El cielo nocturno lucía apacible en el norte de Puerto Rico el pasado 27 de julio. Los relojes marcaban las 23:28, cuando una amalgama de colores alucinantes: blanco, azul, amarillo naranja, inundó el cielo caribeño casi por completo. Se trató de un meteorito de un tamaño de 5 metros que maravilló a los testigos que pudieron filmar el espectáculo.
Eddie Irizarry, vicepresidente de la Sociedad de Astronomía del Caribe manifestó que: “Un meteorito se vio por unos instantes tan o más brillante que el sol, eso sugiere que no era un meteorito pequeño sino uno muy grande”.
A través de redes sociales, testigos describían la luminosidad del meteorito, pero nadie escuchó el estallido.
“Probablemente, si hubiera sido un meteorito más grande, sí se hubiera escuchado y también si hubiera sido un poco más cercano”, explicó Irizarry.
Llamó la atención la entrada del meteorito, que fue descrita por astrónomos, como “agresiva”. Detallaron que el meteorito venía bajando directo hacia la Tierra, con oportunidad mínima de desintegrarse.
El meteorito deslumbró a todo Puerto Rico y Astrónomos sugieren que provino del grupo de asteroides Apolo, que son cercanos a la Tierra. Asimismo, los astrónomos explican que los colores amarillo y naranjado, que el meteorito mostró durante unos instantes, sugiere que probablemente contenía sodio.
La brillante luz del meteorito fue captada también por un satélite.
La entrada del meteorito a la atmósfera ocurrió más o menos a 40 kilómetros al norte de Puerto Rico. El meteorito tenía un tamaño de 5 metros en diámetro según lo estimado por los astrónomos.