Arturo Roig: sus cenizas descansan en Lavalle

Desde el 29 de diciembre, el gran pensador yace junto a su esposa en Lagunas del Rosario, en el desierto lavallino.

Arturo Roig: sus cenizas descansan en Lavalle
Arturo Roig: sus cenizas descansan en Lavalle

El padre, el notable pintor catalán Fidel Roig Matóns, debe haber aprobado desde el más allá que las cenizas de uno de sus cinco hijos, el eminente pensador y filósofo mendocino Arturo Andrés Roig, se hayan depositado en Lagunas del Rosario, en pleno desierto, en el norte de Lavalle, cerca del límite con San Juan.

Es el territorio que Fidel recorrió hace 80 años, pintando habitantes del secano, casas, costumbres, animales y las mágicas Lagunas de Guanacache, y ahora su segundo hijo, Arturo Andrés, se quedará a 'morar' para siempre ahí.

La noticia la comunicó uno de sus hijos, la escritora Elisabeth Roig. Y no ocurrió ahora, sino en los últimos días del año pasado. Todo se hizo pausadamente y respetando la idiosincrasia y formas de pensar del pueblo huarpe.

En el mes de noviembre la comunidad de Lagunas del Rosario fue consultada sobre la posibilidad de sepultar las cenizas de Arturo, muerto en 2012, y de su esposa, Irma Ángela Alsina (fallecida en 2014), en el cementerio que se encuentra junto a la blanca capilla del lugar. Los laguneros no dudaron y expresaron su orgullo por la decisión tomada.

El sábado 29 de diciembre, al caer la tarde, se realizó un sencillo ritual en el camposanto, con la presencia de familiares y miembros de la comunidad huarpe, quienes reconocieron el importante aporte de Arturo Andrés en sus luchas por la posesión de las tierras y su identidad.

En ese mismo lugar, a escasos metros, se encuentra el Museo de Lagunas, en el que participó activamente su nieta, la cineasta Valeria Roig, y en donde hay reproducciones de las carbonillas de huarpes, realizadas en la década del '30 por Roig Matóns. "Sepultar allí las cenizas de nuestros padres posee un profundo sentido", comentaron los tres hijos de la pareja, Horacio, Hebe y Elisabeth Roig. 

Por los lugareños, se escuchó el testimonio sencillo y cálido de Erica Nievas y su padre, Juan Eudes Nievas, quienes trataron personalmente a Arturo Andrés Roig en sus múltiples visitas a la zona. Manifestaron su agradecimiento hacia él, en nombre de los restantes pobladores, entre los que se encontraba Antonio Pellaytay.

De la familia estuvieron presentes también Enrique Frank Roig en representación de los hermanos de Arturo Andrés, dos nietos -Gabriel y Ana- y los tres hijos de su hermano gemelo, el ingeniero agrónomo Fidel Antonio Roig.

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