Exportaciones: se contrae el mercado y Argentina pierde competitividad

La crisis internacional provocada por la pandemia redujo 6% el volumen de vino comercializado en el plantea. Ahora, las bodegas locales deben mantener su participación.

Por la pandemia se redujo 6% el volumen de vino comercializado en el plantea.
Por la pandemia se redujo 6% el volumen de vino comercializado en el plantea.

Se dio a conocer el informe Supervielle de vinos correspondiente al segundo trimestre de 2020, en el que se muestra el impacto de la pandemia en la economía mundial en general y en el mercado vitivinícola en particular. En el documento, elaborado por el especialista Javier Merino, se explican las causas de la caída del 6% interanual de los despachos internacionales de fraccionado durante el primer semestre del año y su relación con los mercados: Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Brasil y China. El desempeño argentino ha tenido buenos y malos resultados, pero las desventajas competitivas se hacen cada día más evidentes.

Al plantear el escenario, el informe Supervielle señala que la actual crisis mundial no tiene su correlato con la de 2008. En aquel momento “explotaron” los envíos de vinos al exterior, mientras que ahora los crecimientos en algunos destinos son modestos. El comercio mundial cayó en el orden del 12% durante los primeros seis meses y el comercio de vinos, 6%. Un diferenciador entre las crisis de 2008 y 2020 está dada por la moneda. En la actualidad se espera una caída del 4,9% en moneda corriente y del 3% en moneda constante.

“Los vinos argentinos no han crecido en sus exportaciones como lo hicieron en la crisis de la década anterior y difícilmente repitan el fenómeno, porque tienen un tipo de cambio mucho más bajo y las paridades cambiarias favorecen al euro. Además el Malbec ya no está en su apogeo y las empresas locales están muy afectadas por una macroeconomía compleja, que ha disminuido su competitividad”, detalla Merino en el informe.

Nueva agresividad

Si bien existe una mejora del “share” de Argentina en el mundo, las bodegas locales aún están lejos de la performance de 2008. “Las mejoras cambiarias de los últimos años han dejado mejor preparados a los vinos fraccionados argentinos, aunque el agresivo contexto macroeconómico en el que se desempeñan las empresas les impide ser más agresivos en los mercados mundiales y las condiciones internacionales tienen hoy una agresividad comercial que diez o quince años atrás no había”, apuntó el economista.

Según referencia el trabajo el comercio de vinos se complicó debido al rápido cambio de escenario. Doce meses atrás no había pandemia y los exportadores mundiales desarrollaban sus planes de negocios en un contexto de alta rivalidad competitiva, con una demanda estable pero robusta. La caída de ésta y el profundo impacto sobre el canal on trade, con la explosión del on line, han contribuido a la conformación del duro contexto competitivo actual.

“Tras los primeros meses de 2020 aún existe un marco de incertidumbre muy importante. Los vinos fraccionados argentinos no parecen repetir la notable performance anterior y es que variables claves de contexto y de gestión de las empresas de esa época, ya no están presentes”, indica el estudio.

Foto de los mercados

Los principales clientes de vinos argentinos están sufriendo una retracción de la demanda muy significativa. Es el caso de Estados Unidos, con un pronóstico de caída interanual del 8%; Reino Unido con más del 10%; Brasil del 6,6% y Canadá con un 8,4%. “Es de esperar entonces que el comercio se resienta, como muestran anteriores crisis donde el comercio internacional cayó 2,5 veces lo que se derrumbó la economía mundial y también estará en este caso el comercio de vinos”, indica el reporte.

Además se detalla que la importación de vinos fraccionados por parte de Estados Unidos en el primer semestre puede anticipar los efectos de la crisis económica de la pandemia. En el principal mercado mundial, que compra fraccionados tranquilos por U$S 4.528 millones, “una breve comparación con 2008 permite concluir que habrá comportamientos parecidos, a pesar del profundo cambio de hábitos de los consumidores en la última década”.

Argentina en este mercado, gracias a una mezcla de mejor tipo de cambio en relación a años anteriores y las crecientes barreras a los vinos europeos, ha logrado en los primeros meses de la crisis del Covid-19 una mejor performance que sus competidores europeos. Actualmente Nueva Zelanda sigue reinando en el mercado estadounidense por su performance y altos precios. Se debe destacar también el caso del Reino Unido, un mercado que demanda menos de la mitad que Estados Unidos, pero que tiene una producción local mucho más baja. El Reino Unido es el segundo importador mundial en valor, con operaciones anuales de U$S 2.788 millones por fraccionados tranquilos. “Las caídas de volumen y precio de los primeros meses de 2020 distan de las observadas en la crisis anterior y la principal explicación es que su consumo interno tiene una dependencia absoluta de vinos importados, por no contar con producción local”, explicó el economista.

En los últimos años los vinos fraccionados argentinos se posicionaron en franjas de precios más elevados y en canales orientados al on trade con una buena aceptación del Malbec. La crisis de la pandemia afectó fuertemente a este segmento y se sintió en las exportaciones argentinas. Los efectos de la pandemia fueron especialmente nocivos para el espacio de mercado ganado por los vinos argentinos y, a pesar de su proceso estructural de aumento de precios relativos, ésta en un espacio competitivo muy agresivo dominado por los vinos españoles y portugueses.

En lo que respecta a los Países Bajos, se encuentra un mercado maduro con un consumo anual de más de 20 litros per cápita y movimientos de U$S 1.116 millones por fraccionados tranquilos. “Una mezcla de bajos precios, caída de demanda por la crisis actual y una dinámica de disminución de exportaciones en los últimos años, ubican a este país en un lugar de bajo atractivo y con pocas ventajas competitivas para los vinos argentinos, lo cual predice disminuciones de exportación aún mayores en los próximos años”, alertó el experto.

Como destino de cercanía se destaca por supuesto Brasil. En 2019 el vecino país importó mucho menos vino fraccionado, pero durante la crisis del Covid-19 mostró una fuerte recuperación en 2020. El volumen de demanda es de U$S 342 millones para los vinos fraccionados tranquilos, “Los vinos argentinos han ganado share, lo que puede mostrar una fuerte presión de oferta gracias a especiales condiciones comerciales. Incluso la performance ha sido mucho mejor que la mostrada en los cinco años anteriores en volumen, aunque no así en facturación”, resume el informe.

"Los envíos de vinos fraccionados argentinos al mercado de Brasil muestran una muy buena performance en la crisis actual, un comportamiento exactamente inverso al de la crisis de 2008, explica el informe.

Por último, al referirse al mercado de China, el estudio indica que el nivel de caída en la importación de vinos es muy elevado.

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