A pesar de las crisis, de los vaivenes y de las subidas y bajadas, Argentina sigue integrando el selecto grupo de países capaces de diseñar, construir y ensamblar satélites "confiables", que cumplen sus objetivos con creces y misiones para todo el mundo.
Es el caso del Saocom 1A, cuyo lanzamiento entró en cuenta regresiva y saldrá a más tardar el próximo fin de semana de una base militar en California, Estados Unidos.
Es el más importante de la historia argentina y su misión será la observación de la Tierra para prevenir y medir catástrofes naturales.
Según la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), este complejo aparato hecho en el país puede "medir la humedad del suelo, detectar derrames de hidrocarburos en el mar y seguir la cobertura del agua durante inundaciones".
El mundo confía en los satélites argentinos: el SAC-C, por ejemplo, tenía una vida útil de 5 años y cumplió 13 operando en el espacio.
El proyecto Saocom, desarrollado por la Conae en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI), se empezó a planificar en 1998, pero no fue hasta 2013 que comenzó realmente su construcción.
Luego de 20 años de trabajo científico, con la participación de diversos organismos nacionales, empresas privadas y más de 800 personas, saldrá a órbita con el impulso del cohete lanzador Falcon 9, de la empresa SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk.
El proyecto espacial, enmarcado en el Plan Espacial Nacional, conformará una constelación de satélites (2 argentinos y 4 italianos) que servirá para monitorear, prevenir, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas, que serán vitales para su aplicación en agricultura, como la humedad del suelo, índices de vegetación y control de plagas, aplicaciones hidrológicas, costeras y oceánicas, entre otros muchos usos.
"El satélite, además de observar y enviar información específica para prevenir inundaciones, entre otras cosas, también es una muestra de lo que es capaz Argentina, un país con una capacidad tecnológica que lo distingue del resto de la región. No es solo una pieza de tecnología sofisticada. Tiene un valor emblemático distintivo", explicó el ahora secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao.
Desde Bariloche
El satélite argentino dejó nuestro país el 1 de agosto, cuando fue transportado por un avión Antonov desde Bariloche hacia la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre la costa de California.
Después de dos meses de ser sometido a una revisación extrema y ser colocado a bordo del cohete Falcon 9, ya está listo para dar el gran salto y colocarse a una órbita por encima de los 600 kilómetros de la Tierra.
Raúl Kulichevsky, director Ejecutivo y Técnico de Conae, explicó que "es el primero no óptico que se construye, de primer nivel internacional".
"El Saocom ha sido una experiencia única, por la complejidad propia del proyecto, el más ambicioso que alguna vez hayamos desarrollado en la Conae. Ha implicado un nivel de colaboración con otros organismos muy importante y la experiencia que hemos ganado es invaluable".
El Saocom viajará a gran velocidad en una órbita heliosincrónica que dará una vuelta entera al planeta en 110 minutos, estimando un tiempo de vida útil de por lo menos 6 años aproximadamente, dependiendo del combustible que gaste en lograr su posición orbital.
Unas 15 personas se encuentran trabajando en Estados Unidos, entre personal de la Conae, Invap y la empresa argentina Veng, para que el satélite parta. Además, muchos técnicos de la Conae también trabajan desde la Argentina en los detalles finales antes del lanzamiento.
Dimensiones
El Saocom 1A es un gigante de 3 toneladas con una antena de 10 metros y 35 m2 de superficie.
Objetivo
Fue diseñado para medir la humedad del suelo. A diferencia de la mayoría de los satélites que tienen cámaras ópticas, el Saocom 1A utiliza un radar para medir esta variable.
Esto significa que es capaz de enviar una señal hasta la Tierra y luego captarla de nuevo tras el rebote en la superficie.
Lanzamiento
El lanzamiento se realizará desde la base Vandenberg, (EEUU). El vehículo que lo llevará al espacio es el Falcon 9, un cohete de la empresa SpaceX del magnate tecnológico Elon Musk.
Iba a partir ayer, pero se están revisando detalles técnicos para que salga a más tardar el próximo fin de semana.