Qué dice la ciencia sobre dormir la siesta y los efectos que produce en el cuerpo

Además de recuperar la fatiga y el estado de alerta, dormir pequeños lapsos durante la tarde está relacionado a algunos aspectos negativos. Para los especialistas, aún faltan estudios sobre su influencia en la salud.

Los especialistas aclaran que las siestas no reemplazan el sueño regular y adecuado por la noche. Imagen ilustrativa / Web
Los especialistas aclaran que las siestas no reemplazan el sueño regular y adecuado por la noche. Imagen ilustrativa / Web

Partiendo desde la premisa de que dormir es importante para la salud, se sabe que los adultos entre 18 y 60 que descansar alrededor de 7 horas por día. Así lo indican los especialistas, como por ejemplo los de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

En momentos de cansancio, dormir una siesta puede ser muy útil para recuperar energías y suplir el sueño que faltó durante la noche. Sobre todo en lugares y culturas como Mendoza, donde dormir un breve período en la tarde es algo común y parte de nuestra esencia. Más allá de todo eso, son pocas las veces que nos preguntamos cuáles son los efectos que dormir la siesta produce en el cuerpo.

Tomar un momento de descanso en el día sirve para recuperarse de la fatiga y restaurar el estado de alerta. La agencia de salud asegura que estos beneficios se producen tanto luego de una siesta corta (de entre 15 y 30 minutos) como de una siesta larga (de aproximadamente 1 hora y media).

Por otro lado, según un estudio de investigadores sobre cuál es el papel causal de las siestas diurnas en los resultados cognitivos y de neuroimagen, dormir la siesta beneficia al cerebro. Los especialistas concluyeron que existe una modesta asociación entre estos breves periodos de sueño y un mayor volumen cerebral total.

Efectos negativos de dormir la siesta

Lo que los CDC advierten, además, es que la siesta también está vinculada a efectos negativos. En primer lugar, los investigadores aclaran que las siestas no reemplazan el sueño regular y adecuado por la noche. Por otro lado, dormir durante la tarde está relacionado a la hipertensión.

Así lo expresa un artículo publicado en 2022 en la revista Hypertension, que reveló que las personas que toman siestas con regularidad pueden tener más probabilidades de tener presión arterial alta. Aproximadamente 360.000 personas sin hipertensión o accidente cerebrovascular (ACV) participaron de la investigación y fueron monitoreadas durante un promedio de 11 años.

Específicamente, en comparación con las personas que dijeron que nunca dormían la siesta, las que solían hacerlo tenían un 12% más de probabilidades de desarrollar presión arterial alta y un 24% más de probabilidades de sufrir un ACV.

No obstante, la influencia de la siesta en la salud es un campo que se encuentra en permanente estudio y son necesarias más investigaciones, concluyen los especialistas.

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