Quienes suelen viajar a Chile por el Corredor Binacional están habituados a ver cómo circulan a exceso de velocidad colectivos de empresas locales, nacionales e internacionales.
El apuro por llegar antes a Los Libertadores u Horcones -según el destino- es uno de los factores que influyen, además de la falta de control.
Ese combo ayudó a desencadenar la peor tragedia vial de Mendoza, cuando aún está fresco en el recuerdo el incidente fatal del 7 de febrero de 2014 cuando un camionero alcoholizado que circulaba a contramano por la ruta 7 chocó contra un colectivo que venía de Córdoba.
La triste página se escribió ayer, alrededor de las 0.15; un ómnibus con 40 pasajeros y dos choferes que se dirigía desde Mendoza a Santiago de Chile volcó, provocó la muerte de 19 personas y dejó heridas a otras 22.
El vuelco del interno 2.267 de la empresa Turbus, se registró en el kilómetro 1.223 de la ruta nacional 7, en la llamada Curva del Yeso. Como consecuencia, los choferes que salieron ilesos quedaron demorados.
Según confirmó el procurador de la Corte de la provincia, Alejandro Gullé, el velocímetro del colectivo quedó parado en 100 km/h en una zona donde la máxima es de 40 km/h.
Desde la firma chilena, sólo emitieron un comunicado oficial: "Según información preliminar, el accidente se habría producido en una curva ubicada en la ruta 7, en el KM 1.223 del parque Aconcagua. No existen suficientes antecedentes para determinar las causas de este hecho que terminó con el volcamiento del bus".
Según la empresa, “en la máquina viajaban 40 personas: cuatro chilenos, un haitiano, un colombiano y 32 argentinos, además de dos tripulantes. Entre los pasajeros viajaban tres menores de edad de nacionalidad argentina”.
Contrarreloj
José Morales es uno de los tantos camioneros que hace ese camino en forma constante. Sin pensarlo dos veces, afirma: "Los colectivos nunca andan a 90 kilómetros por hora como dicen. Es mentira, porque siempre van a 120 ó más. Los choferes juegan carreras para ver quién llega antes a hacer aduana".
Esto se debe a que las empresas buscan cumplir con los horarios que ofrecen, pero no manejan el tiempo de demora en los pasos fronterizos.
Fuentes de Aprocam aseguran que las compañías más conocidas suelen tener ciertas ventajas a la hora de hacer aduana, porque el personal los conoce y agilizan los trámites. Sin embargo, el panorama cambia cuando tienen adelante colectivos procedentes de países como Perú, Bolivia y Paraguay.
“No es igual el control en esos casos que cuando viajan argentinos y chilenos. Los revisan en forma minuciosa y eso hace que se demoren hasta el doble de lo normal. Por eso, los choferes de empresas conocidas tratan de pasarlos en la ruta, nadie quiere quedar atrás de ellos en la aduana”, indica una fuente que pidió ser mantenida en el anonimato.
Aunque asegura que no se trata de un tema de discriminación, sino que es por cuestiones de acuerdos entre Argentina y Chile, remarca que “si los que viajan son peruanos, haitianos, colombianos, venezolanos o paraguayos, se tardan más” y que en unidades provenientes de Paraguay “han encontrado chicas víctimas de trata”.
No obstante esos casos particulares, que son los menos comunes porque no tienen tantas frecuencias, el problema del exceso de velocidad es una constante.
"No se respetan las velocidades máximas en buses, camiones ni vehículos particulares y todos quieren llegar antes a la aduana", reconoce Eduardo Yaya, coordinador de Transporte de Carga Internacional dependiente de la Fadeeac (Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas).
Por su parte, el secretario de la Cámara de Turismo, Comercio e Industria de Uspallata, Mario González, considera que "sin lugar a dudas" los colectivos van más rápido de lo permitido por ley y que la situación en ese sentido "es crítica".
Para Yaya, el mayor problema sigue siendo el sistema utilizado en los pasos fronterizos: “Tenemos controles del siglo XIX y vehículos del siglo XXI. No hemos avanzado en nada, no puede ser que te hagan ir de ventanilla en ventanilla, ya debería estar todo digitalizado”.
Falta de control
Todos los consultados confirman que el control en materia de velocidad es prácticamente nulo en alta montaña, lo que alimenta la conducta de los viajeros que intentan llegar lo antes posible a destino.
A eso se suman las constantes infracciones, como sobrepasar a otro vehículo cuando hay doble línea amarilla o circular sobre la mano contraria para adelantarse lo más posible. En internet son numerosos los videos y las fotografías que lo atestiguan.
“El control es laxo y se requiere de más personal porque Gendarmería está saturada y no es jurisdicción de la Policía”, indica González.
A ese factor se suma que la Provincia no cuenta con radares homologados para medir la velocidad. Yaya precisa que "hay más de 50, pero son muy antiguos y no se pueden usar para hacer multas".
El organismo encargado de registrar o comprobar de manera oficial que las características de categoría y calidad de los mismos se adaptan a la legislación es el INTI, y ese control se hace en Santa Fe.
“Se demoran 6 meses en homologar y a los 6 meses hay que volver a mandarlos; por eso, la gente ve que los usan un tiempo y después no se los ve más, el Estado no los vuelve a mandar”, explica el Coordinador de Fadeeac.
Otro problema que existe en el Corredor es la falta de conectividad. Así, aunque hubiese radares habilitados no podrían funcionar por la falta de internet. Los únicos sitios donde hay 4G son Uspallata, Horcones y el Parque Provincial Aconcagua.
La CNRT
Apelando a sus conocimientos en la ruta, Morales advierte que "hay complicidad de la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte), porque saben que los colectivos no se pueden tardar 12 horas en hacer un viaje a Buenos Aires cuando son 1.100 kilómetros; a 90 por hora tendrían que demorarse unas 15".
Además, el chofer afirma que la Comisión “no los sanciona como debe hacerlo, ni les pide la tarjeta de tacógrafo”.
Respecto a lo señalado, Roberto Domecq, director de la CNRT, asegura que la misma "controla los tacógrafos" y que "verificando los discos se puede saber si los mismos están descalibrados".
En cuanto a las voces que señalan que las empresas de colectivo modifican el mecanismo de control de velocidad de las unidades para que marque menos de la real (que se activa cuando el colectivo supera los 90 km/h), desde la Comisión indican que de los controles que efectúan “los casos donde el sistema funciona incorrectamente es muy pequeño” y que se da, principalmente, en los buses de doble piso.
En relación al accidente ocurrido en Horcones en los primeros minutos de ayer, la CNRT señaló en un comunicado que la unidad, de la empresa Turbus, estaba habilitada por las autoridades chilenas, pero que igual en el marco del Operativo Verano “se controló 79 veces a la empresa”.
Y que, en general, “a los choferes se les hace control de alcoholemia antes del servicio”.
No obstante, Yaya reclama que “nadie los detiene nunca en la ruta para verificar si están alcoholizados”. “Eso es algo que venimos reclamando desde hace tiempo”, se queja.
Antecedentes en Mendoza
29 de enero 2008. Colectivo de doble piso de CATA, con 52 personas a bordo, volcó a la altura del dique Potrerillos. Como consecuencia murieron dos pasajeras y numerosos viajeros sufrieron heridas. Fue a las 23.35, a la altura del kilómetro 1.091 de la ruta nacional 7.
7 de febrero 2014. Un camionero alcoholizado de origen brasileño que circulaba de contramano por la ruta 7 chocó contra un colectivo de la empresa Mercobus Plus Ultra que viajaba de Córdoba hacia Mendoza. Como consecuencia fallecieron 16 pasajeros y el chofer del camión.
Trayectoria de siniestros
Turbus es la mayor empresa de transporte terrestre de pasajeros en Chile y la compañía con más multas, reclamos por servicio y tragedias en la última década. Posee más de 700 colectivos.
2006. Una unidad volcó en la principal ruta chilena, cerca del río Tinguiririca, con un saldo de 26 fallecidos.
Octubre 2010. 6 muertos y 37 heridos cuando un interno que transitaba desde La Serena hacia Santiago se estrelló contra un cerro.
Noviembre 2010. 20 muertos y 16 heridos cuando un interno que viajaba hacia Santiago por la ruta 78 de ese país traspasó el divisor de la autopista y embistió de frente a un camión cisterna.
Junio 2012. 3 muertos y más de 30 heridos cuando un interno chocó con una camioneta en el sector de El Arrayán de la ruta 5 Norte, a 30 km al norte de La Serena.
Setiembre 2013. 6 muertos y 30 heridos cuando un interno de chocó con un camión en el km 61 de la ruta 5 Sur.
Julio 2016. 4 muertos y 44 heridos cuando un interno que se dirigía a La Serena volcó en la ruta 5 Norte.
Télam