Se dice de mí

Daniel Gobbi es el orgullosísimo padre de Yanina y aunque aclara que no está acostumbrado a dar entrevistas, espontáneamente comienza a hablar cuando de referirse a Yanina (o a cualquiera de sus hijos) se trata. “Es muy sencilla, noble, sincera, muy buena hija, muy buena hermana, una chica sana y, sobre todo, transparente”, apunta.

Como padre, Daniel está muy contento y feliz. Sabe que a su hija se le acaba de cumplir un sueño que tuvo desde niña, ser Reina. Por eso, él y toda la familia estarán a su lado, en todo momento, hasta el final de su reinado.

“Vamos a ir a la Vía Blanca y al Carrusel y, por supuesto, al  Acto Central”, asegura. Pero todavía prefiere no adelantarse a los acontecimientos, ni siquiera pensar en la posibilidad de que su hija sea la nueva soberana nacional. “No tenemos grandes aspiraciones en líneas generales. Estamos acostumbrados al día a día. El sueño de ella es nuestro sueño y en parte ya está cumplido”, relata Daniel desde su lugar de trabajo, una concesionaria de autos de Junín.

Pero, como soñar no cuesta nada, en medio de la charla, Daniel desliza (tal vez, sin querer): “Si mi hija fuera Reina sería como tocar el cielo con las manos. El pueblo lo dispondrá”. Y vuelve a la realidad y a este momento, en que todavía Yanina tiene mucho por disfrutar y vivir: “No queremos hacernos ilusiones. Mi mujer de sólo hablar de ella, se pone a llorar. Realmente, estamos muy emocionados”.

Por último, el jefe de la familia Gobbi  está más que agradecido a todo el municipio de Junín porque Yanina está muy bien acompañada y apoyada. “Mi hija se siente muy bien y eso es lo único que a nosotros nos interesa. Lo demás, Dios dirá”, concluye.