Terremoto
Un escribano en la Ciudad de Barro
Tal vez Dios exista, pero hoy estuvo ocupado en otros menesteres. Me toca llorar y seguramente lo seguiré haciendo. Atravesaré esta tragedia como lo hacen todos a mi alrededor. Pero mañana, o en unos días, o en unas semanas, me levantaré y junto a los vecinos reconstruiremos nuestra ciudad.