metros de altitud y tienen cepas de más de 160 años. La bodega había sido fundada en 1831 por el entonces gobernador de Salta Nicolás Severo de Isasmendi y Echalar.
En 1854, su hija Ascensión se casó con José Benjamín Dávalos. Años después trajeron desde Francia las cepas malbec y cabernet sauvignon. A partir del desembarco del grupo suizo, la empresa sumó una nueva bodega, Amalaya, más volcada al consumo masivo.
También producen el malbec Altura Máxima en un viñedo a 3.100 metros sobre el nivel del mar, en la zona de Payogasta.
A partir de 2017, Ehbar, yerno de Hess, se hizo cargo de las bodegas en Argentina. Hoy el 65% de la producción de Colomé se exporta.
"La devaluación es un regalo para cualquier empresa que exporte", dijo Ehbar, que pasó por Buenos Aires para la presentación de Colomé 1831, un malbec diseñado especialmente para homenajear a Donald Hess. En este contexto, Ehbar dijo que entiende la decisión del Gobierno de aplicar nuevas retenciones a las exportaciones. En el caso del vino, de $ 3 por dólar.
"Estoy en contra de estos impuestos, pero entiendo que en este momento el Gobierno tiene que tomar decisiones que no son populares. No estoy feliz, pero lo acepto. La situación es triste. La crisis fue disparada exteriormente por la salida de dólares. Esperemos que el acuerdo con el FMI realmente sirva para estabilizar. Ningún país puede pagar tasas del 60%. Aun así, confío en que el Gobierno sabe que hay reformas que hay que hacer".
Ehbar destaca que la devaluación no modificó la estrategia de la compañía. “No estamos ajustando la estrategia. Argentina es un mercado muy importante y aunque la inflación va a ser alta, vamos a mantener los precios como estaban”.
Colomé produce 60.000 cajas al año y Amalaya 120.000. Exporta a más de 30 países, entre ellos, Estados Unidos, Gran Bretaña, Suiza, Alemania y Francia. Por ahora no tienen planes de ingresar a nuevos países. "En lugar de salir a captar nuevos mercados preferimos fortalecer la relación con los mercados en los que ya estamos. Queremos que nos vean como proveedores confiables a largo plazo".
Este año la compañía arrancó con un plan de inversiones por US$ 30 millones. Ya cuenta con un hotel boutique con 9 habitaciones y un centro de visitantes para los viajeros interesados en el mundo del vino.
Como parte de la Hess Art Collection, en Bodega Colomé está el Museo James Turrell, un artista norteamericano con obras dedicadas a la luz y al espacio. "Tanto la bodega como el lugar tienen un potencial extraordinario, va más allá de la coyuntura. Argentina necesita reformas fuertes y drásticas pero al final va a ganar porque tenemos todo para ser exitosos. Yo no me asusto, soy una persona muy positiva", señaló.