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Últimas imágenes del naufragio
Lo que viene no es el momento de una alianza entre el gobierno y la oposición, sino de un peronismo que se ponga a gobernar, algo que no hizo en estos dos años.
Lo que viene no es el momento de una alianza entre el gobierno y la oposición, sino de un peronismo que se ponga a gobernar, algo que no hizo en estos dos años.
La provincia es el ejemplo concreto de la construcción y la afirmación de una república conservadora progresista. Conservadora, por la persistencia significativa a lo largo del tiempo de sus instituciones a pesar de formar parte de un país caudillista. Y progresista, por la gran capacidad de adaptar esas instituciones a los grandes cambios históricos que le tocó asumir.
La Argentina de la movilidad social ascendente no se recupera mediante la dádiva a los excluidos sino mediante su dignificación.
El actual ministro de Seguridad, protagonista de una fuerte polémica por su cruce con un dibujante, es uno de los defectos manifiestos en que ha derivado el ser nacional argentino en tiempos de dura decadencia.
Cristina, Máximo, Alex, Alberto y Sergio -los dioses del Olimpo K- le han prestado hasta el 14 de noviembre el gobierno al resto de los peronistas a ver si dan vuelta la debacle.
Detrás de la derrota en las PASO se oculta un prejuicio que desprecia profundamente al pueblo y por eso cree que debe manipularlo para volver a ganar.
Resulta extraño que el peronismo, quien tanto dice saber interpretar la idiosincrasia argentina, se haya en estas PASO alejado tanto del sentir de la gente común.
El gobierno, casi por decreto, declara el fin de la pandemia. No vaya a ser que por querer ganar una elección en la que no se juega la vida ni la muerte de nadie, se juegue con la vida y con la muerte de todos nosotros
La novela de Frankenstein ya tiene en la Argentina la versión siglo XXI. La creadora Cristina y la criatura Alberto están llevando el terror a picos máximos.
En las nuevas designaciones y renuncias quedan algunos mendrugos para Alberto tratando de que no quede tan mal ante la opinión pública, pero se trata de un gabinete definido casi enteramente por la vicepresidenta luego de que amenazó con romper su participación en el gobierno.
El editorialista de Los Andes recrea la génesis de una de las crisis institucionalis más profundas de los últimos años en el país.
Lo que se quiso hacer ayer es seguir con la misma rutina, diciéndole Cristina a Alberto: yo te reto, yo te grito, te corrijo, te callás y cambiás. Pero esta vez a la vicepresidenta se le fue la mano, perdió el contacto total con la realidad
La Argentina que hace dos años parecía dividida en dos países hoy se unificó para decirle no a un gobierno que decepcionó a todos por igual.
En épocas electorales cada uno busca ser el mejor garante de los grandes consensos políticos, aunque luego vuelva el sectarismo en tiempo de gobernar.
A diferencia de las síntesis culturales, las batallas culturales son la expresión de una facción que quiere imponerse acabando con las otras.
Ejemplo de todo lo que no debe ser un magistrado en una República Democrática, el hombre fallecido ayer a los 70 años fue absolutamente funcional al poder político.
La grieta se hace metafísica cuando creemos que el que piensa distinto, en vez de sostener ideas tan respetables como las nuestras, expresa la mentira o la locura.
Hoy la Argentina es una torre de Babel donde cada cual habla su propio lenguaje. Con la irrelevancia de las elites y las incomprensiones entre la clase media y los nuevos pobres.
Pocas veces un hecho que devino político por sus consecuencias alcanzó tal masividad y por lo tanto tamaña contundencia contra los que protagonizaron la ya tristemente famosa celebración.
Los camporistas de Cristina y los piqueteros de Grabois libran una interna oficialista con importantes diferencias, pero donde los unifica un vetusto y retrógrado anticapitalismo.
Breves biografías políticas de los dos candidatos con que el oficialismo mendocino pretenderá revalidar sus títulos en estas elecciones legislativas.
Perón era un conductor que sabía seducir a todo el que se le acercaba. Cristina es una ideóloga que sólo seduce a quiénes se le parecen. Pero ella es la expresión del peronismo siglo XXI.
Aunque no hubo grandes sorpresas en el cierre de listas en Mendoza, se puede vislumbrar ciertas tendencias e intencionalidades dignas de analizar. Además, en el espacio que se reserva para las terceras fuerzas las cosas se han complicado por las malas experiencias de los últimos tiempos.