Algunos se refieren con cierta nostalgia al hecho, otros solamente le dan un valor histórico. El 29 de junio de 1933, después de cantar esa noche en el teatro Palace, Carlos Gardel afirmado en un jacarandá le regaló un bis -a capela- a los admiradores que lo esperaban para saludarlo. El árbol aún está allí, en Avenida San Martín al 1649, frente a la vidriera del Bazar Ande's Hogar.
Desde hace 30 años, árbol y vidrieras son socios del paisaje que gana la vereda este, frente a la avenida Godoy Cruz. Un antiguo solar -construido a principios de siglo y remodelado a fines de los '80, es el local de Matilde Dueñas. Un negocio, de 250 m2, que desde su reapertura planifica diariamente su nueva etapa.
"Hemos circulado por todas las épocas de este país, y seguimos tratando de rotar nuestra propuesta para mantenernos activos en el comercio de Mendoza", sostiene José Ricardo Pérez, el hombre de voz gruesa que trabaja en el entrepiso administrando el comercio.
Una mujer joven, acompañada por su madre, consulta por una lista de casamiento. En el local el tránsito de visitantes se acelera o se retrasa de acuerdo a la circunstancias. No hay un layout estudiado, los artículos exhibidos -al desnudo- son una pintura de las costumbres de época de los mendocinos.
“Todos los días tenés que inventar situaciones que te permitan lograr la continuidad del trabajo, el día a día. En el país, las reglas del juego cambian permanentemente y eso te obliga a pensar en formas de poder mantener la estructura, tus empleados”, agrega el hombre de tono grave.
“Vas creando situaciones para poder seguir manteniéndote. En este momento, tenemos tres empleados y ellos están con nosotros prácticamente desde 1983, cuando nos hicimos cargo del viejo Bazar Andes-Biñoli -que estaba en quiebra y administraba un empleado de apellido Díaz-; ellos nos acompañaron hasta que se fueron jubilando”.
“Siempre hemos tenido una buena relación con nuestros empleados, a los más jóvenes los hemos visto estudiar, crecer, casarse, tener hijos; hay mucho respeto -de ambas partes- pero sentimos al bazar como una familia”, explica el dueño del lugar.
La calle de la estación
Los primeros propietarios de la casa Andes-Biñoli eran de Buenos Aires y abrieron su tienda en la calle Las Heras, a la altura del 400. La antigua calle de las carretas, de la estación del tren, fue la zona de los grandes cristalerías y bazares.
"Con el paso del tiempo uno le va agregando más rubros al negocio, buscando cubrir las necesidades del público que camina por la zona. Antes trabajábamos solo bazar y -cuando abrimos en este local- agregamos línea blanca", cuenta Eduardo Pérez.
El arquitecto se abocó al negocio familiar y es parte de la segunda generación que tomó las riendas de este rubro. Su hermana Débora, una reconocidas jugadora de tenis de mesa que falleció en 2007, dejó su impronta. "Ella fue una persona con mucha visión e insistió en buscar otras soluciones, ella nos impulsó a trabajar con las licitaciones públicas, hoy una de nuestras principales fuentes de ingreso", destacó Eduardo.
Instantáneas en el tiempo
"Nos dedicamos a la parte gastronómica, tenemos un catálogo de productos más populares para poder tener acceso al público que transita en este sector. Acá estamos al comienzo de la Alameda, y nos ayuda -entre otras cosas, para manejarnos-, la concentración de negocios con artículos afines en 400 metros", toma la palabra Ricardo Pérez.
"La relación con los colegas es excelente. Entre todos nos mantenemos en el mismo sistema", señala el dueño de la voz gastada. Su esposa Matilde, en la víspera de la inauguración de su flamante local, había confiado a Los Andes: "Quisimos responder con los mejor a nuestros clientes. (...) Hemos ingresado a la que podríamos considerar zona de bazares, siguiendo en cierto modo una tónica de agrupar, en lo posible, comercios dedicados a un determinado tipo de ventas, en favor de la comodidad del público".
Ventas por mayor y por menor, brindar calidad, sumar nuevos rubros, son parte de la pintura de las costumbres de los mendocinos que muestra el Bazar Ande's Hogar.
"Nos cuesta mucho poder incorporar la tecnología. Hoy por hoy mi hijo se ha hecho cargo de eso. Nosotros en el tiempo hemos enfrentado muchas crisis y hemos sobrevivido a todas, tal vez por el sistema obsoleto de trabajo que tenemos".
Sobre una mesa en un rincón del local, unas máquinas trituradoras de carne, de hierro fundido, están a la vista: "Cuando empezamos en el rubro, no quedamos con algunas cuentas del viejo bazar, como la de Meifa, empresa santafesina que fabrica las máquinas moledoras de carne".
No hay un layout estudiado, pero todo tiene un sentido, en Avenida San Martín al 1649.