En su interesante exposición sobre la actualidad política argentina, durante la recepción por el 141° aniversario del diario Los Andes, el analista Alejandro Catterberg situó a Javier Milei como la puerta de entrada a lo que él denomina cuarto ciclo político de la democracia desde fines de 1983 a la fecha. Según el consultor, con lo realizado hasta ahora el Presidente no puede ser considerado como un político de transición, sino el fundador de esa nueva etapa, como continuador de los ciclos inspirados y ocupados, con diferentes matices, obviamente, por Raúl Alfonsín, en el arranque de los años ‘80, Carlos Menem, en el período de los ‘90, y el kirchnerismo (Néstor y Cristina) durante veinte años a partir de 2003.
Ese derrotero de la política argentina, con los cuatro cuadros que definió Catterberg, invita a pensar en lo ocurrido en Mendoza en todos esos años. ¿Cuántos ciclos tuvimos aquí lo suficientemente destacados? ¿Los hubo, realmente? ¿Estuvieron vinculados o no a los liderazgos nacionales?
El proyecto que más duró en el poder en Mendoza, 12 años, fue el de José Octavio Bordón y su renovada versión del peronismo, pero sin llegar a evitar que las gestiones posteriores de sus sucesores, Rodolfo Gabrielli y Arturo Lafalla, dependieran cada uno a su manera de éxitos y fracasos del menemismo a nivel nacional. Los radicales Roberto Iglesias y Julio Cobos y también los peronistas Celso Jaque y Francisco “Paco” Pérez no iniciaron ni terminaron ningún ciclo local. Excepto Iglesias, fueron sólo partícipes, cada uno a su manera, del estilo avasallante del kirchnerismo.
Por lo tanto, se puede decir que fue Alfredo Cornejo el que abrió una etapa diferente con su por entonces convocante coalición Cambia Mendoza, que mostró como mayor virtud la capacidad para desplazar del poder local al kirchnerismo. Su prédica siempre se basó en la lucha contra el populismo. Ese modelo, aunque con varias bajas atribuidas más que nada a intolerancias con el temperamento político de Cornejo, acompañó a los cuatro años de presidencia de Mauricio Macri, luego subsistió durante igual período del retornado kirchnerismo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con Suárez como gobernador, y en estos momentos se adapta al ímpetu ordenador libertario y apoya en el Congreso a las políticas sustanciales del nuevo ciclo que pretende consolidar Milei.
No obstante, el año electoral a punto de comenzar puede marcar uno de los más grandes desafíos para el gobernador mendocino: mantener su tradicional tacto político para elegir al sucesor intentando conservar el modelo, o bien resguardar sus pertenencias a través de un acuerdo electoral con el libertarismo creciente. Al fin y al cabo, se trata de una elección de medio término.
Cornejo ha dicho más de una vez que una eventual alianza electoral con La Libertad Avanza no deja de ser una interesante opción, una posibilidad clara. A primera vista surge como una postura razonable de su parte. Es que las encuestas señalan que Milei supera a Cornejo en consideración positiva entre los mendocinos. Por lo tanto, hay quienes opinan que no debe no arreglar con los libertarios, especialmente si se vota el mismo día para diputados nacionales y legisladores provinciales.
En cambio, si se aplicase el desdoblamiento que surge de mantener el calendario electoral que Mendoza tiene prácticamente impuesto por ley, las especulaciones podrían ser diferentes. Aunque también hay un detalle a contemplar: de la mano de Karina Milei, y también de Martín Menem, La Libertad Avanza aspira a tener participación tanto nacional como en elecciones locales en la mayor cantidad posible de provincias. En Mendoza el partido presidencial ya está habilitado y muchos se entusiasman con hacerlo crecer electoralmente.
Y del lado del cornejismo surgen razonamientos y advertencias. Por ejemplo, si, como se ha visto recientemente, los Milei ya se animan a desafiar electoralmente nada menos que a los Macri, Mauricio y Jorge, en la ciudad de Buenos Aires, el bastión fundacional de Pro, y se envalentonan también con la provincia de Buenos Aires, ¿cómo no van a intentar competirle de igual a igual a Cornejo y a otros líderes provinciales de los partidos que pertenecieron a Juntos por el Cambio y cuyos votantes apoyaron a Milei en la segunda vuelta presidencial?
¡Y cómo no hablar de Luis Petri a raíz de esta suma de lógicas especulaciones! Se ha comenzado a conjeturar con una posible candidatura a diputado nacional del actual ministro de Defensa. ¿El propósito? Ocupar una escena política nítida pensando en la posibilidad de pelear por la Gobernación en 2027, algo que ya insinuó. ¿Dejará Defensa el mendocino? Para muchos alejarse de ese cargo dejaría abierta la puerta a un nuevo reclamo de la vicepresidenta Villarruel para apadrinar dicha área de gobierno, como se había dicho en un comienzo. Pero actualmente las relaciones libertarias con la Vice no están nada bien y no se sabe si el Presidente toleraría en estos momentos algún planteo al respecto. De todos modos, se supone que Petri, desde el Ejecutivo o desde una banca en Diputados, montará su operativo para posicionarse como aspirante, recién dentro de tres años, a la sucesión de Cornejo.
Por otro lado, hay datos que no escapan al análisis. Por ejemplo, habría que determinar si la Mendoza relegada en materia de recursos para obra pública se encuentra en tan bajo nivel de consideración por algún motivo especial o porque, sin perder la estima por ella, la Nación desea priorizar por el momento gestos hacia otros gobernadores que para nada comparten la metodología mileísta, como la Formosa de Insfrán.
La mayoría de los jefes de provincias instruyeron hasta ahora a sus diputados y senadores en el Congreso a apoyar iniciativas que el gobierno libertario necesitó, y seguirá necesitando, para gestionar por una mera cuestión de sentido común, ya no de ninguna especulación política. Es algo que se ha visto durante todo el año. Probablemente en ese marco Alfredo Cornejo se vea tentado a reclamar que se escuche su voz a la hora de comenzar a delinear el escenario electoral. Elecciones que pueden determinar en qué etapa de evolución se encuentra su bien ganado ciclo en la política local.
* El autor es periodista. jtoso@losandes.com.ar