Horas antes del homenaje a Cacho Fontana (87) y Héctor Larrea (80) en Radio Nacional, ayer, el reconocido locutor que desde hace dos años y medio vive en una clínicas de rehabilitación y geriatría en Buenos Aires confesó en "Debo decir" (América) que si no fuera por la ayuda que recibe no tendría para comer.
De acuerdo al relato de Fontana, el dueño de la clínica que hoy es su hogar le mostró a sus hijas la residencia y les dijo "Acá va a estar su papá". "'Nosotras no tenemos dinero para pagar esto', le dijo una de mis hijas y él respondió 'nadie habló de dinero, hablé de atención'", recordó el locutor, quien también nombró al propietario del lugar: "Se llama Salvador Lijtenberg", dijo.
En ese momento, Cacho fue consultado sobre la situación del país y el gobierno de Macri “Yo lo respeto políticamente. Lo he votado y estoy más que nunca envuelto en las vedades que dicen los demás”, admitió tras esa pregunta. Y siguió: “Estimo que se necesitaría un plazo superior para equilibrar los tantos, yo si no tuviese el apoyo de Salvador no tengo qué comer. Así de fácil. Tengo una jubilación de la más baja. Esta es la verdad”.
Finalmente, aclaró que el dinero que tenía lo invirtió comprando una casa para sus hijas. "En ese momento no se me dio para comprar un departamento para mí", cerró.