Se cumple un año desde que Nahir Galarza se convirtió en una de las asesinas más famosas de la historia criminal del país luego de matar a su novio Fernando Pastorizzo en Entre Ríos. A los 20 años, le disparó en la madrugada del 29 de diciembre de 2017 con el arma reglamentaria de su padre policía. Desde aquel día, su vida cambió rotundamente, terminó con una condena a prisión perpetua y sus vivencias carcelarias la hicieron noticia nuevamente.
La joven está alojada, como lo hará hasta el fin de sus días, en una cárcel de mujeres de Paraná (Unidad Penal N°6). Nunca asumió su responsabilidad en la muerte de Pastorizzo y siempre insistió en que el arma se había disparado de manera accidental, además de revelar episodios de violencia de género y celos desmedidos.
Durante sus primeras días de detención, en una celda de la Comisaría de la Mujer de Gualeguaychú, sostuvo su ánimo con clonazepam, ejercicios y numerología. Luego, en el penal de mujeres de la capital entrerriana, cambió su rutina y retomó sus estudios de abogacía, pese a que desaprobó un examen en octubre pasado.
A diario, se levanta a las 6.30. Pasado el almuerzo del mediodía, tiene una hora por semana para salir al patio, hacer ejercicio físico, tomar aire y relajarse un poco. En sus visitas familiares recibe mimos de su mamá: le lleva tuppers con bizcochuelo, libros y revistas para que las horas pasen más ligeras.
"Me hice amigas nuevas", reflexionó la joven en una de sus conversaciones filtradas a la prensa. Sin embargo, Nahir volvió a los titulares por un conflicto con su compañera de pabellón, Griselda Bordeira, ex subsecretaria de Seguridad de Paraná detenida por integrar una presunta red de narcotráfico.
El mes pasado, ambas discutieron fuertemente y se amenazaron de muerte porque la joven de 20 años utilizó auriculares sin su permiso. Pese a la pelea, las mujeres volvieron a compartir espacio. Más tarde, Bordeira fue asistida por tomar lavandina. "Me pusieron lavandina en el agua mineral", aseguró en aquel momento, aunque no se supo quién lo hizo.
El último de los escándalos protagonizados por Nahir Galarza involucra a su nuevo novio, un narcotraficante de 20 años que estaba detenido hasta hace pocos días, antes de ser absuelto.
Matías Caudana conoció a la joven condenada a perpetua cuando fue a visitar a su abuela al penal de mujeres. Su abogado, Augusto Lafferriere, pidió a la Justicia que se habilitaran las visitas, algo que finalmente se aprobó. Las visitas del nuevo novio de Nahir serán semanales y, por ahora, no incluyen encuentros íntimos.
El letrado había asegurado además que, si a su cliente lo absolvían, lo que finalmente ocurrió, mantendría su intención de visitar a Nahir.
La historia del video íntimo, el más buscado del país
Desde que se conoció la existencia de un video sexual de Nahir Galarza y Fernando Pastorizzo, la búsqueda de ese material dejó en evidencia el morbo de los usuarios de internet, que inmediatamente se volcaron a los sitios con contenidos pornográficos e ingresaron en el buscador el nombre de la joven entrerriana. Poco les importó que se estuviera violando gravemente la intimidad de dos adolescentes.
"Si se llega a viralizar el video, ustedes serán los culpables de que me suicide", le dijo la joven al fiscal Sergio Rondoni Caffa, durante una audiencia del juicio por el crimen de Pastorizzo.
De acuerdo a fuentes del caso, el video estaba alojado en la nube y sólo se podía acceder a través del correo electrónico del chico asesinado. Según diario La Nación, quienes pudieron verlo afirman que se ve a la chica y se escucha a Fernando, quien es el que grabó esa situación de intimidad.
Juan Carlos Peragallo, querellante en la causa por Gustavo Pastorizzo, padre de Fernando, fue quien encontró el video y pidió que se muestre en el tribunal, en una estrategia para asegurar el vínculo amoroso entre los jóvenes. No obstante, las imágenes nunca se mostraron en la sala del tribunal.