Mientras la ley que los habilita espera ser aprobada en el Senado, Mendoza se prepara para su primer juicio por jurado o "popular".
En realidad será un simulacro que se hará mañana martes, pero sobre un caso que bien puede ser real, en el que se dirimirá la suerte de un acusado de cometer un homicidio agravado y será la oportunidad de presenciar un juicio como los que se ven en las películas norteamericanas.
Es que en buena parte del proyecto que ya logró sanción inicial en Diputados, se basa en ese formato. Es decir, habrá un juez, un acusado, un fiscal, un defensor, y un jurado integrado por doce ciudadanos (6 mujeres y 6 varones).
Habrá también público que presencie la audiencia. Y por supuesto, testigos que se sucederán en el estrado para dar su versión de los hechos.
Con la organización de la Corte provincial, el INECIP (Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales) y con el aval del Gobierno local, la experiencia buscará mostrarle a los mendocinos "en vivo" cómo funcionará el sistema.
Se aplicará así el proyecto presentado por el Gobierno de Alfredo Cornejo, pero con fuerte impulso de la senadora nacional kirchnerista, Anabel Fernández Sagasti.
La norma que ha logrado amplio consenso y diferencias mínimas (aunque suficientes para que buena parte de la oposición no la votara), permitirá instalar "un verdadero cambio cultural", como dicen sus promotores.
La incorporación de la personas de la sociedad pudiendo decidir si alguien es inocente o culpable, sin duda contribuirá "a que la gente se involucre más" en la Justicia, dicen en el Poder Judicial.
De hecho, la convocatoria para el simulacro fue un éxito, con "más de 800 anotados", tal como confirmó el ministro de la Corte, José Valerio.
El supremo explicó que la idea de esta prueba es "motivar a la sociedad a preocuparse y ocuparse" de la justicia. Pero esa motivación "también apunta a los propios operadores judiciales", como jueces, fiscales y defensores "para que empiecen a comprender cómo funciona el sistema". Y también servirá para que la OGAP (Oficina de Gestión Administrativa Penal) sepa cómo deberá actuar cuando estos juicios sean una realidad.
Por eso las autoridades se han esmerado en esta presentación, que tendrá como entorno un seminario internacional de justicia, una puesta en común a la espera de la aprobación de la Ley en el Senado.
Los “juradistas”
Atendiendo a que el proyecto plantea sólo casos de homicidio agravado para ser definidos en juicios populares, eso será precisamente lo que los integrantes del jurado -también llamados "juradistas"- deberán resolver. Deberán decir si el acusado es culpable o inocente y esa decisión deberá ser unánime.
Si bien cuando se realicen juicios verdaderos esos juradistas se extraerán por sorteo del padrón electoral, en esta oportunidad se hizo una inscripción.
Se ha contemplado que todos estén presentes el día del simulacro, aunque sólo los titulares participarán en el juicio (los suplentes estarán por cualquier eventualidad).
La Ley también contempla la paridad de género, por lo que habrá 6 mujeres y 6 hombres. Sus edades oscilan entre 18 y 74 años.
Hay de estudiantes, jubilados, empleadas domésticas, gasistas y profesionales como contadores, ingenieros electrónicos y docentes, entre otros.
"Esta vez se buscó elegir con un criterio amplio, pero cuando sea real, deberá estar el que sea sorteado, sin importar de qué trabaje", dijeron los organizadores.
El juicio en ocho pasos
1- El juez (Alejandro Piña) entra a la sala, donde ya está el público, el fiscal, la defensa y el acusado.
El juez hace ingresar al jurado.
Comienza el juicio. Alegatos de apertura: Primero el fiscal (Dario Tagua) y luego la defensa (Ximena Morales), hacen sus presentaciones.
Testimoniales: Los testigos (actores) son llamados al estrado para dar su versión de los hechos.
Alegatos de clausura: El fiscal y la defensa, en base a lo relatado en el juicio, intentan convencer al jurado de sus razones para condenar o absolver al acusado.
Instrucciones: el juez instruye al jurado sobre su tarea y responsabilidad.
Retiro y deliberación: los miembros del jurado se retiran (en el encierro también estarán los suplentes) y quedan totalmente aislados para deliberar.
Veredicto: Luego de deliberar, el jurado regresa a la sala y a pedido del juez, su presidente (elegido durante el retiro) lee el veredicto resuelto de forma unánime. El juicio habrá terminado.